Las presiones que recibe Michelle Bachelet en su visita a Venezuela

Mike Pompeo, durante una reunión con religiosos judíos, se fue de boca: parafraseando dijo que “si cayera Maduro habría  40 candidatos de la oposición para ocupar el cargo, y que unir a la oposición era una labor diabólicamente difícil…”

 

Por otro lado un diario panameño, reproducido por uno que obedece a la opositora Corina Machado, dio a conocer el escándalo de malversación de fondos destinados a la solidaridad por parte de los encargados por Juan Guaidó, en la ciudad de Cúcuta.

 

Los soldados que desertaron se alojaban en tres hoteles, en la ciudad de Cúcuta, (Colombia), y parte del pago tenían que cancelarlo los comisionados de Guaidó que, según el informe de los diarios, el dinero se lo gastaron en fiestas, prostitución y enriquecimiento ilícito. Hasta hoy, las explicaciones de Guaidó han sido sumamente débiles, pues se ampara en que “su gobierno” no maneja fondos. Baste leer los diarios para comprobar cuán onerosas son las misiones de la “primera dama”, sumado a los gastos de los “embajadores”.

 

Así se puedan considerar evidentes los robos y malversación de fondos del gobierno de Nicolás Maduro, está claro que la oposición no lo hace mejor. La IV República fue mil veces más corrupta y ladrona que los gobiernos chavistas y nadie quiere regresar a una época en que el COPEI y el ADECO competían  en cuál de los dos partidos robaban más fondos del Estado: los primeros, con el mandil y la escuadra y, los segundos, hincados ante el Crucifijo.

 

Pompeo, aunque brusco en sus expresiones, tiene bastante sentido común para ver qué va a ocurrir en ese país, si los nietos de Rafael Caldera y los hijos de Leopoldo López se toman el poder.

 

El jueves último arribó a Caracas la Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas para constatar en terreno la situación venezolana. El gobierno de Maduro ha demostrado mucha inteligencia para tratarla, no sólo alegrándola con una serenata a la entrada al Palacio de Miraflores, sino también colaborando en la planificación de sus entrevistas y visitas.

 

Es evidente que los voceros de ambos sectores, (gobierno y oposición), van a tratar de manipular la visita. Los chilenos que conocemos bien a Michelle Bachelet sabemos que tiene plena convicción en derechos humanos y que no se  va a callar, por ejemplo, ante la existencia de presos políticos, el hambre del pueblo y la situación catastrófica de los hospitales, pero a su vez no dejará pasar las consecuencias del abusivo bloqueo y robo de riquezas por parte del imperio norteamericano.

 

Hoy viernes, antes de partir a Ginebra, Michelle Bachelet ofrecerá una conferencia de prensa que, seguramente, dejará descontentos a tiros y troyanos, pero lo más importante es el hecho de que Naciones Unidas podría abrir un campo de diálogo que, hasta hoy, podría ser la única salida aceptable: elecciones libres de todos los poderes, controladas por Naciones Unidas.

 

Desgraciadamente, la pobre Venezuela posee una oposición muy dividida y que, en consecuencia, no demuestra ninguna capacidad para gobernar hoy por hoy, y un gobierno autoritario que aún mantiene algún apoyo, pero que para desgracia del socialismo – que si no es democracia es tiranía, ha adoptado el camino del atropello a los derechos humanos.

 

Ningún demócrata puede alegrarse de que Venezuela se haya convertido en un campo de combate de grandes potencias, dirigidas por autócratas tiránicos, como Donald Trump, Vladimir Putin y Xi Jinping. En una guerra civil entre potencias internacionales los únicos que terminan pagando son los pueblos.

 

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

21/06/2019