Poder y Política

Villa Alemana, ejemplo de dignidad: alcaldesa termina con el reconocimiento de «ciudadano ilustre» a Pinochet

La decisión del  Concejo Municipal de Villa Alemana de dejar sin efecto las distinciones otorgadas en el pasado a dos criminales  que encabezaron el golpe militar y la dictadura genocida refleja la voluntad democrática de las mayorías  que quieren borrar cualquier vestigio del tiempo negro del terrorismo de Estado que se prolongó por 17 años de muerte y destrucción.

Villa Alemana,  localidad de la provincia de Marga Marga, al interior de la Región de Valparaíso, se suma así a otras municipalidades que han anunciado similares resoluciones haciendo frente a la vergüenza de haber permanecido largos años de brazos cruzados,  sin una reparación oportuna.

En este caso el Concejo encabezado por la alcaldesa Javiera Toledo quitó el reconocimiento de  “ciudadanos ilustres” a Augusto Pinochet y Toribio Merino, quienes recibieron ese inexplicable nombramiento poco después del golpe de Estado de septiembre de 1973 cuando el país se encontraba bajo el cruento régimen de la tiranía castrense.

Este fue en realidad un auto reconocimiento porque en ese infierno de odio  y persecución no había autoridades ni instituciones democráticas. Todo había sido aniquilado al paso de las FF.AA. al servicio de la oligarquía, cuyos intereses habían sido tocados por el gobierno constitucional derrocado.

Javiera Toledo, una de las  tantas caras nuevas del escenario nacional, independiente fuera de pacto, logró un amplio triunfo en las elecciones alcaldicias de mayo pasado, con un 43,7% de la votación. Declaró que “llegamos a transformar conciencias y revocar este decreto, porque sin duda ello repara un poco el daño que se hizo en dictadura”.




La revocación se llevó a cabo con ocho votos a favor y una abstención, de un concejal de RN.  En represalia, la UDI pinochetista está “acusando” ahora a la alcaldesa de haber participado en las manifestaciones callejeras conmemorativas del segundo aniversario del 18-O.

Pinochet y Merino no solo fueron los cabecillas de la subversión  que ocasionó la muerte del presidente de la República. También le declararon la guerra al pueblo, indefenso y sorprendido, lo que provocó miles de asesinatos, secuestros, torturas y desaparición de personas, lo que la memoria colectiva no olvida.

Los políticos temerosos de otrora se esmeraron en homenajear a ambos golpistas después de la tiranía, no se sabe a cuenta de qué. Al dictador se le permitió llegar al Congreso como “senador vitalicio” y en cuanto al otro  se posibilitó la construcción de un monumento en su honor en Valparaíso, donde  uniformados  y empresarios le rinden pleitesía.

El título de “ciudadanos ilustres” tampoco correspondía,  porque era una burla para la inmensa mayoría de la población, caracterizada por su decencia y dignidad,  y que no merecía una farsa tan impresentable. Los que masacraron al pueblo y lanzaron los cuerpos de muchas de las víctimas al mar, lo que menos tenían era de “ilustres”.

Todo indica que es la hora de cerrar de una vez esta penosa etapa  de la historia, con el término de la impunidad y hasta de honores para los violadores de derechos humanos. El nuevo Chile que se está escribiendo no acepta rastro alguno de que una vez hubo una atroz dictadura que destruyó al país, su gente y sus instituciones.

Luego desaparecerá la Constitución pinochetista e igual camino seguirán los antivalores que se acentuaron en ese tiempo. Ahí están  las desigualdades, la discriminación y la corrupción,  además de esas máquinas de hacer dinero fácil para sus dueños como son las AFP,  las Isapres,  y la salud y la educación de mercado, entre otras.

El gesto producido en la Región de Valparaíso es considerado simbólico pero también necesario, porque los chilenos después de mucho tienen que sacudirse definitivamente de las ruindades y las miserias que fueron el único legado del régimen dictatorial. Las actuales autoridades locales de Villa Alemana, comuna pequeña pero digna, han dado un valioso ejemplo de coraje y decoro que se espera sea imitado a lo largo de todo Chile.

 

 

Hugo Alcayaga Brisso

hugoalcayagaperiodista@gmail.com

Valparaíso



El Clarín de Chile

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  • ¡Más vale tarde que nunca! Y una aclaración: No podemos hablar sin más de la "Constitución pinochetista". Es la Constitución de Pinochet y de Lagos. A tal punto que la actual Constitución ¡está suscrita por Lagos y todos sus ministros de 2005!, incluyendo a Yasna Provoste, Francisco Vidal, Nicolás Eyzaguirre, Ignacio Walker, Sergio Bitar, Osvalco Puccio y Jaime Estévez, entre otros.

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