Una cesación de pagos ocurre cuando el deudor – en este caso Argentina – anuncia a sus acreedores que no les va a pagar el empréstito. Los argentinos, que son creativos, inventaron los términos “default selectivo”, es decir, les anuncia a algunos acreedores que va a retardar el pago de la deuda hasta nueva orden, (lo que equivale a sostener que, si tiene dinero, el próximo gobierno pagará).

 

Este nuevo episodio de crisis político-económica comenzó con el diálogo entre el Presidente Mauricio Macri y el candidato Alberto Fernández, potencial ganador en los comicios del 27 de octubre, que había logrado estabilizar, al menos en apariencia, la relación dólar-peso a un precio de 60 pesos argentinos por dólar.

 

Alberto Fernández, que está de mostrando ser un estadista, no se conformó sólo con dialogar con Macri, sino que también lo hizo con la delegación del FMI, apostada en Buenos Aires por estos días. Alberto Fernández se las cantó claras acusándolos de traicionar sus propios reglamentos y prestar dinero al gobierno actual, cuyos dólares servían únicamente para facilitar la huida de capitales, dejando sin reservas al Banco Central.

 

El candidato a la presidencia por El Frente de Todos fue muy claro al anunciar a los representantes del FMI que en su eventual gobierno retrasaría, por dos años al menos, el pago de la deuda contraída con esa Organismo.

 

El 24 de agosto último la burguesía del barrio Recoleta protagonizó una marcha de apoyo, frente al balcón de La Casa Rosada, propiciando un hálito de esperanza al desastroso gobierno del Presidente Macri.




 

La derecha, además de conspiradora es, prácticamente torpe: creyeron que la marcha, que estimaron multitudinaria, les abría la posibilidad de ganarle a Fernández en las próximas elecciones, por consiguiente, osaron romper la tregua acordada entre Macri y Fernández. Por su parte, el candidato de El Frente de Todos, al dirigirse  a la delegación del FMI, los amenazó con recurrir al crédito chino si el FMI dejaba de prestar a Argentina.

 

Hasta “el mago sin dientes” de la candidatura de Macri sabe que el prestamista del gobierno argentino es Donald Trump, prácticamente dueño del FMI.

 

La deuda contraída con el FMI no es la única que tiene el Banco Central de Argentina: hay que agregar, la de los Bonos a los particulares y, sobre todo, las Letras del Banco Central ( leliq, lebac ,lecap,letes) tanto en pesos, como en dólares. Hace meses que los Bonos argentinos están en default, es decir, clasificados con la letra D. En lo referente a las deudas del Banco Central, cuya tasa  de interés es del 75%, los compradores son especialmente las empresas argentinas.

 

El Bono soberano argentino llegó a 2.300 puntos básicos sobre el Bono del Tesoro norteamericano, mientras que la relación peso-dólar llegó a más de 61 pesos, (hay que comprender que el alza del dólar no atenta sólo contra los especuladores, sino que también es traspasada a pesos, es decir, provoca el hambre y la miseria en el 50% de la población argentina, que es declarada indigente y pobre; el Índex anuncia el 4% de inflación para el presente  mes de agosto, y el 6% para septiembre).

 

El nuevo ministro de Economía, Hernán Lacunza, anunció el miércoles último lo que llamó “re-perfilamiento de la deuda”, un nuevo concepto para disimular la cesación de pagos, que incluye a los Bonos soberanos argentinos y, sobre todo, a las Letras del Banco Central, tanto en dólares como en pesos.

 

Las medidas anunciadas abren el camino a los Bonos “buitre”, asì como el pago del 15% del monto de las Letras del Banco Central, dejando pendiente para sucesivos gobiernos el pago del resto de la deuda, que amenaza con hundir la poca y precaria industria que el neoliberalismo ha dejado como herencia en Argentina.

 

¿Cuál es el objetivo de los anuncios del ministro Lacunza? Se trata de retardar el pago de las deudas para contar con dólares con el fin de venderlos y, de esta manera, tratar de evitar el desplome mayor del peso argentino. Al parecer, los funcionarios del actual gobierno se aterraron ante la declaración desierta de las Letras del Banco Central; a su vez, temían que el FMI no entregara la cuota acordada previamente al gobierno argentino, cuya suma  ascendía a 5.300 millones de dólares, dinero que podría servir para el pago de los vencimientos de deuda del mes de septiembre.

 

Cuando la delegación del FMI dejó Argentina, el día miércoles 27 de agosto,  el vocero del Organismo, Gary Rile, dio a conocer una declaración por la cual dejaba entrever que el FMI revisaría su relación con Argentina.

 

Las reservas que podría utilizar el Banco Central argentino asciende a 26 millones de dólares, y las deudas en Bonos y Letras del Banco Central, a pagar antes de la elección presidencial, (27 de octubre), suman una cifra similar a la de la reserva, esto sin considerar el pago al prestamista principal, el FMI, (es decir, Donald Trump).

 

Los argentinos son expertos en hiperinflación y en default: ya lo han sufrido durante los gobiernos de Alfonsín y De la Rúa, y se puede afirmar que desde el fin del gobierno de Peròn-Peròn hasta hoy, Argentina ha estado siempre al filo de la crisis económica y del default. Hay que hacer un acto de fe para saber que Dios, el Papa y Maradona son argentinos, y que siempre proveerán de maná en caso de que las circunstancias así lo ameriten.

 

La historia no se repite pero, a veces, nos sentimos tentados a pensar que es cíclica, tal como la economía. El fantasma de 2001 en Argentina, (aun cuando la situación  no es igual), aún permanece en las mentes de quienes vivieron esa situación.

 

En general, los argentinos forman un pueblo creativo, alegre y optimista, mucho más libertario  que los conservadores llorones chilenos. En los canales de televisión argentinos se dicen las cosas por su nombre, sin temor a la censura, lo contrario de los canales de la televisión abierta chilena, y con noticiarios que sólo denigran a los pobres y a los pueblos originarios.

 

A veces la democracia, que necesita para subsistir una base institucional, es muy aburrida, y las crisis aun cuando trágicas no carecen de pathos.

 

(Nota: Las Leliq son Letras que se liquidan en siete días y que pagan un interés nominal de 74,98%, exclusivamente vendidas a los Bancos para evitar la compra de dólares manteniendo las cuentas y depósitos en pesos. El candidato Alberto Fernández denunció que el gobierno mantenía y favorecía la especulación  financiera por medio de la Leliqs, las Letes( letras del tesoro nacional ) y las Lecap( letras Capitalizables). Si los Bancos no tienen dinero por una corrida bancaria, terminarán por no pagar los depósitos a plazos).

 

Nota El ar 2020  tiene  7500 puntos base  el 2000 es un promedio  y los bonos Argentinos pagan un interés de un 50%  

 

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

29/08/2019     



El Clarín de Chile

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  • Así es , los argentinos las cantan claras y están hasta el "upite y el ocote" como decía mi amigo Jorge y entre tango y
    chacarera van a salir adelante otra vez.Fuerza ,Ché !

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