La segunda ronda de gravámenes afectará específicamente a los autos y sus componentes y, según dicha entidad, más adelante anunciará exenciones sobre algunos bienes.
Se trata de la respuesta de China a la decisión unilateral del presidente norteamericano, Donald Trump, de proceder en las fechas mencionadas con un aumento del 10 por ciento de los tributos que pesan sobre sus importaciones valoradas en 300 mil millones de dólares.
Además, la Casa Blanca aplicará otra tanda de aranceles por 550 mil millones de dólares en represalia a la subida anunciada por Beijing.
La nación asiática considera la actitud de Washington una agravante de las tensiones comerciales que discuerda con lo pactado por Trump y el mandatario Xi Jinping durante sus encuentros en Argentina y Japón.
También advierte de los perjuicios al sistema multilateral y a los principios del libre flujo de mercancías, así como de un daño enorme para los intereses del gigante asiático, de Estados Unidos y de otros territorios por tal conducta.
No obstante, reiteró que Beijing apuesta por la cooperación de ganancia compartida como la mejor herramienta para solucionar cualquier conflicto con Washington, aunque se vea forzada a reaccionar al unilateralismo y proteccionismo con las mismas armas. ‘Esperamos que China y Estados Unidos puedan resolver sus diferencias de manera aceptable para ambas partes y sobre la premisa del respeto mutuo, la igualdad, la buena fe y palabras consistentes’, acotó recientemente la Comisión de Aranceles Aduaneros del Consejo de Estado (Gabinete).
Asimismo, llamó a trabajar en conjunto por construir un orden económico y comercial balanceado, inclusivo y con beneficios para los dos lados, además de contribuir a la protección, reforma y mejoría del actual sistema mercantil.
El pleito volvió al cruce de disparos arancelarios en mayo pasado, luego de seis meses de tregua durante la cual las dos potencias estuvieron bien cerca de lograr un convenio, pues ya se habían puesto de acuerdo en muchos puntos conflictivos.
China y Estados Unidos viven fuertes tensiones desde marzo de 2018, cuando alternó la mutua imposición de fuertes tributos a las importaciones con momentos de impase y la presentación de recursos ante la Organización Mundial del Comercio.
Washington justifica sus acciones con el argumento de que durante mucho tiempo el gigante asiático incurrió en supuestas prácticas desleales relacionadas con la adquisición de propiedad intelectual y tecnología estadounidenses.
Beijing rechaza tales argumentos y los considera infundados porque el intercambio de experiencias y conocimientos en esas materias entre firmas mixtas se basan en términos y por voluntad propia de las partes.
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