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Aunque los canales de televisión corten el audio el pueblo sigue gritando al unísono: “Piñera, CTM…”

La cuasi dictadura que sucedió al gobierno de Pinochet, y que se ha mantenido en el tiempo, ya ha sido desnudada y clasificada como el abuso de los potentados en contra de un pueblo indefenso, además del reparto del poder entre dos castas, que dicen pensar distinto, pero roban y estafan de la misma manera: “la derecha y la izquierda unidas jamás serán vencidas”, (Nicanor Parra).

Para probar el por qué la gente rechaza a los pseudo políticos actuales, (nada tienen que ver con aquellos auténticos servidores públicos de antaño), nos preguntamos: ¿qué tiene que ver el Partido Socialista de gigantes como Clodomiro Almeyda, Marmaduke Grove y Salvador Allende, por ejemplo, con la banda de pillines que hoy satura algunos círculos de su dirección política? (Incluso, las elecciones internas en La Bandera estaban dominadas por mafiosos y narcotraficantes, y esto hace apenas un año).

La estupidez de estos políticos, que han convertido una vocación encomiable y digna en favor del bien común de los ciudadanos, llega a tal grado que, por ejemplo, los Presidentes Bachelet y Piñera durante varios años hacían caso omiso de la obligación legal de declarar sus propiedades inmuebles, ubicadas en Caburgua, conducta que les permitía evadir la ley, (cualquiera pensaría que el primer mandatario de la nación debería dar ejemplo de probidad y de respeto a las instituciones. También ocurre este proceder por parte del ex Presidente Ricardo Lagos Escobar y de su hijo, Ricardo Lagos Weber, con sus casas de recreo de Caleu.

Si diputados y senadores actuales tuvieran un mínimo de sentido común y de práctica del código de la ética política no tomarían vacaciones cuando Chile está rebelado contra la injusticia y el abuso, de lo cual tienen parte de responsabilidad, aunque menor que el Ejecutivo, pues el Presidente es un monarca que puede disponer a antojo del poder, algunos de ellos impunes de crímenes y abusos contra el pueblo, su mandante, (en el caso, por ejemplo,  de Arturo Alessandri Palma, ordenó el asesinato de los estudiantes, en el Seguro Obrero; Gabriel González Videla hizo aprobar la ley de defensa de la democracia, ´ley maldita´; Alfredo Duhalde culpable de la Matanza de la Plaza Bulnes, donde murió, entre otros, Ramona Parra, que dio el nombre a una famosa Brigada del Partido Comunista).

En cuanto a los canales de televisión abierta, uno de ellos, el 13, fue comprado a la Universidad Católica por el millonario Andrónico Luksic, y de lo que estamos seguros es que su dueño tiene que influir, al menos, en la línea editorial, en consecuencia, los noticiarios y demás información no pueden ser independientes, incluidos los periodistas, que sólo son empleados a órdenes de su jefe, (antes, el magnate Sebastián Piñera era dueño Chilevisión; Mega era propiedad del empresario Ricardo Claro Valdés quien, en su época, cubría los salarios de la siniestra DINA; hoy, ya fallecido, ha pasado a otras manos). La “caja tonta” – la televisión – un es instrumento muy útil para manipular la mente de los pobres y de los ignorantes, que deben contentarse con los programas de la TV abierta.




Hábilmente la casta en el poder engañaba a los ciudadanos con la existencia de un Canal Nacional, financiado con dinero de todos los chilenos, (una especie de BBC inglesa, o de Radio Francia Internacional). Hoy la realidad del Canal Nacional es muy distinta: obligada a autofinanciarse, sus noticiarios largos, aburridos, faltos de análisis…son parecidos a los de los otros Canales de la televisión abierta. Los programas y telenovelas son inferiores, por ejemplo, a los de Mega; por otra parte, el endeudamiento del Canal Nacional es superior al de los rivales comerciales.

Los miembros del directorio del Canal Nacional están repartidos equitativamente entre Chile Vamos y la antigua Nueva Mayoría, y ser miembro de esta entidad sigue siendo un premio de consuelo para ex parlamentarios y políticos que hayan fracasado.

Lo mínimo que se puede pedir a un canal nacional es que sus noticieros sean veraces, universales y no al servicio de los empresarios, pero ocurre todo lo contrario: informa lo mismo que CNN Chile, Canal13 o Megavisión, y no siempre fieles a la verdad y a la imparcialidad.

El Festival de la Canción de Viña del Mar 2020 estuvo a cargo de los Canales Nacional y 13, (el del Estado y el de los banqueros, que son lo mismo); durante la actuación del comediante y humorista, Stefan Kramer, ambos Canales cortaron el audio para que impedir que el mundo se enterara de que el público gritaba, a todo pulmón, “Piñera CTM, asesino igual que Pinochet…”

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

26/02/2020



El Clarín de Chile

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