Después de semanas de largos debates y dilaciones, finalmente hoy
el Senado y la Cámara de Diputadas y Diputados de aprobaron una fórmula para la participación indígena en la redacción de una nueva Constitución.
La propuesta presentada por una comisión mixta de ambas instancias, fue respaldada por los diputados con 140 votos a favor, siete en contra y dos abstenciones, dejándola lista para el posterior debate en el Senado, que la refrendó está noche por unanimidad.
El acuerdo sobre los escaños reservados a los pueblos originarios para garantizar su participación en la convención constitucional, establece 17 cupos dentro de los 155 integrantes elegidos en abril próximo para ese órgano, mientras que se rechazó un cupo para afrodescendientes, que la comisión había propuesto que se votara por separado.
Aunque la oposición mayoritariamente le dio su aprobación para no dilatar más el proceso, sí expresó numerosas críticas sobre todo porque, como argumentaron varios legisladores, está lejos de lo óptimo, y fue ‘solo lo mínimo que se pudo lograr’, según explicó la diputada Alejandra Sepúlveda, del Frente Regionalista Verde Social.
En declaraciones a la prensa, la diputada comunista Carmen Hertz dijo que los escaños reservados ‘no es una concesión graciosa a los pueblos originarios’, sino que surge de la lucha de los indígenas que han sido discriminados históricamente y cuyos problemas presentes se originan precisamente en su falta de participación.
Asimismo criticó el número de cupos, pues ‘la proporción correspondiente al porcentaje de población indígena debería ser 25, porque el 12,8 por ciento de la población del país se identifica como pertenecientes a algún pueblo originario.
Desde la derecha, que hizo todo a su alcance para obstruir la presencia indígena, el diputado Sebastián Torrealba calificó el resultado como ‘un buen acuerdo’ en el que -segúin expresó- cada sector cedió ‘para tener hoy este día histórico donde vamos a aprobar que los pueblos originarios sean parte del proceso constituyente’.
A pesar de las limitaciones del texto aprobado, es considerado como un paso importante, que se da en una carrera contra el tiempo para la formación de las candidaturas con vistas a la elección de la Convención Constituyente, pues estas deberán definirse como máximo el próximo 11 de enero.
En los 17 escaños definidos, corresponderán siete para los representantes de la comunidad mapuche, dos para los aymara y uno para cada uno de los pueblos rapa nui, quechua, atacameño, diaguita, colla, kawéskar, yagan y chango.
Desde el gobierno, que había sido criticado por tener una posición cuando menos ambigua en este asunto, la ministra de Desarrollo Social, Karla Rubilar, agradeció el trabajo del Congreso y señaló que la nueva Constitución ‘se escribirá con letra indígena’.