A la histórica justa comicial de este domingo estuvieron convocados más de 156 millones de votantes para elegir al próximo jefe del Ejecutivo para el periodo 2023-2027.
Con los resultados, el país deberá ir a una segunda vuelta el 30 de octubre, ya que el fuerte resultado inicial del presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro parecía haber acabado con las esperanzas del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva de ganar en primera ronda.
También en el pleito fueron electos el vicepresidente del país, gobernadores y vicegobernadores de los estados y del Distrito Federal; senadores, diputados federales y legisladores estaduales.
Lula, abanderado del Partido de los Trabajadores, y Bolsonaro, quien ambiciona reelegirse como postulante del Partido Liberal, figuraron en esta primera vuelta como los principales candidatos en las urnas, según resultados de las encuestas de opinión a lo largo de meses.
En caso de que ninguno de los aspirantes al poder (registrados 11) alcance más de la mitad de los votos válidos, los dos más votados tendrán que enfrentarse en una segunda vuelta programada para el 30 de octubre.
Una votación en segunda vuelta podría aumentar la feroz polarización y la violencia política latente en el mayor país de América Latina. Un voto estrecho en la primera ronda también daría un gran impulso a Bolsonaro que aparecía 10-15 puntos porcentuales por detrás de Lula según las encuestas antes de la votación del domingo.
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Los Bolsonaros ganan en la Cámara de Diputados y los curules disponibles del Senado lo que le pone la pista cuesta arriba a Lula en el balotaje y en la presidencia si la gana. Quienquiera que la gane, va a ser por unos cuantos puntos porcentuales, un fuerte desafío para la continuidad de la democracia en el país.