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La teta de Ignacio Briones o la ubre de la oligarquía

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No es la teta de cualquiera. Es la teta donde la oligarquía mama día y noche. Una teta sonrosada provista de cuatro pezones como la vaca, pues la avidez por mamar, exige plenitud en la succión. El golpe militar de 1973 contra el Gobierno de la Unidad Popular, lo solicitaron los mamones de la SOFOFA y sus asociados. Deseaban solo ellos chupar la gloriosa teta de Chile, sin ser perturbados. Bien podría ser el mito de la creación de la Vía Láctea. En esa oportunidad, Hermes condujo a un bebé donde la diosa Hera, para que lo amamantara y así obtuviese la inmortalidad, mientras ella dormía. Al despertar la diosa, empuja al crío. Las gotas de la leche al salir a borbotones de sus mamas, crearon la Vía Láctea. Hay infinidad de historias sobre tetas, ubres o mamas, pero no es propósito del cronista, despertar la sed láctea de quienes lo leen.

Ignacio Briones, militante de EVOPOLI, partido político que los burlones bautizaron como NECRÓPOLIS —es decir cementerio— expresó su opinión sobre la actualidad. Dominado por un gesto de infinita franqueza, dijo durante la semana donde todos se pusieron a perorar: “Las elites han estado muy atrincheradas y deben soltar la teta”. ¿Pensamiento vinculado a la sinceridad, producto del miedo o al oportunismo político? A otros, el miedo los enmudece. Habló de elite, no de la oligarquía. Quiso demostrar respeto por esos señorones que lo emplean, cuando lo ven cesante y le ofrecen mamar. Piñera lo hizo Ministro de Hacienda y no de lactancia, aunque en las haciendas hay vacas holandesas, cuyas tetas parecen globos aerostáticos. No es lo mismo elite que oligarquía, aunque son parientes.

Asistimos a la declaración de quien ha servido como ministro, donde proliferan las elites del poder. Se les conoce su avidez por mamar sin soltar la teta, lo cual es avalado por Briones. ¿Cuál sería ahora la razón de su giro lácteo? Al verlo en TV o en la prensa, se siente solidaridad hacia este fraterno bebé. Conmueve su ternura, ese aire de monaguillo al servicio del señor obispo. En NECRÓPOLIS, o EVOPOLI, donde milita esta guagüita mamona, desde hace tiempo menudean los profetas. Despertaron después de dormir en brazos de la oligarquía, arrullados y hartados de beber leche. Vienen a promover nuevas ideas, para ser incorporadas a un eventual gobierno de mamones, que sueñan construir un nuevo establo.

Ni siquiera han sepultado a la infinidad de cadáveres que resultaron después de las últimas elecciones. Nadie imaginó tanta mortandad de quienes ni siquiera estaban enfermos. Esta nueva fraterna lactancia que formula Ignacio Briones Rojas, se la pueden ofrecer a los borregos o a la clase media, aunque nadie sabe si existe o se empobreció en el gobierno de los mamones. Dentro de las curiosidades realizadas por este divulgador, se encuentra su antigua actividad de crítico gastronómico, ejercida en la revista Cosas. Bajo el seudónimo de Eugenio de la Cruz, recomendaba restaurantes o los pulverizaba. En esa época, desde luego, no iba a promover la leche si se trataba de beberla, mientras se comía una pierna de cordero asada al palo, rociada con vino bigoteado.




Debido a tanta ansiedad por mamar, las nodrizas serán solicitadas en esta cruzada por volver a estimar que, la leche materna es el alimento por excelencia, para la buena crianza. Ahora, si hablamos de mamón en buen chileno, nos referimos a esa persona miedosa, la cual necesita el apoyo y la protección de su mamá. También se podría hablar de mamocracia, sin embargo, vamos a dejar ambos temas para otra crónica.       

 

Por Walter Garib

 

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