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Exalumnos levantan campaña en defensa del Instituto Nacional y de la educación pública

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Ante la amenaza del alcalde de Santiago de cerrar el Instituto Nacional si la comunidad de este liceo no sigue su política para solucionar la crisis del principal y más antiguo colegio de la República, decenas de exalumnos de distintas generaciones han declarado su apoyo al colegio. Pretender cerrar el Instituto Nacional “significa un ataque en regla contra la Educación Pública nacional como parte de una ofensiva desatada hace décadas contra esta institución republicana. La actual ofensiva combinada del alcalde de Santiago, de la ministra de Educación y de las fuerzas privatizadoras contra el Instituto Nacional, son sin duda, en el espíritu de sus promotores, un hito clave del asalto final contra la abandonada y despreciada educación pública”.

 

En una declaración en defensa del Instituto y la educación pública, los exalumnos afirman que “esta ofensiva oscurantista se produce justo en los momentos en que se desarrolla un gran movimiento del profesorado de la Educación Pública por su revalorización, a la par que un rechazo transversal a una reforma curricular promovida por el Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de Educación que empobrecerá aún más la formación del estudiantado de la Enseñanza Media”.

 

La defensa del Instituto Nacional es, pues, la defensa de la educación pública en su conjunto, consigna el texto. Si cae el “primer foco de luz de la nación”, sus principios y valores, la idea de una educación laica, democrática e igualitaria, serán aplastados durante mucho tiempo.

 

“Los problemas del Instituto Nacional deben resolverse mediante una inversión sustantiva de fondos públicos y diálogos democráticos entre los distintos componentes de la comunidad institutana y de la comunidad educacional nacional, no por medio de la represión, las medidas autoritarias o la imposición arbitraria de una autoridad ocasional.Más de dos siglos de historia, estrechamente ligados al devenir nacional, no serán borrados por los émulos de la Reconquista colonial”, finaliza.




 

 

 

 

Santiago, 11 de julio de 2019.

 

 

PRIMEROS FIRMANTES

 

Sergio Grez Toso, historiador, académico de la Universidad de Chile

 

Carlos Lorca Tobar, economista, director Centro de Formación Memoria y Futuro

Miguel Lawner, arquitecto, Premio Nacional de Arquitectura 2018

Patricio Jorquera Encina, Doctor en Ciencias Universidad de Chile

Alejandro Goic, director de teatro y actor de teatro, cine y televisión

Marco Antonio de la Parra Calderón, médico psiquiatra y dramaturgo

Gregory Cohen Muñoz, escritor, cineasta y profesor

 

Grinor Rojo, Dr. en Filosofía, especialista en literatura latinoamericana, ensayista y académico de la Universidad de Chile

 

Juan Carlos Cárdenas Núñez, médico veterinario, director Centro Ecocéanos Jorge Arrate Mac Niven, abogado, economista y escritor

 

Marcos Roitmann Rosenmann, sociólogo, académico Universidad Complutense de Madrid, España

 

Francisco Peña Torres,  profesor  de  Ciencias  Políticas  e  Historia,  académico  de  la Universidad Paris I La Sorbonne, Francia

 

León Cohen Muñoz, médico psiquiatra

 

Gabriel Patricio Castillo Morales, músico compositor poliinstrumentista e intérprete Patricio Guzmán Sinkovich, economista, Magíster en Sociedad y Política Latinoamericana

 

Patricio Grez Marchant, ingeniero agrónomo, Magíster en Política y Gobierno Manuel Arriagada Figueroa, ingeniero civil químico

 

Max Ropert Contreras, médico cirujano, Hospital San José

 

Moisés Scherman Filer, economista, Coordinadora Vecinal La Reina Cristián Parada Bustamante, abogado

 

Rodrigo A. Salinas Ríos, médico neurólogo, Facultad de Medicina Universidad de Chile Luis Sierra Bosch, economista

 

Francis Goicovich, historiador, académico de la Universidad de Chile

 

Jaime Campos, Director Programa Riesgo Sísmico (PRS), Departamento de Geofísica Universidad de Chile

 

Pablo Toro Blanco, historiador, académico de la Universidad Alberto Hurtado Patricio Rojas Orrego, artista plástico

 

Eduardo E. Seves, historiador, profesor universitario Patricio Fuentes Ruston, ingeniero agrónomo

Patricio Wang, compositor, instrumentista, director musical

Santiago Pinochet Marín, trabajador social

 

Ricardo García Contreras, abogado

 

Hernán Monasterio Irazoque, médico psiquiatra, académico de la Universidad Pedro de Valdivia

 

Rodrigo Patricio Osorio Hermosilla, ingeniero agrónomo, Servicio Agrícola y Ganadero, Ministerio de Agricultura

Jorge Guzmán Chávez, escritor

 

Simón González Barrios, egresado de Derecho Universidad de Chile, practicante forense en consultorio jurídico Macul, Corporación Metropolitana de Asistencia Judicial Leonardo Infante Vásquez, fotógrafo, académico de la Universidad de Chile Francisco Pascual Cataldo, ingeniero comercial MBA Alejandro Zambra, escritor

 

Hugo Calderón Merino, sociólogo, consultor

 

Rodrigo Araya Ayala, estudiante de educación superior Pedro Davis Urzúa, economista

 

Hiram Vivanco Torres, lingüista, académico de la Universidad de Chile Alfredo Morgado Travezán, abogado, concejal I. Municipalidad de Santiago José Solorza Araya, ingeniero civil

 

Patricio Bustamante Veas, tecnólogo médico, Magíster en Oftalmología, senador universitario, académico de la Universidad de Chile Igor Parra, palinólogo

 

Gonzalo Céspedes Varela, arquitecto

Willy Kracht Gajardo, profesor asociado de la Universidad de Chile

 

Sergio Carmona Olmedo, médico cirujano

 

Gonzalo Benjamín Terreros Hernández, académico del Instituto de Ciencias de la Salud, Universidad de O’Higgins

 

Raúl González Meyer, economista

 

Edgardo Pacheco Marmolejo, estudiante Medicina Universidad de O’Higgins, docente Preuniversitario CPECH

 

Galo Eidelstein Silber, ingeniero civil electricista Sebastián Castillo, geólogo

 

 

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  1. Hasta no hacen muchos años, tener en su currículo, estudios secundarios en el Instituto Nacional, era un «punto plus» para obtener un puesto. Hoy en día, es en realidad algo negativo. Después de las distintas tomas, con robos de computadores y otros elementos, con los incendios de buses y otros destrozos, ataques físicos a los profesores etc etc, desgraciadamente el Instituto Nacional, perdió todo su prestigio y eso por culpa de sus estudiantes mismos. Perdió incluso su título de «Excelencia académica»

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