Ricardo French Davis ha reflotado el tema de la desaceleración de la economía chilena mediante un artículo que ha circulado por las redes profusamente. El momento es adecuado, dada la discusión en curso respecto del magro crecimiento actual de la economía chilena, contrastado fuertemente con las generosas expectativas desatadas por el actual gobierno en su campaña electoral. En síntesis demuestra, con datos del Banco Central de Chile, que fue durante el primer gobierno de Sebastián Piñera que comenzó la desaceleración, en 2013, y que – en 2017- hacia finales del período presidencial de Michelle Bachelet el país se encontraba en un franco proceso de crecimiento y reaceleración.
Unas de las ideas fuerza del actual gobierno era que gracias a sus mejores capacidades y su indubitada militancia en las ideas de una sociedad libre (de libre mercado), el cambio de gobierno vendría acompañado automáticamente de mayor crecimiento y empleo. Es evidente hasta para el gobierno que dicha idea se encuentra hoy -por la fuerza de la realidad- en estado de derogación tácita. Las múltiples «revisiones a la baja» del crecimiento por parte de organismos internacionales, empresariales y gubernativos la llevan en el mejor de los casos algo por sobre el 3%, siendo las estimaciones de la banca solamente algo superiores al 2,5% y bajando. Del empleo puede decirse otro tanto, ante la mantención persistente de una tasa de desempleo elevada y una dinámica de crecimiento de los salarios reales menos que modesta.
Algunas observaciones al respecto pueden ayudarnos a problematizar en torno a la coyuntura actual y los escenarios que se abren a futuro.
A 2019, el modelo neoliberal ya ha operado por el mismo lapso que la estrategia de desarrollo industrial sustitutivo de importaciones implementada luego de la crisis de 1929 (ISI) y que se desmanteló en 1973. Cabe preguntarse qué razones habría para mantener dicho modelo dados sus resultados en lo social[2], ambiental y económico. Es una discusión de fondo, que alude al modelo de desarrollo, y no meramente a la pertinencia técnica de políticas contraciclicas. Sin una política industrial inserta en un modelo de desarrollo humano difícilmente lograremos integrarnos inteligentemente al mundo construyendo a la vez una sociedad más equitativa, democrática y sostenible.
JORGE GAJARDO ECONOMISTA UNIVERSIDAD DE CHILE
MAYO 2019
[1] Según la fundación SOL con datos de la encuesta casen el 50% de los trabajadores y trabajadoras con jornada completa reciben un salario menor a $370 mil y sólo un 30% obtiene más de $500 mil líquidos.
[2] La Universidad de Chile en un estudio sobre la distribución del ingreso calcula que el 1% mas rico en Chile se queda con el 30% del ingreso nacional, y el 0,01 (unas 2500 familias) con el 10% . (“LA PARTE DEL LEON”; Universidad de Chile: Ramón López Eugenio Figueroa B. Pablo Gutiérrez C. Santiago, Marzo 2013 ( “LA PARTE DEL LEON”; Universidad de Chile: Ramón López Eugenio Figueroa B. Pablo Gutiérrez C. Santiago, Marzo 2013 )
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