Organizaciones movilizadas por la total salida de las salmoneras de las áreas protegidas

La mega industria salmonera con base en Chile constituye un enclave colonial exportador. Son 30 años de ocupación y destrucción de las áreas protegidas y los territorios ancestrales Mapuche, Kawesqar y Yagán.
En la actualidad 32 empresas de grupos empresariales y conglomerados familiares chilenos junto a transnacionales noruegas, canadienses, japonesas, chinas y alemanas, gozan de 416 concesiones industriales al interior de los Parques Nacionales y áreas Protegidas en las regiones de la Patagonia. Las opacas y corruptas administraciones de los gobiernos han permitido que existan 19 concesiones en el Parque Nacional Alberto De Agostini, 4 en el Parque Nacional Laguna San Rafael, y cuatro en Parque Nacional Magdalena. A su vez, operan industrialmente 317 concesiones en la Reserva Forestal Las Guaitecas; 67 en la Reserva Nacional Kawésqar; 8 en el Área Marina costera protegida Pitipalena-Añihue, y 5 en el Fiordo Comau.

Tres décadas de políticas neoliberales han permitido que las producciones de salmónidos de cultivo, que son especies carnívoras exóticas, introducidas desde el hemisferio norte a las aguas del sur de Chile, hayan aumentado en un 3 600% entre 1990 y 2017. La producción salmonera en la Patagonia chilena ya alcanzaba en 2022  1 millón de toneladas anuales, un volumen destinado en un 90% a la exportación, valorado en 6. 600 millones de dólares o 6,6 billones de dólares  anuales.

Lucro salmonero y daño ambiental y territorial

Las 1.370 concesiones salmoneras entregadas en forma gratuita y débilmente fiscalizadas por el Estado, han hecho posibles estas billonarias ganancias de la megaindustria salmonera. Sus costos de producción son transferidos a la Naturaleza, y los tienen que pagar la salud pública, vulnerándose los derechos de los trabajadores y de las comunidades de pueblos originarios. La fase sucia productiva se realiza utilizando territorios costeros, y ecosistemas vulnerables situados en las áreas protegidas y parques nacionales. Luego de crear áreas de “sacrificio ambiental” generando una situación de ecocidio, especialmente en fiordos y canales interiores,  exportan sus  billonarias producciones de alimento contaminado,  cargado de residuos de antibióticos y sustancias tóxicas pero son toneladas certificadas como “amigables con el medio ambiente y socialmente responsables” .

Lo anterior se une a la carga de explotación y abusos sobre sus propios trabajadores. En ese desconocido marco, destacamos que 74 trabajadores y trabajadores han muerto en plantas procesadoras de salmón, centros de cultivo y transporte marítimo y terrestre entre el 2013-2022 como resultado de extensas jornadas laborales y las precarias condiciones de seguridad laboral.




La ofensiva de las patronales salmoneras previa a la votación   el 29 y 30 de mayo del proyecto de ley que crea el Servicio de Diversidad y Áreas Protegidas (SBAP), incluye una agresiva campaña de desinformación pública, amenazas sobre el parlamento, y acciones de amedrentamiento a defensores ambientales, de derechos humanos y pueblos originarios.  Así ocultan  sus verdaderos intereses las grandes empresas transnacionales y grupos empresariales de Chiles, que sólo buscan perpetuar este modelo productivista y extractivista de explotación de la Naturaleza, poniendo en peligro permanente la vida y biodiversidad en nuestros territorios. Con la complicidad de los medios, se aplican a generar tensión y confusión en la opinión pública, trabajadores, organizaciones socioambientales y comunidades de pueblos originarios respecto del proyecto de ley.

La respuesta de comunidades y organizaciones

La lucha del movimiento socio-ambiental continuará hasta lograr la total salida de las concesiones salmoneras industriales de las áreas protegidas y de los ecosistemas vulnerables, tales como ríos, lagos y fiordos, para asegurar el buen vivir de las familias,  sus  economías territoriales y las futuras generaciones, en el marco del respeto a los derechos de la naturaleza.

Apoyaremos las acciones de boicot al consumo de salmón químico industrial a nivel nacional e internacional, apuntando a que el gobierno establezca una moratoria al destructivo proceso de expansión territorial y productivo de esta industria en el territorio Mapuche, Kawesqar y Yagán en la Patagonia.

Por Movimiento por el Agua y los Territorios y Centro Océanos

 



El Clarín de Chile

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