Revuelta social al día: cumpleaños de Piñera y hacia el estallido 2020

La acumulación de fuerzas, que es en nuestro caso la acumulación de rabia, ha creado las condiciones para el segundo estallido social. Por donde se mire, la crisis hace agua amplificada por una clase política incapaz de canalizar o contener la ira. A la inversa: la clase política ha trazado un camino en el cual ella pueda nuevamente ser protagonista.

 

Esta es la lectura básica que se hace en todas las organizaciones y grupos. Podemos decir que también en los hogares y espacios laborales. La movilización no solo está en las calles, sino en las personas, afirmación registrada en todas las encuestas de opinión. El presidente Sebastián Piñera tiene a casi todo el país en contra, con unos índices de repudio en torno al 80 por ciento. Su aprobación, en tanto, según dos sondeos publicados este lunes, entre un once y trece por ciento. Sólo él mismo tuvo una marca inferior. Piñera se hunde por su propio peso.

 

Ante ello, y como si no entendiera qué pasa, Piñera continúa con su guerra. Del enemigo implacable del 2019, ayer en una audición con la derecha latinoamericana fustigó a una “izquierda radical y antidemocrática”, extraña afirmación que más parece figura retórica o vil retuécano que solo resiste credibilidad entre sus subordinados y socios. Aquí lo antidemocráticos son sus socios de Chile Vamos y la izquierda de su delirio es la socialdemocracia neoliberal. De qué habla este hombre.

La crisis se desarrolla semana a semana, día a día. Una crisis sistémica, que no deja parte de la institución chilena de pie. De las económicas a las políticas, que se defienden como gato de espaldas para mantener sus privilegios. Cuando la semana pasada un grupo de parlamentarios propuso adelantar las elecciones para sacar lo antes posible a un Piñera repudiado por ocho de cada diez personas, toda la clase política acomodada levantó todo tipo de argumentaciones, desde golpismo al orden institucional y democrático, para rechazar esas ideas y mantener un calendario al caos.

 

Este martes se inicia un nuevo proceso de destitución en las calles. Sacar a Piñera lo antes posible y liberar a las presos y presas de la revuelta que llevan más de un año en las cárceles. Hoy el presidente cumple 71 años y miles irán por la tarde, justo a la hora del té-cumpleaños, en bicicleta a su casa de San Damián a cantarle la canción de moda: “Piñera, CTM, asesino igual que Pinochet”.

De paso, para mañana miércoles está convocada una gran marcha al Congreso de Valparaíso en repudio por la labor legislativa, las negociaciones y la cocina política, cuya muestra palmaria fue un senado que la semana pasada votó la pauta de La Moneda para el segundo retiro del diez por ciento. El viernes, nuevamente en la Alameda lo más cerca posible de La Moneda.

 

Chile está en el suelo. Chile polarizado entre una elite minoritaria que controla las instituciones y el aparato estatal, los medios y los mercados. Al otro lado,  el pueblo. Qué vergüenza ha sido la función de anoche de relaciones públicas del gobierno con la televisión privada del primer millonario chileno. El canal 13 de Luksic con un puñado de periodistas y lobistas de derecha hablan con Piñera, que dice lo que se le da la gana. Y nadie lo detiene. Ver aquello es como la hora del odio de 1984. Si lo ves, no podrás dormir nunca más.

 

En eso estamos. Noticia en desarrollo.