Este país elige entre el Profesor Pedro Castillo y la hija del dictador Keiko Fujimori. Las democracias latinoamericanas están escogiendo el camino de la autodestrucción: los brasileños, por ejemplo, tienen un Presidente carnicero, asesino y canuto fanático; en Ecuador vienen de elegir  a un empresario, Guillermo Lasso, apoyado por el repugnante Partido Socialcristiano de ese país; en Chile, los electores, reyes de los huevones, colocaron en La Moneda a otro empresario, Sebastián Piñera quien, si continúa por el camino cruel y mezquino que ha llevado hasta ahora – no muy distinto a la dictadura de Pinochet – va a terminar por matar de inanición a los “huevones” que votaron por él, como también en atropellar los derechos humanos de la forma más vil.

La democracia es el gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo es un verdadero espejismo, al menos en los países latinoamericanos. Parece increíble que, en cada elección, los ciudadanos conduzcan al poder al mejor (de los carniceros), que gobiernan para los ricos y persiguen a los pobres.

La lista de Presidentes oligarcas, corruptos, ladrones y plenos de codicia y ambición es larga en cada uno de estos países del área: si sólo detenemos nuestra mirada  hacia Perú, nos hallamos ante un récord de dictadores, payasos y sinvergüenzas. En el período de la guerra del salitre, el Presidente Mariano Ignacio Prado huyó a París con el dinero de la colecta del pueblo para la guerra; Nicolás Piérola se dio el lujo de “regalar” la capital, Lima, al ejército chileno dándole la orden a su ejército de abstenerse de combatir en San Juan, pueblo situado a pocos kilómetros de Lima, en circunstancias especiales por el estado de embriaguez del ejército chileno.

En el siglo XX, el dictador Velasco Alvarado practicó un sui generis populismo militar; le sucedió  otro militar, Morales Bermúdez y, a continuación, el joven de entonces, Alán García, del Partido APRA, quien terminó por destruir la  economía peruana. La oligarquía del Rimac tenía a su candidato ad hoc, Mario Vargas Llosa, (más tarde, premio Nobel de Literatura, galardón que mezcla a verdaderos genios de la pluma con mediocres, estos últimos, apoyados por sus oligarquías). “El Escribidor”, cuando tenía todo a su favor para ganar las elecciones presidenciales (1990) frente a un “nipón”,  Alberto Fujimori, muy desconocido, y que no tenía ni programa de gobierno, ni menos ideas políticas, fue sobrepasado en número de votos por este advenedizo.

Fujimori y su socio Vladimiro Montesino, ya en el poder empezaron a preparar los famosos videos que grababan las peticiones de la repugnante oligarquía virreinal; por otra parte, los militares fujimoristas combatían a la más feroz de las guerrillas latinoamericanas, Sendero Luminoso, dirigida por Abimael Guzmán, que cobró más vidas de soldados y campesinos que cualquiera otra insurrección armada en América Latina.




Hacia 1992 Fujimori cerró el Congreso y se hizo dictador de tomo y lomo, pero casualmente se descubrió el contenido de los videos del diputado Curry, donde constaba los cohechos ofrecidos por Vladimiro Montecino a cambio del voto favorable a los proyectos de Fuggimori

El líder de la recuperación de la democracia, Alejandro Toledo, hoy está protegido por Estados Unidos, luego de haber huido de la justicia peruana, acusado de corrupción perpetrada durante su gobierno. El “Cholo”, ignorante y borrachín, (pieza de museo para su mujer, antropóloga

El suicida Alan García derrotó  al nacionalista Humala y en las elecciones siguientes Keiko intento volver a  ser dueña del Perú ahora contra  Humala  etno  Cacerista por quien lucho en la sierra contra chile y posteriormente pésimo Presidente del Perú

En el año 2017 parecía que la candidata Fujimori al final, triunfaría, sin embargo, la clase política se unió con el objetivo de derrotar a la hija del dictador. El rival, Pedro Pablo Kuczysnki era un lobista, pillín y empresario latinoamericano. PPK ganó por muy pocos votos a Keiko Fujimori, sin embargo, su Partido, Fuerza Popular, terminó convirtiéndose el principal Partido en el Congreso. El único objetivo se centraba en derrocar al Presidente PPK, y lo logró, pero la historia continúa: el Vicepresidente, Martín Vizcarra, se dio el lujo de cerrar el Congreso de mayoría fujimorista, y la venganza no tardó en llegar cuando se eligió un nuevo Congreso, que vacó a Vizcarra y, en su lugar, tomó el poder Merino, quien a los tres días dejó el poder, pues el pueblo no lo pudo aguantar a causa de sus medidas de represión.

La  historia de 1990 hasta nuestros días no es más que el suicidio de la democracia en Perú, (antes era un poderoso virreinato colonial). Los Presidentes de las últimas décadas no pueden ser más repugnantes y miserables: por ejemplo, el “Chino” y su prole no ha hecho más que robar y nadar en la corrupción; el “Cholo”, borracho, sinvergüenza y malero, sigue protegido en Estados Unidos; Humala es el rey de los “Macabeos” y su mujer, una boa peligrosa; PPK, preso domiciliario, se ríe de los peruanos con su acento norteamericano; Sólo un degenerado y corrupto, como Vizcarra, se puede dar el lujo de haber robado las vacunas destinadas al personal de salud para ser inoculado él, su señora, amigos ministros.

Como era evidente, ante tanta destrucción y democracia payasesca, es apenas lógico que el 30% de los ciudadanos haya preferido abstenerse ante la participación de 18 candidatos, todos ellos desastrosos, y que apenas lograban apoyos miserables.

Es obvio que, ante una situación como la presente en Perú, sólo puede llevar a un desastre: Pedro Castillo, a quien la  Prensa de derecha presenta un “Pol Pot”, quien desde el séptimo lugar pasó al primero, tiene que competir con Keiko Fujimori, acusada de varios delitos de corrupción y cohecho, y el más grave, la asociación ilícita para delinquir, cuya pena, solicitada por el fiscal del caso es de treinta años. Si ganara la candidata Fujimori, Perú tendría una Presidenta que,  a la espera del fin de su mandato,  podría  cumplir – se supone – de la pena de 30 años en la cárcel.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

19/04/2021

 

 



El Clarín de Chile

Ver comentarios

  • Vargas Llosa , que desde usar el boom progre para hacerse cartel , ha devenido en un matón neoliberal de alcantarilla , ahora , apoya a Keiko Fujimori ( la hija de aquel desconocido que le "jodió" la carrera política) porque el maestro Castillo es un "plebeyo" populista y no tiene el tinte blanquizco que tengo
    YO , el Mario , el Nobel , el comemierda de los chicago boys.Para nuestro buen literato , el no tener historia y parecer honesto es faltar a SU verdad de camaleón fundamentalista y prefiere a una sabandija ladrona y corrupta antes que un "desconocido" maestro de escuela que le vuelva a joder sus pretensiones políticas de gran nivel de corrupción.

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