La situación de la mujer en esta sociedad capitalista es en general de opresión y subordinación y la mujer trabajadora, además sufre la doble explotación. Sabemos muy bien que existen diferencias de calidad entre las mujeres de la clase dominante y la inmensa mayoría de las mujeres. Es la vivencia, precisamente, de la explotación. Asimismo, las mujeres de las clases y sectores oprimidos viven la experiencia de la violencia patriarcal de manera más radical y mortífera.
Somos, son, las mujeres quienes debemos ser las principales (no únicas) protagonistas de la lucha por la emancipación y la libertad. Del combate organizado por barrer con los modelos y sistemas organizados que nos sitúan en permanente posición de opresión. Somos las mujeres de la clase trabajadora, de los pueblos originarios, las migrantes, las desplazadas, explotadas laboral y sexualmente, las sistemáticamente violentadas por este sistema opresor quienes debemos dar pasos decididos para organizarnos y luchar.
El movimiento sindical aún no logra dar saltos profundos con respecto a este problema, principalmente porque es un mundo dominado por hombres y por tanto altamente masculinizado, en donde persisten prácticas machistas amparadas en concepciones patriarcales. En este contexto, aun entre compañeros, la situación particular de la mujer es invisibilizada y son normalizadas las condiciones de vida que someten a la mujer trabajadora a situaciones de opresión y violencia patriarcal. Las ideas de la clase dominante se expresan entre las y los oprimidos y la conciencia patriarcal es expresión de esta realidad. Debemos combatir cotidianamente este sentido común y las formas que adquiere el capitalismo patriarcal en las relaciones que establecemos.
Sin embargo no podemos desconocer los avances, que si bien aún son tímidos e insuficientes, han logrado cimentar un camino hacia una posición política desde el feminismo clasista que proyecte acabar con toda forma de explotación y opresión, por sobre las concepciones que terminan dividiendo a la clase trabajadora. En ese sentido, ponemos el foco en este momento en la crítica que debemos hacernos entre hermanos y hermanas de clase para la búsqueda permanente de la rectificación, sin dejar de tomar las medidas que sean necesarias cuando estamos frente a casos de violencia patriarcal, y a su vez, denunciar que es la sociedad y el sistema capitalista patriarcal actual el que se sirve de estas diferencias y mentalidadque, en muchos casos, ha potenciado el desarrollo de perspectivas que dividen a la clase justamente porque debilita las posibilidades de un proyecto revolucionario.
Tal y como ayer el salario de las mujeres es inferior al de los hombres; hay mayor cesantía, precarización e informalidad laboral entre las mujeres;existe una discriminación brutal en cuanto a protección social; la carga del trabajo doméstico cae principalmente sobre las espaldas de las mujeres; las mujeres son empujadas por un sistema a seguir teniendo hijos aún en condiciones de miseria por no poder abortar; aún existen condiciones desiguales entre hombres y mujeres en cuanto a participación social y política, así como de liderazgos en ello.
Las diversas manifestaciones de violencia patriarcal van golpeando, violentando, asesinando, enrabiando sin pausa, tambien es sin pausa la decisión de organización y la comprensión de que la liberación de la mujer, la posibilidad de la vivencia libre de la disidencias sexuales, las relaciones sociales y personales sin opresión o abusos serán realidad con la transformación radical de este sistema, en una sociedad que elimine las clases y la propiedad privada como fuentede opresión y explotación.
Hoy, en medio del alzamiento popular, las mujeres trabajadoras y populares adherimos al llamado a seguir luchando por conquistar las demandas del pueblo, la clase trabajadora y del movimiento feminista clasistay expresamos con fuerza que luchamos y nos organizamos
¡Por la renuncia de Piñera!
¡Por un marzo de lucha!
Por igual trabajo, igual salario.
Por locomoción y colación en todos los centros laborales y estudiantiles.
Por el fin a la precariedad e informalidad laboral.
Por protección a la maternidad y verdadera sala cuna universal.
Por el fin al acoso laboral y sexual.
Por aborto libre, seguro y gratuito
Por el fin a la violencia patriarcal.
Por la socialización del trabajo doméstico.
Mujer trabajadora: Doblemente Explotada, Doblemente Revolucionaria.
Asociación Intersindical de Trabajadoras y Trabajadores Clasistas
AIT
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