A Cristina Fernández o se la ama o se la odia: es una pieza fundamental de lo que los argentinos llaman “grieta”, es decir, un quiebre radical entre los fieles seguidores de la ex Presidenta, (hoy Vicepresidenta), y la derecha que la odia, y unos creen que la líder del peronismo es la gran defensora de los humildes, mientras que los demás la acusan de corrupción, (la tratan como una ladrona común).
La justicia argentina está desprestigiada, y sus fallos no son aceptados por la población como válidos, y en caso de que favorezcan a la Sra. Kirchner, son acogidos con júbilo por sus partidarios, y en el caso contrario, la derecha y los lectores del Diario El Clarín consideran que el reciente fallo en contra de la Vicepresidenta, no sólo es justo, sino también la condena a seis años de prisión y sobre todo, la imposibilidad de ocupar cualquier cargo público, es muy leve, si se consideran los delitos por los cuales se le acusa.
El fiscal del caso, Diego Lucciani, se ha empeñado en lograr un fallo favorable a la acusación por dos delitos: ser jefa de una asociación ilícita, y de fraude fiscal. El 6 de diciembre del presente año los tres jueces condenaron a Cristina Fernández, Julio de Vido, José López y Lázaro Veas, a 6 años de prisión.
La condena contra la ex Presidenta de Argentina y hoy Vicepresidenta no significa que irá a prisión efectiva, pues le resta aún un recurso ante el Tribunal de casación y, posteriormente, la apelación ante la Corte Suprema. Normalmente, estos recursos pueden durar varios años de tramitación; por otra, Cristina Fernández tiene fuero como Vicepresidenta de la República, que sólo podrá ser retirado por un juicio político en el Parlamento y, hasta hoy, el peronismo tiene una representación importante en ambas Cámaras legislativas. Por otra parte, la Vicepresidenta, cerca de 70 años de edad, no tendrá que ir a la cárcel, (la sentencia se cumpliría en su domicilio).
La líder peronista, también de la organización política la Cámpora, acusa al Tribunal que la juzga de practicar el Lawfare, (guerra jurídica), es decir, los Tribunales de Justicia forman “partido”, cuyo propósito es “torcer la ley” a fin de eliminar a un mandatario que se considera peligroso para la derecha. (Los casos más conocidos se refieren a Rafael Correa, en Ecuador, y Lula da Silva, en Brasil).
Los jueces corruptos, en su mayoría, son apoyados por la Prensa de derecha, monopolizada por empresarios contrarios al progresismo; en el caso argentino el Grupo Clarín, además de una serie de periodistas que se dedican a denostar a la Expresidenta, sumado a manifestaciones continuas apoyadas por la derecha, se ensañan con la Sra. Fernández de Kirchner.
La Vicepresidenta respondió a la lectura de la condena acusando al fiscal y los jueces de ser un pelotón d fusilamiento, dejando velada la posibilidad de un atentado en su contra, (como el acaecido, hace unos meses, en la puerta de su casa, en el barrio Recoleta).
Desde su oficina, en el Senado, manifestó que ella no postularía, por ningún motivo, a la presidencia, ni a ningún otro cargo de elección popular, despejando su presentación en las próximas elecciones, de 2023.
El Presidente de la República, Alberto Fernández, por su parte, escribió en su cuenta de twitter que “ha sido condenada una persona inocente”.
Sospechosamente, se conoció sobre un viaje millonario efectuado por varios jueces y, al parecer, financiado por El Clarín, a la provincia de Santa Fe, lo cual probaría la complicidad entre los jueces y la principal empresa periodística argentina.
Argentina actualmente tiene un 100% de inflación y la suma 18 millones de pobres e indigentes, por consiguiente, la grieta política aumenta cada día más, y las elecciones, a realizarse en el próximo año, serán un episodio más del combate a muerte entre peronistas y derechistas.
El fallo en primera instancia en contra de Cristina Fernández de Kirchner no tendrá una incidencia directa en la situación judicial de la Vicepresidenta de Argentina, y no es seguro que se abstenga de presentarse como candidata a la presidencia de Argentina.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
07/12/2022
Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín
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