En Chile nadie habla de logros

En esta crónica escrita en una noche perturbada por pesadillas de cuarentena, enumeraré los beneficios y logros sociales, conseguidos durante los dos gobiernos de Sebastián Piñera. No hablaré de un tercero. Podría caer en la irresponsabilidad de referirme al futuro, como si fuese adivino. En nuestra época ser brujo ha caído en el descrédito entre burlas y escarnios y es aconsejable, guardar la bola de cristal, en el baúl de la abuelita.

He aquí los logros alcanzados hasta hoy.

1.— El día que Piñera asumió el poder, por primera vez, anunció la inmediata derogación de la Constitución de 1980. En parte de su discurso alabado por la civilidad, dijo, mientras contenía las lágrimas: “He decidido en un acto de soberanía, después de haber escuchado la voz del pueblo, derogar la constitución de 1980, por tratarse de una ley espuria, heredada de la dictadura, que ningún otro gobierno tuvo el coraje de abolir”.

2.— En mayo de 2010, en una reunión con estudiantes en la Moneda, mientras desayunaban, anunció rebajar el pasaje escolar, impulsar una ley de total gratuidad de la enseñanza; construir escuelas, universidades populares y crear la beca presidencia de la república, destinada al estudiantado más vulnerable.

3.— En junio de 2011, envió a una ley al Congreso donde rebajaba a 40 horas la semana laboral.

4.— Dos meses después, creaba farmacias populares a lo largo de Chile, donde se otorga descuento especial al jubilado y a las madres solteras. Hasta la fecha se han contabilizado alrededor de 527 establecimientos que funcionan en el país y debido a la acogida popular, atenderán todos los días de la semana.

5.— En septiembre del 2018, envió una ley destinada a rebajar los altos sueldos de la administración del estado, incluidas las dietas parlamentarias.

6.— En diciembre de 2018, ahora en su segunda administración, como regalo de navidad, nacionalizó el cobre, el litio, el agua, el litoral de Chile —aunque perjudica sus intereses— las carreteras y otorgaba un bono de ayuda a la viudez, cuya jubilación fuese menor de quinientos mil pesos mensuales.

7.— A fines de 2018 ordenó intervenir las ISAPRES, las AFP y en un plazo no mayor a seis meses, entregar al estado su administración.

9.— Aconsejado por artistas afines a su ideario, decidió asignar fondos especiales a la cultura, destinados a crear teatros populares, editoriales independientes, salas de cine y orquestas juveniles. Y en un gesto de infinito amor por la lectura, decidió eximir del IVA a los libros.

10.— El 31 de diciembre 2019, desde la ciudad de Temuco, pronunciaba un discurso en mapudungun, declarando a esta lengua, oficial de la república de Chile, junto al castellano.

11.— Además, piensa establecer centros de recreación popular en todas las comunas del país y crear balnearios populares, donde trabajadoras y trabajadores junto a sus familias, puedan vacacionar durante 15 días.  Estas colonias populares se ubicarían de preferencia en Reñaca, Zapallar y en las numerosas playas privadas a lo largo del litoral.

12.— En 2019, al presenciar la marcha popular en Santiago, donde concurrieron casi dos millones de personas, manifestó: “¿Cómo no sentir alborozo en mi corazón de estadista, al ver este apoyo masivo?” Sin tardanza, anunció que pensaba volverse a presentar, como candidato a la presidencia.

Todo se hallaba en marcha. De pronto en marzo de este año, la visita del coronavirus frustraba sus propósitos de estadista. Existe una analogía con la obra de teatro “Esperando a Godot” de Samuel Beckett. ¿Acaso no siempre estamos esperando a alguien, que nunca llega? Las promesas, la justicia social y la solidaridad, se pierden en el camino y jamás logran concretarse. De mecenas, Piñera se convirtió en pordiosero, mientras piensa de donde conseguir los recursos para socorrer al necesitado. Él muy bien sabe cómo obtenerlos. O no se atreve o no lo dejan.

 

Por Walter Garib