El juicio de extradición quedó concluso para sentencia el 1 de octubre pasado luego de varios meses de demora por la pandemia de Covid-19.
Estados Unidos quiere extraditar a Assange, quien está preso en el Reino Unido desde su arresto en la embajada de Ecuador en abril de 2019, y acusarlo de 17 cargos de espionaje y uno de conspiración para cometer piratería informática, que en total conllevan una sentencia máxima de 175 años de cárcel.
Las acusaciones tienen como base la publicación en WikiLeaks de miles de archivos que pusieron al descubierto crímenes de guerra cometidos por las tropas norteamericanas en Iraq y Afganistán, y valoraciones comprometedoras hechas por diplomáticos del Departamento de Estado sobre gobiernos y líderes políticos extranjeros, entre otros documentos.
En declaraciones la víspera a Prensa Latina, el excónsul de Ecuador en Londres Fidel Narváez aseguró que de aprobarse la extradición, la cual tendría que ser ratificada también por la ministra del Interior, Priti Patel, el Reino Unido estaría sentando un mal precedente para el periodismo y la libertad de expresión.
Según el exdiplomático, el caso presentado por la fiscalía estadounidense contra el periodista australiano esconde motivaciones políticas, como demostraron los testigos presentados por la defensa durante el juicio.