Estos consideraron esa medida como la más relevante para poder afrontar los problemas económicos, ya que el 45 por ciento no recibió ninguna otra ayuda estatal y el 87 de cada cien no se adjudicaron ningún fondo de emergencia del Ministerio de las Culturas y casi la mitad de ellos debió recurrir a familiares y amigos para superar el difícil momento laboral.
En consecuencia, los consultados evaluaron en una puntuación máxima de siete, con 2,1 la gestión de a las autoridades del Ministerio de las Culturas, mientras que los municipios obtuvieron 2,9 y las organizaciones 3,6.
Al analizar los resultados del sondeo, Julieta Brodsky, directora de Investigación del OPC señaló que al igual que en otros sectores, los trabajadores culturales tuvieron que echar mano a sus propios ahorros para sobrellevar la crisis.
Lamentó ‘un mal manejo de la crisis de parte de las autoridades culturales y eso se evidencia en la forma en que las personas consultadas las evalúan, aunque esa mala evaluación se extiende también a otras entidades públicas y privadas como el Gobierno, los Municipios, la banca y las propias organizaciones culturales’.
La grave situación evidenció también una alta dosis de resiliencia, pues el 76 por ciento de los entrevistados se capacitó para adaptar su trabajo a las nuevas condiciones por el distanciamiento social y el confinamiento, tanto de forma autodidacta como mediante intercambio con colegas o cursos online gratuitos.