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Informe del Centro de Estudios LCN: territorio en disputa de la elección presidencial de noviembre de 2025

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Alberto Mayol socializó esta investigación que dirige/ y en el que señala elementos bastante interesantes para el análisis. La muestra implicó la realización de 13 encuestas mensuales de 600 casos desde mayo 2024 a junio 2025 (análisis de frecuencias, bivariable y multivariable); 105 entrevistas cualitativas por 8 regiones de Chile (análisis crítico de discurso); 2 encuestas de 1000 casos cada una para análisis por grupos de comunas clasificadas por semejanzas (clusterización y modelamiento).

Entre las conclusiones más sugerentes está aquella que señala que el electorado chileno ha mutado del clásico tres tercios a los seis sextos: “Este nuevo esquema nos ha permitido constatar que la crisis institucional (vigente desde 2011) ha provocado la duplicación de las posiciones políticas tradicionales —institucionalistas de derecha, centro e izquierda (el centro definido por un ethos concertacionista)— en versiones disruptivas. Estas nuevas versiones comparten los valores fundamentales de su matriz ideológica, pero rechazan a las élites políticas actuales, critican la transición chilena, perciben una grave falla en la institucionalidad, demandan transformaciones profundas y tienen menos expectativa de futuro, por lo que pueden buscar un voto ritual. En simple, el proceso sociopolítico ha generado duplicados de cada posición política para transitar en un mundo desinstitucionalizado. Pueden ser capaces de generar una salida institucional novedosa, o quedarse como síntomas de la decadencia del original. Agrega que “El histórico sistema político de Chile se enfrentó a una modificación desde que en 2011 comenzó la crisis institucional y de legitimidad de las elites. Era un fenómeno global intenso en Estados Unidos, Francia, España y otros países. El conflicto salía de la izquierda y la derecha, pasando al conflicto horizontal entre ciudadanía y élites. La crisis del sistema político y del ambiente empresarial, incluyendo la caída de la Iglesia católica, generó un vaciamiento de los pilares fundamentales de la institucionalidad chilena. Sin adaptación, las grandes fuerzas de la transición, por izquierda y derecha, se vieron heridas. Electoralmente el escenario comenzaría a ver modificaciones relevantes y estructurales desde 2017, con el surgimiento de una nueva izquierda y derecha. Fue así como a cada uno de los tercios históricos le creció un doble opuesto, un espejo roto, una versión desinstitucionalizada”.

Ilustración: La nueva división de la política nacional

Fuente: Informe del territorio en disputa de la elección presidencial de noviembre de 2025




El estudio indica que “cada sector histórico generó su propia estructura de debilitamiento, una protuberancia que fue creciendo y generó la incomprensión y extrañeza: ¿es esto nuevo un aumento de la potencia del sector histórico o es su destrucción? Todavía no lo saben. La confusión impera en la zona institucional”

 

Fuente: Informe del territorio en disputa de la elección presidencial de noviembre de 2025.

Según el análisis “Los grupos disruptivos suman en promedio en Chile el 69%. Pero la clave está en el grupo de centro (concertacionistas disruptivos) quien han votado en todos los sectores buscando una solución. Un tercio de los disruptivos concertacionistas son portalianos, por lo que no son contrarios a la institucionalidad; sienten que se ha perdido el orden”.

Cuadro: Los seis grupos de votantes en evolución de últimos 13 meses

Fuente: Informe del territorio en disputa de la elección presidencial de noviembre de 2025.

La zona de disputa de los volubles

La madre de todas las batallas según el análisis que encabezó el conocido sociólogo “se está dando en los concertacionistas disruptivos, que han llegado a sumar el 32% de todos los votos y que hoy se han reducido en seis puntos, pues está comenzando el proceso de absorción. Desde 2022 (terminando la Convención Constitucional e iniciando el gobierno de Boric) este grupo tiene una bajísima probabilidad de votar por la izquierda y apoyó a Kast para el Consejo Constitucional (pero en esa gestión los perdió) y luego han estado con Matthei hasta fines de 2024. El grupo se tornó líquido en enero de 2025, con Kaiser creciendo fuerte en derecha y concertacionistas disruptivos, lo que generó modificaciones de escenarios que condujeron a decisiones de Matthei (fortalecerse en disruptivos de derecha), escenario que favoreció a Kast creciendo en la derecha institucional y en la disruptiva. Las zonas en disputa más importantes hoy son los concertacionistas disruptivos (en primer lugar), la derecha disruptiva y los concertacionistas institucionales (segundo lugar) y la derecha institucionalista. La guerra de la derecha está produciendo una gran fluidez en estas posiciones y si la candidatura de Jeannette Jara logra (con su fenómeno carismático después del triunfo) ingresar a la zona central, se producirá un escenario particularmente interesante en los próximos meses, ya que la izquierda no ha tenido capacidad de disputar el centro hace mucho rato (la verdad es que Tohá no lo lograba, por eso tuvo pocos votos estando situada en una posición donde hay por montones)”.

 

Cuadro: Zonas en disputa (más oscuro, más relevante conflicto en disputa)

Fuente: Informe del territorio en disputa de la elección presidencial de noviembre de 2025.

Según los autores de este trabajo “En particular esta zona en disputa (donde la mayor importancia la tienen los concertacionistas disruptivos) está habitada con mucha fuerza el grupo etario de 30 a 44 años, mayoritariamente disruptivo, aunque con una presencia institucionalista más visible (alrededor de 30%). Es el grupo más dinámico y disputable. Los más jóvenes son más disruptivos, pero les cuesta mirar a la derecha. El grupo de 45 a 59 años es el que goza de más equilibrio entre malestar y deseo de orden, y por tanto, donde los portalianos del concertacionismo disruptivo tienen mayor representación. Sobre los 60 años está la mayor base institucionalista (40% aproximadamente), la que ha aumentado con una gran reducción de disruptivos concertacionistas en la última medición, lo que revela el grupo que comenzó el paso al institucionalismo propio de la época de liturgia electoral”.

 

Cuadro: Segmentos de alta volatilidad

Fuente: Informe del territorio en disputa de la elección presidencial de noviembre de 2025.

Señala el informe que “el voto voluble no está uniformemente distribuido, sino que aparece en zonas específicas donde convergen: Clases aspiracionales medias y populares que transitan entre desconfianza, deseo de movilidad social, crítica al abuso y al mismo tiempo apego a valores de orden. Sociológicamente predomina la clase media baja o emergente, los trabajadores informales, sin adscripción partidaria, con consumo noticioso fragmentado”.

Dichos segmentos electorales son meritocráticos, aunque perciben que el sistema los traiciona. Son amigos del orden, aunque desconfían del estado por las personas que lo representan y postulan un estado fuerte. Narrativamente, se activan con relatos simples, coherentes, que combinen justicia y eficiencia. Rechaza tecnicismos, pero le gusta ver personas competentes técnicamente y son enemigos de la polarización.

Las zonas geográficas clave son los grupos de comunas con “movilidad bloqueada” y el grupo de comunas “aspiracional crítico”. Algunas de ellas son Puente Alto, Maipú, La Florida, San Bernardo, Quilpué, Rancagua, Talca, Chillán, Iquique. Desde el punto de vista del contenido, el votante voluble se divide fundamentalmente en tres tipos. Lo podemos llamar las tres almas políticas de los votantes volubles.

 

Cuadro: Las tres almas de los votantes volátiles

Fuente: Informe del territorio en disputa de la elección presidencial de noviembre de 2025.

En definitiva “El espacio electoral en disputa en Chile 2025 está compuesto por votantes disruptivos que desean reconstrucción institucional, meritocráticos indignados, y ciudadanos que exigen orden con justicia. Son funcionalistas, no ideológicos, y solo serán movilizados por narrativas coherentes, moralizadas y emocionalmente potentes”. La investigación resume que los votantes con mayor volatilidad están en todo Chile, pero hay comunas que son más radicales en su tendencia pendular y en la facilidad para cambiar de voto; varias capitales regionales y provinciales están en esta condición, tanto en el norte de Chile, como en el centro y el sur; alrededor de la mitad de las comunas de la Región Metropolitana están en esa condición.

Finalmente, la investigación hace el análisis de los principales candidatos y sus historias recientes. Respecto de Evelyn Matthei señala que “abandona el centro político y profundiza su anclaje disruptivo. Pierde la transversalidad. Aumenta su capital entre los votantes de derecha dura, a costa de desfondarse en los sectores institucionalistas. Se convierte en una figura más disruptiva. Evelyn Matthei ha migrado con su estrategia a buscar a voto disruptivo de derecha, perdiendo el voto disruptivo de centro y dejando abierto para terceros el espacio institucional”. Sobre Jeanette Jara manifiesta que “ha fortalecido su base disruptiva a costa del Frente Amplio. Aunque ya partía con un electorado mayoritario en la zona disruptiva, logra crecer no solo en esa izquierda, sino que entra a los “concertacionistas disruptivos”, que son clave para proyectar gobernabilidad radical. Pierde algo de apoyo en izquierda institucionalista, lo que podría reflejar un distanciamiento de la institucionalidad, pero mantiene cierta conexión que parece normal que ya esté en sus manos por la evolución de los días posteriores al triunfo. Representa una figura de disrupción estable con cada vez menos riesgo de colapso narrativo por distancia de lo institucional”.

Respecto de Kast el informe concluye que “mantiene el grueso de su base disruptiva, pero integra sectores institucionalistas como centro derecha y concertacionistas. Es un ejemplo de normalización por absorción parcial, donde la figura controversial se presenta más viable. Como vemos, ahora tiene capacidad de penetrar cuatro cuadrantes consolidando su posición en la derecha y logrando una penetración prometedora en el centro. Probablemente tenga dificultades si Jara y Matthei entran a batallar el centro”.

Finalmente, la investigación se pregunta ¿Qué probabilidad tienen los principales actores de la elección para estar adaptados narrativamente?

Fuente: Informe del territorio en disputa de la elección presidencial de noviembre de 2025.

Alberto Mayol en conversación con El Clarín explicitó los siguientes tips o claves sobre las próximas presidenciales: “Le va a costar mucho más a Kast que a Jara posicionarse en el centro. Si bien la derecha tiene un escenario estructuralmente más favorable lo que hagan aquí los jugadores resultará esencial y en ese sentido la primera semana post primarias Jara ha movido bien el tablero. En el centro ha clavado una cabeza de playa… El error estratégico de la derecha fue el no haber realizado primarias con esa decisión le entregó la agenda y los temas a la centro izquierda”.

 

Edison Ortiz



Edison Ortiz

Doctor en Historia. Profesor colaborador MGPP, Universidad de Santiago

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