El gobierno se encuentra afinando los detalles de una reforma clave: el sistema de pensiones. Tras una breve pausa debido al plebiscito constitucional, la ministra de Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, ha anunciado una propuesta para redistribuir un 6% adicional destinado a mejorar el sistema previsional.
Esta propuesta busca abordar la preocupante situación de muchos jubilados que, tras décadas de trabajo, reciben pensiones por debajo de la línea de pobreza. Desde la era de la dictadura de Pinochet, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) han manejado las cotizaciones de los trabajadores. Sin embargo, estas entidades han generado considerables ganancias para sí mismas, dejando pensiones insuficientes para sus afiliados.
El punto de discordia radica en el destino de ese 6% adicional que los empleadores deben aportar para mejorar los ingresos de los jubilados. La propuesta de la ministra Jara, conocida como la fórmula 1-2-3, distribuiría ese porcentaje de la siguiente manera: 1% para fortalecer el empleo formal de las mujeres, 2% para un fondo de ahorro individual intocable y heredable por los trabajadores, y 3% para un seguro social que aumentaría su beneficio por cada 10 años cotizados.
Sin embargo, la oposición y la derecha rechaza esta propuesta, argumentando que atenta contra el sentido común de los chilenos. La UDI se muestra firme en su postura de no respaldar reformas que, según ellos, perjudican a los ciudadanos. Demandan una autocrítica por parte del gobierno y el retiro de estas reformas, insistiendo en la necesidad de discutir seriamente cualquier cambio en el sistema de pensiones, tributario o de seguridad. La secretaria general de la UDI, María José Hoffmann fue enfática: «los votos de la UDI no van a estar disponibles en ninguna reforma que atente contra el sentido común de los chilenos». Por su parte, el presidente del partido, Javier Macaya, dijo: “Lo que yo encuentro insólito, lamentable, incluso indignante, es que el gobierno pretenda, a propósito del resultado de ayer, impulsar o darle oxígeno a malas reformas en un momento en donde Chile atraviesa una situación económica apremiante”
El llamado a la reflexión y la apertura al diálogo resuena en el discurso de algunos sectores políticos, destacando la importancia de llegar a acuerdos en beneficio de la población. Este momento post-plebiscito demanda un enfoque colaborativo y una búsqueda de consenso para mejorar el sistema de pensiones, una necesidad apremiante para el bienestar de los chilenos.
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