30 de Agosto, Día Internacional de las y los Detenidos/as Desaparecido/as

El año 2011, Naciones Unidas (ONU) estableció el día 30 de agosto como el “Día Internacional del Detenido Desaparecido” por iniciativa de la “Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos” (FEDEFAM).

Las desapariciones forzadas son crímenes de lesa humanidad, realizados de manera sistemática o generalizada por organismos estatales. Chile, junto a otros Estados, ha ratificado la Convención de Naciones Unidas, la cual obliga a los países a promover el respeto universal y efectivo de los Derechos Humanos y libertades fundamentales para impedir la impunidad.

La Convención definió la desaparición forzada como “el arresto, la detención, el secuestro o cualquier otra forma de privación de libertad que sean obra de agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúan con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley”.

En Chile, impera la impunidad ya que se debe castigar a todos los responsables de las violaciones a los derechos humanos, de los aborrecibles crímenes de lesa humanidad, contra del derecho internacional humanitario, por los delitos de genocidios. Desde julio de 1999, la Corte Suprema resolvió que, puesto que el secuestro es un delito que se prolonga hasta el momento que aparece la víctima, los acusados no pueden beneficiarse de la Ley de Auto-amnistía de la dictadura cívico-militar.

Más de 2.000 seres humanos fueron secuestrados, llevados a lugares ilegales de detención, torturas y ejecución. Después, les hicieron desaparecer y muchos fallecieron en la tortura. Algunos fueron arrojados al mar, enterrados el desierto, sitios baldíos, campos, bosques y cerros de manera secreta, otros botados  en fosas NN en cementerios.

El Servicio Médico Legal ha logrado identificar a alrededor de 170 detenidos desaparecidos, son cuerpos o restos de cuerpos, que los habrían mutilado, aplicándole productos químicos, quemados y colocado rieles de tren para arrojalos al océano. La siniestra Operación Retiro de Televisores, se trató de la exhumación o desentierro de  restos de detenidos desaparecidos, sacados de donde habían sido arrojados, para ocultarlos en otros lugares, a fin de evadir las investigaciones. Casi todos, los detenidos condenados por genocidio de Punta Peuco, se niegan a colaborar con la justicia.

Los 30 de agosto, las organizaciones de Derechos Humanos dela Provincia Cordillera, hemos realizamos actos de homenajes, con romerías, conversatorios, actos culturales y marchas que concluyen en la plaza Reinalda Pereira, ubicada en el hospital Sótero del Río.

 

VICTIMAS EN LA PROVINCIA CORDILLERA:

Detenidos Desaparecidos por el Ejército: tres uruguayos: Ariel Arcos, Juan Povaschuk y Enrique Pargadoy (Tupamaros); el obrero Juan Llanca; Jorge Carrión (militante del MIR presidente campamento Luis Emilio Recabarren, hoy Vista Hermosa); dos campesinos de Paine detenidos desaparecidos en Pirque (los hermanos) Luis Silva y Manuel Silva y José Ruz (militante del MIR).

Secuestrados por la DINA: Alejandro Ávalos (profesor militante del PC); Reinalda Pereira (Tecnóloga Médico Hospital Sótero del Río, dirigente del PC); Roberto Chaer (militante del MIR Operación Colombo); Eduardo Hernández (dirigente del PS); Víctor Díaz (dirigente del PC, Casa de Piedra); Luis Muñoz (dirigente del PS detenido desaparecido, Operación Cóndor, ex Presidente Centro de Alumnos Liceo Consolidada); Lila Valdenegro (dirigenta del PC); Ulises Merino, Jorge Muñoz, Mario Zamorano, Uldaricio Donaire, Jaime Donato, Eduardo Cantero, Nicolás Vivanco, Vicente Atencio, Waldo Pizarro, (dirigentes clandestinos del  PC torturados en Casa de Piedra de San José de Maipo).

Secuestrado por el Comando Conjunto: José Weibel (dirigente de las JJ.CC).

La tarea de las organizaciones sociales y de derechos humanos es, reagruparnos para construir futuro.

 

 

 

Por RICARDO KLAPP SANTA CRUZ