
Acuerdo de paz en primera fase: Israel y Hamás firman bajo mediación de Trump; el alto el fuego queda a la espera de su implementación
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En un giro inesperado tras dos años de guerra, Israel y Hamás firmaron este jueves la versión final de la primera fase de un acuerdo, concebido a partir de un plan de 20 puntos impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump, y que busca un cese al fuego en Gaza a cambio de la liberación de rehenes. El documento, negociado de manera indirecta en Sharm el-Sheij con la mediación de Estados Unidos, Catar, Egipto y Turquía, debe ahora recibir la aprobación formal del gabinete israelí para entrar en vigor.
Según los comunicados oficiales, la primera fase contempla la liberación de los rehenes israelíes que aún sobreviven en Gaza —un intercambio condicionado por “las condiciones sobre el terreno”— y la excarcelación de cerca de 2.000 presos palestinos. Fuentes de Hamás señalaron que la implementación incluiría también la entrada de ayuda humanitaria masiva y la retirada de tropas israelíes de ciertas zonas de la Franja.
El presidente Trump celebró el acuerdo en su cuenta en Truth Social: “TODOS los rehenes serán liberados pronto e Israel retirará sus tropas a una línea acordada, como primeros pasos hacia una paz fuerte, duradera y eterna”. La Oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu confirmó que esperaba la visita de Trump a Jerusalén el próximo domingo, tras una conversación “emotiva y cálida” entre ambos líderes. Netanyahu, por su parte, calificó el día de “gran día para Israel” y dijo que Trump merecería el Premio Nobel de la Paz.
Celebraciones y cautela en Gaza y en Israel
Las primeras reacciones en la calle fueron de alivio y júbilo en partes de Gaza y en Tel Aviv. En Jan Yunis se vieron escenas de personas aplaudiendo, bailando y celebrando el anuncio, mientras en la plaza de los rehenes de Tel Aviv familiares se abrazaban con esperanzas de recuperar a sus seres queridos. No obstante, la nota de cautela se mantuvo: fuentes médicas y de la Defensa Civil de Gaza informaron que los bombardeos israelíes continuaron tras el anuncio, y que la situación sobre el terreno sigue siendo extremadamente precaria.
Las cifras oficiales difundidas en los últimos meses muestran la enorme magnitud del conflicto: el ataque inicial de Hamás del 7 de octubre de 2023 dejó 1.219 muertos en Israel, según balances oficiales recogidos por agencias; en Gaza las muertes superan las 67.000 según el Ministerio de Salud de la administración de Hamás, cifras que la ONU considera fiables y que han motivado alertas internacionales sobre hambruna y crisis humanitaria.
Condiciones y logística humanitaria
Entre las medidas humanitarias previstas, las partes acordaron permitir la entrada de al menos 400 camiones de ayuda diaria a la Franja durante los primeros cinco días del alto el fuego. La Media Luna Roja egipcia informó que 153 camiones ya se dirigían hacia Gaza. Organismos internacionales han señalado la gravedad de la crisis alimentaria: la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC) declaró la hambruna en Gaza, y estudios recientes, incluida una investigación publicada en The Lancet, han denunciado altos índices de desnutrición infantil.
Pese a los anuncios, la puesta en práctica del acuerdo se percibe como frágil. El ejército israelí anunció que prepara un repliegue de sus tropas en Gaza, de la que controla aproximadamente el 75%, pero condicionó los pasos al comportamiento real en el terreno. Además, Hamás advirtió que vigilará la ejecución total del pacto y pidió a los mediadores presionar a Israel para cumplirlo en su integridad.
Tensiones internas en Israel y dudas sobre el alcance final
La firma del acuerdo desató reacciones encontradas dentro del Gobierno israelí. Figuras de la extrema derecha ya anticiparon su rechazo: el ministro ultranacionalista Itamar Ben Gvir advirtió que su partido votará en contra y amenazó con abandonar la coalición si el gobierno no desmantela el aparato de Hamás en Gaza. Bezalel Smotrich, otro aliado de la extrema derecha, también adelantó su rechazo a partes del pacto. La coalición liderada por Netanyahu depende de la adhesión de estas facciones, lo que hace incierta la ratificación definitiva del acuerdo en el gabinete.
Asimismo, fuentes de Hamás confirmaron que no todas las propuestas planteadas en el plan de Trump quedaron resueltas: asuntos como el futuro del desarme de Hamás o el establecimiento de una autoridad de transición en Gaza para gobernar tras la guerra permanecen abiertos y sujetos a negociaciones posteriores.
Balance humano y la incógnita de la implementación
De los cerca de 251 rehenes secuestrados por Hamás en el ataque inicial de 2023, el ejército israelí reportó que 47 permanecen en Gaza y que 25 habrían muerto. Las cifras y las condiciones de cada caso siguen siendo objeto de verificación y controversia. Para muchas familias y comunidades afectadas, el anuncio trae una mezcla de esperanza y escepticismo: la posibilidad de un intercambio y de alivio humanitario contrasta con la persistente violencia y la falta de certezas sobre el cumplimiento de los acuerdos.
Analistas y organismos internacionales advierten que, aun con la firma, el acuerdo solo será efectivo si se traduce rápidamente en acciones concretas sobre el terreno: liberación efectiva de cautivos, retirada militar verificable y un acceso sostenido y seguro a la ayuda humanitaria. Hasta entonces, la comunidad internacional seguirá observando con atención —y prudente desconfianza— el frágil proceso que este jueves dio un paso histórico, pero incompleto, hacia el fin de una de las crisis más devastadoras de la última década.
Fuente: AP y Efe





