Gustavo Petro advierte sobre un «1933 global»

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha compartido en las redes sociales una serie de reflexiones provocadoras y preocupantes que nos invitan a pensar profundamente sobre el estado actual del mundo y el impacto de las decisiones que tomamos en nuestro camino hacia el futuro.

Petro comienza destacando la «barbarie del consumo basado en la muerte de los demás», una práctica que, según él, está llevando al mundo hacia un ascenso sin precedentes del fascismo. Esta escalada, advierte, podría poner en peligro la democracia y la libertad. Petro llega a llamar a este momento «el 1933 global», recordando el año en que Hitler llegó al poder, lo que resalta la gravedad de la situación.

Un punto central en sus reflexiones es la conexión entre el consumo desenfrenado en Occidente y la crisis climática. Argumenta que Occidente defiende su estilo de vida basado en un consumo excesivo, a pesar de su impacto en la atmósfera y el clima. Petro señala que Occidente está dispuesto a responder a las consecuencias de su consumo, que incluyen el éxodo de poblaciones del sur hacia el norte, con la muerte. Esto, en su opinión, refleja una falta de voluntad para transformar el sistema económico y una priorización del mercado por encima de la vida en el planeta.

El presidente colombiano critica la política de Occidente, que busca proteger la «burbuja del consumo de los ricos del planeta» en lugar de preservar la humanidad en su conjunto. En este contexto, menciona el sufrimiento de los niños en Gaza como un ejemplo de cómo las mayorías se vuelven desechables en la búsqueda de mantener el estatus quo.

Petro también señala las políticas antiinmigración, los campos de concentración para inmigrantes, los bloqueos económicos a países rebeldes y otros fenómenos que considera como manifestaciones de la derecha de Occidente, que ve la solución a la crisis climática como una «solución final». Esto evoca el sombrío espectro de la historia y nos lleva a reflexionar sobre el peligro de la indiferencia y la complacencia ante las atrocidades.

El llamado de Petro es claro: si no cambiamos el poder, nos dirigimos hacia la barbarie. La humanidad, en especial los pueblos del sur, depende de las decisiones que tomemos para abordar la crisis climática provocada por la riqueza del norte. Gaza, según sus palabras, es solo el primer experimento que podría considerarnos a todos desechables.

Las palabras de Gustavo Petro nos desafían a considerar nuestras acciones y políticas en un mundo donde la desigualdad y la crisis climática son realidades apremiantes. Sus reflexiones nos instan a actuar con urgencia y a considerar un camino que priorice la vida de todos los habitantes del planeta sobre el consumo insostenible de unos pocos. En última instancia, son un recordatorio de que la toma de decisiones en este momento crucial puede dar forma al futuro de la humanidad y del planeta que compartimos.