
A 50 años de la Operación Colombo: la impunidad de La Segunda y el montaje de los 119
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El 24 de julio de 1975, el diario La Segunda, perteneciente a la cadena de El Mercurio, publicó uno de los titulares más infames en la historia del periodismo chileno: “Exterminados como ratones”. Esa frase, escrita con premeditación y crueldad, no solo pretendía dar por cerrada la búsqueda de 119 jóvenes militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), sino que formó parte de una maquinaria de desinformación diseñada por la dictadura de Augusto Pinochet para encubrir crímenes de lesa humanidad. A casi medio siglo de ese montaje, La Segunda jamás ha ofrecido disculpas al país ni a los familiares de las víctimas.
El titular formó parte de la llamada Operación Colombo, uno de los fraudes comunicacionales más brutales del régimen, ejecutado en un momento en que las denuncias por violaciones a los derechos humanos comenzaban a tomar fuerza en organismos internacionales. La dictadura, enfrentada a la presión diplomática y mediática por la creciente cifra de detenidos desaparecidos, activó una estrategia coordinada por la DINA, junto a organismos de inteligencia argentinos y medios de comunicación nacionales e internacionales, para fabricar una versión alternativa de los hechos: los jóvenes no habían sido detenidos por el Estado, decían, sino que se habrían asesinado entre ellos en el extranjero, en disputas internas del MIR.
La operación comenzó a gestarse en junio de 1975, cuando La Segunda publicó titulares como “Dos mil marxistas reciben instrucción en Argentina” y “Se organizan guerrillas en contra de Chile”. Estos artículos buscaban instalar la idea de una amenaza externa y justificar las desapariciones. La maniobra alcanzó su clímax en julio, con la difusión de listas de nombres en dos publicaciones extranjeras —una en Argentina y otra en Brasil— creadas exclusivamente para ese propósito propagandístico. A las pocas horas, los grandes medios oficialistas en Chile —El Mercurio, La Tercera y especialmente La Segunda— amplificaron el montaje, deslegitimando cualquier denuncia y criminalizando a las víctimas.
Fue en ese contexto que apareció el titular “Exterminados como ratones”, un acto de violencia simbólica y propaganda cuya desvergüenza aún retumba en la memoria colectiva. Lejos de informar, el medio se transformó en un agente activo de la dictadura, contribuyendo al encubrimiento de crímenes y a la revictimización de los familiares. Con ese titular, La Segunda no solo se sumó al montaje: celebró el exterminio.
Décadas después, el trabajo de las agrupaciones de familiares, los organismos de derechos humanos y la acción de la justicia lograron desmontar esa farsa. En 2004, el ministro de fuero Juan Guzmán procesó a 16 exagentes de la DINA por su participación en la desaparición forzada de 34 de las 119 víctimas. Fue el primer procesamiento judicial que reconoció el carácter fraudulento de la Operación Colombo y estableció la responsabilidad penal de sus autores. La Comisión de Verdad y Reconciliación, por su parte, confirmó que las 119 personas fueron detenidas, torturadas y hechas desaparecer en Chile, y que ninguna de ellas murió en el extranjero como pretendía la versión oficial del régimen.
A pesar de la contundencia de los hechos y de las resoluciones judiciales, La Segunda nunca ha asumido responsabilidad alguna. No ha rectificado su cobertura, ni ha pedido perdón a los familiares, ni ha reconocido su rol en la difusión de una mentira que legitimó asesinatos y desapariciones. Su silencio, 50 años después, constituye una forma persistente de impunidad y complicidad.
El caso de la Operación Colombo es un recordatorio del poder de los medios para tergiversar la realidad, legitimar el horror y desinformar a la ciudadanía. También es una advertencia sobre la urgencia de democratizar las comunicaciones, exigir responsabilidad editorial y construir una memoria histórica que no olvide el papel que ciertos medios jugaron en los años más oscuros de Chile.
Porque mientras no haya una disculpa pública ni un reconocimiento del daño causado, el titular “Exterminados como ratones” seguirá siendo una herida abierta —no solo para los familiares de los 119, sino para toda la sociedad chilena.
Simón del Valle






Felipe Portales says:
Sería importante que, al menos, el Colegio de Periodistas, emplazara públicamente al diario «La Segunda» en tal sentido. Es claro que pedirles a los dirigentes políticos de «centro-izquierda» (incluyendo a los del FA y del PC) que hagan lo mismo, sería demasiado pedir…