Ricardo Lagos anuncia que votará en contra de la nueva constitución en diciembre

Ricardo Lagos, el expresidente que gobernó entre 2000 y 2006, ha sorprendido a muchos al tomar una posición firme en relación a la propuesta constitucional que se someterá a plebiscito el 17 de diciembre próximo. En una entrevista  con el diario El País, Lagos expresó su decisión de rechazar el proyecto de una nueva Constitución, lo que ha generado expectación en Chile y en la comunidad política internacional.

La Constitución chilena actual data de 1980, una época marcada por la dictadura de Augusto Pinochet. A pesar de haber experimentado más de 60 enmiendas desde 1989, algunas de las reformas más significativas se llevaron a cabo durante el gobierno de Lagos en 2005, lo que le otorga un papel central en la creación del texto constitucional vigente. Sin embargo, Lagos ha sido un defensor acérrimo de reemplazar esta Constitución, considerando que no logra representar adecuadamente a la sociedad chilena.

El proceso de cambio constitucional en Chile ha sido complejo y polarizado. En 2022, una Convención Constitucional dominada por la izquierda presentó una propuesta que fue finalmente rechazada por la ciudadanía con un 62% de votos en contra. Este resultado condujo a una nueva oportunidad de reforma constitucional, con un proceso que involucró a una Comisión Experta y un Consejo Constitucional, este último compuesto en su mayoría por representantes de la derecha.

Lagos expresó su decepción por el proceso que llevó a la aprobación de la nueva propuesta constitucional, argumentando que el texto refleja una visión ideológica sesgada y no tiene la capacidad de representar a la nación en su conjunto. Destacó que la Constitución debe ser una «Ley de leyes» que permita la convivencia de una sociedad diversa, similar a cómo los hermanos pueden pensar de manera diferente en una familia sin que ello destruya la armonía.

El expresidente se manifestó en contra de la nueva Constitución y optó por el «rechazo» en el próximo plebiscito, argumentando que la propuesta actual no contribuye a cohesionar a la sociedad chilena y que su enfoque es partidista. Sin embargo, Lagos no ve un futuro sombrío si la propuesta es rechazada, sino una oportunidad para avanzar mediante reformas hacia un Estado Social de Derecho que responda a las necesidades de una sociedad en constante evolución.

Además, Lagos hizo hincapié en la importancia de adaptar la Constitución a los desafíos del siglo XXI, especialmente en lo que respecta a la revolución digital. Destacó la necesidad de que los partidos políticos se adapten a esta nueva realidad y sean capaces de proponer ideas para el futuro de Chile en un mundo digital en constante cambio.

La posición de Ricardo Lagos no solo es significativa en el contexto chileno, sino que también plantea preguntas importantes sobre el papel de la Constitución en una sociedad en constante evolución y la necesidad de consensos políticos que permitan abordar los desafíos del presente y el futuro.