Tras aprobarse el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11) en el Congreso, su ratificación quedó en manos del presidente. Conocida la estrategia de las «side letters» adoptada por el gobierno, desde el parlamento se solicitó definir los plazos de la publicación del acuerdo comercial.
Plazos que fueron aclarados por el ejecutivo: se esperaran los resultados de las de las negociaciones paralelas entre Chile y los países que conforman el pacto comercial, y que buscan modificar el mecanismo de resolución de controversias entre Estado e inversores.
Lo que fue una anticipada estrategia de Estado, causó molestia en las bancadas de derecha, quienes incluso amenazaron con paralizar las negociaciones por un nuevo proceso constituyente en caso de que el Ejecutivo mantenga su estrategia.
En específico, el jefe de bancada de la UDI, Iván Moreira expresó. Lo estamos diciendo bien en serio, no es una pataleta. Si esta va a ser la relación con el gobierno no espere acuerdos, ni legislativos ni tampoco constitucionales. Porque lo que hace el gobierno es agitar las aguas y la tensión”.
Por su parte, la ministra Vallejos respaldó la decisión del presidente y detalló que tiene toda la facultad de esperar. «El llamado es al Senado a que, así como el Gobierno respeta y ha respetado la decisión del Senado ahora le toca al Senado respetar la decisión del Presidente”, comentó.
El excanciller y expresidente del PPD, Heraldo Muñoz, dijo que es “atendible que el gobierno quiera esperar respuestas a las side letters para proceder a la ratificación y depósito del tratado, facultad exclusiva del Presidente”.
Sin ir más lejos, el Tratado medioambiental de Escazú, incluido en el programa de gobierno, fue aprobado en su último trámite el 1 de junio de este año y ratificado el 20 de junio.
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Que oportuno para el Gobierno sería si la amenaza de parar la discusión constitucional se concretizara! Así ya podrían argumentar que hicieron todo lo posible por detener el acuerdo del TPP-11 pero había que firmarlo para "salvar" la continuidad de la discusión constitucional. Como ya se sabe que la discusión constitucional está y estará definida por lo que diga la Derecha, decirnos que se trataba de "salvar" la continuidad del proceso sería de un cinismo catedralicio. Esa discusión - si la hay - ya está perdida. Además que la firma del TPP-11 por parte del Gobierno -que la hará con o sin las famosas cartas adicionales o complementarias - , le pondrá automáticamente "bordes" a cualquier nuevo texto constitucional.
Y de esta manera, la clase dominante habrá finalmente salido victoriosa de la amenaza que representó para ellos la rebelión del 18-O y todo podrá continuar como antes. Bueno, eso es lo que ellos piensan.
"Progressive" en inglés no significa "progresista", sino "progresivo", que es cosa muy diferente.
Para la derecha bélica economicista, sólo existe la ley del embudo, con la parte ancha para ellos...ó se cree que son fachos buenos?