Poder y Política

Otra oportunidad para el Partido Socialista

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Con suerte, porque por sus propios méritos estaba claro que ya no dispondría de otra opción para reivindicarse ante la ciudadanía, el Partido Socialista tiene hoy una inmejorable oportunidad de seguir en pie, recuperar su identidad,  reencontrarse con el pueblo,  volver a La Moneda y reasumir funciones gubernamentales.

              Lo hará convocado por la nueva administración del presidente electo Gabriel Boric,  que se apronta a iniciar su periodo en marzo próximo en medio de grandes expectativas – aunque con gradualidad  – y tratando de soslayar las dudas surgidas a partir del balotaje  de diciembre pasado.

              Cuando por la pérdida progresiva de votos, militantes e influencia parecía destinado  a conformarse  en su papel de actor secundario,  este partido debilitado ha sido favorecido por la decisión del mandatario entrante que busca  la ampliación de su base política más allá del pacto Apruebo Dignidad.

               De los siete gobiernos que ha habido en la postdictadura el socialista es el partido que ha ocupado la presidencia de la República un mayor número de veces: tiene dos mandatos con Bachelet y otro con Lagos. Hasta años atrás contó con una fuerte votación en la coalición  que se llamó Concertación, Nueva  Mayoría, Pacto Social, etc., que tras sus reiterados fracasos terminó por desaparecer.




              A la fecha el PS renovado no es socialista ni marxista,  no es revolucionario, no se ubica a la Izquierda ni se identifica con la clase trabajadora,  como ocurría hasta la dictadura, y de Salvador Allende se acuerda solo en los aniversarios. Aun navegando en un mar de ambigüedades sus contradicciones  lo llevaron a adherir al programa de Boric “sin compromisos” ante la falta de otra alternativa.

              Dos de sus militantes fueron nombrados al frente de importantes ministerios: Maya Fernández (nieta de Allende) en Defensa  y Carlos Montes en Vivienda. Y le correspondieron las subsecretarías  de Interior (Manuel Monsalve) y de Educación Parvularia (María Isabel Díaz).

              El PS fue colocado por el nuevo gobierno en el mismo lote que el polo social demócrata de la desaparecida coalición de centro izquierda.  También recibieron ministerios y subsecretarías – de acuerdo al inevitable cuoteo –  el PPD, el PR y hasta un llamado Partido Liberal, de cuya existencia hay muchos que recién se acaban de enterar.

              Los socialistas volverán a La Moneda el mismo mes  en que darán comienzo a un necesario proceso de reformulación interna. Este proceso se iniciará con la elección de directivas nacional y regionales, y concluirá con un congreso ideológico en que se podrá confrontar la idea de que al interior de la colectividad la disidencia se ha hecho más fuerte que el oficialismo.

              Será también la ocasión  para la autocrítica y un debate sobre el inmovilismo que afecta al partido. Esta pasividad observada en los últimos años,  coincidiendo con la “renovación”, se acentuó durante el todavía gobierno de la derecha empresarial, en que no se conoció proyecto de sello socialista alguno.

              Tiempo suficiente tendrá el PS para reflexionar sobre lo que ha sido y lo que es hoy, cuando el llamado  presidencial lo sorprendió como una tienda política en decadencia. Ello se debe  a lo que se califica como un encorvamiento generacional,  en que si bien es una tradición de Izquierda que entusiasma a muchos jóvenes, aún no inicia los trámites de jubilación a viejos y gastados estandartes alguno de los cuales permanecen  todavía en el Senado.

               La estampida de militantes que se ha producido deja al descubierto la ausencia de un proyecto socialista para Chile en la actual coyuntura.  Las cúpulas directivas carecen de iniciativa política,  como ha quedado de manifiesto ante la crisis provocada por el estallido social, lo que no sirve a los intereses del pueblo movilizado.

               Al ser convocado a formar parte del nuevo gobierno el PS se encuentra ante la expectante posibilidad de retomar su rol protagónico en la vida nacional y volver a enarbolar las banderas del socialismo y de la Izquierda sin barreras en estrecha articulación con los movimientos populares.

Hugo Alcayaga Brisso

Valparaíso

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  1. No creo que valga la pena tratar de resucitar a los politicamente agónicos; el PS y la DC y variopintos exconcertas debn desaparecer y dar origen a nuevos partidos con nuevos valores, nuevo personal, pero no renovados a neoliberales( la derecha se ha estado renovando sin éxito…), sino de conceptos sociales modernos..También lo recomendaría para el PC, que produce excemas varios en la chilenidad.
    El partido socialista de Salvador Allende ha muerto. Viva Salvador Allende y su ideario socialista.

  2. El PS es un partido patronal hace ya 30 años. Que Alcayaga Brisso y F. Portales sigan dandole oportunidades al PS, demuestra que se encuentran en un ángulo de 180 grados en relación con las demandas de las masas durante el estallido. Esta gente que sigue defendiendo al PS carga con la responsabilidad porlítica por los ciegos, torturados y muertos que hubo durante la rebelión popular.

    Por ahí se distingue entre noviembristas y octubristas. Portales y Alcayaga Brisso demuestran qué significa ser parte de los primeros. Los trabajadores tenemos que dejar de lado a esta gente.

    Atte,
    Rodrigo (ex reponedor, ex cajero metro, ex trabajador de call center).

  3. Felipe+Portales says:

    En efecto. Y habría que agregar que al PS también le ha tocado la oportunidad histórica de reivindicarse por otro acontecimiento de la fortuna. Dado los resultados de las elecciones de mayo pasado, ¡el PS quedó con el fiel de la balanza en la Convención Constitucional para que la izquierda pueda obtener los dos tercios en ella; y poder, en consecuencia, obtener una Constitución democrática efectiva, que permita sentar las bases para cumplir con la mayoritaria aspiración ciudadana de sustituir el modelo neoliberal actual! ¡Podrá redimirse en parte de su fervorosa labor de legitimación, consolidación y «perfeccionamiento» de dicho modelo efectuado en los 30 años!
    Y, no sólo eso, tendrá en su mano la única posibilidad de que el futuro gobierno tenga la mayoría parlamentaria para poder cumplir con su programa; si aporta sus votos al establecimiento de un congreso unicameral. Esto porque en esas circunstancias -de acuerdo a la Reforma Constitucional de diciembre de 2019 que estableció el marco legal de esta Convención- tendrán que efectuarse nuevas elecciones parlamentarias. ¡Y desgraciadamente el PS ya en dos oportunidades en la Comisión respectiva de la Convención ha votado en contra! ¡No se dan cuenta del daño que le están haciendo al futuro gobierno, al país y a su propio partido!…

    • Margarita Labarca Goddard says:

      Es muy cierto que el partido socialista ya estaba completamente kaput. Los militantes más decentes nunca se reciclaron y por lo tanto este partido terminó por tener solamente empleados. Boric les ha tendido la mano y ahora el PS se pone a mirar hacia la izquierda. Es obvio que no lo hace por convicción sino por oportunismo, pero eso no importa. A nadie le interesan las motivaciones subjetivas que puedan tener, sino los hechos. Tendrán que votar con la izquierda en la Convención Constitucional y así se lograrán los dos tercios indispensables.
      De ahí a que recuperen su prestigio y su antiguo esplendor, lo dudo mucho. Los errores cometidos -se podrían calificar mucho peor que errores pero no lo voy a hacer- repito, los errores cometidos se pagan y es lo justo.
      Por otra parte, me parece que Maya Fernández Allende no está en el nuevo gobierno como genuina representante del Partido Socialista. Creo que todos la vemos como un respetuoso saludo, como sacarse el sombrero ante Salvador Allende y ante Beatriz Allende -la Tati- . Bien por Gabriel Boric, es un gesto muy inteligente que nos compromete a todos.

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