La llave del balotaje: irrupción de Parisi redefine el mapa político
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Con el 40,3% de las mesas escrutadas, las elecciones presidenciales chilenas comienzan a perfilar un mapa político rotundo, inesperado y, para muchos, preocupante. La competencia por el liderazgo se ha consolidado en torno a dos nombres: Jeannette Jara, que mantiene un 26,4%, y José Antonio Kast, que asciende a un sólido 24,4%, confirmando el golpe electoral de la derecha más dura. Pero la verdadera sorpresa —y el factor que puede decidirlo todo— es la irrupción del economista Franco Parisi, que alcanza un 18,6%, transformándose en el árbitro absoluto de la segunda vuelta.
El cuarto lugar lo ocupa el ultra Johannes Kaiser, con 13,9%, seguido muy de cerca por Evelyn Matthei, que alcanza 13,4%. Más atrás aparecen Harold Mayne-Nicholls (1,28%), Marco Enríquez-Ominami (1%) y Eduardo Artés (0,6%).
Este nuevo escenario consolida la tendencia que ya se insinuaba con el 5%. Pero ahora, con casi la mitad de la votación escrutada, la conclusión es inequívoca: la derecha domina el cuadro electoral en todas sus variantes —liberal, populista, pinochetista y anarcocapitalista— y el progresismo queda sin aliados naturales.
Y ante este panorama, el politólogo Juan Carlos Gómez Leyton, en conversación exclusiva con El Clarín, no tiene dudas: “Quien tiene la llave del triunfo es Parisi”.
El tercer lugar que nadie vio venir
Ninguna encuesta proyectó un tercer lugar tan sólido para Parisi. Ni las mediciones telefónicas ni los paneles online detectaron su capacidad de arrastrar voto antiestablishment, voto rabia, voto antiélite y voto conservador desencantado de Chile Vamos.
Gómez Leyton describe este fenómeno con claridad y sin rodeos:
“Parisi puede llegar al 20%. La pregunta es qué hará con esa votación. ¿La entregará al facho o conversará con la comunacha? Ese es el dato central, porque él es hoy el único actor que puede definir quién gobierna Chile”.
Parisi, con su mezcla de neoliberalismo populista, discurso antipolítica y promesas impracticables, se ha consolidado como el refugio del votante huérfano, aquel que no se siente representado por la derecha tradicional ni por la izquierda institucional.
Un país inclinado hacia la derecha
La sumatoria Kast-Kaiser-Matthei-Parisi supera el 70% del electorado, una cifra que confirma un giro estructural del país hacia posiciones conservadoras y neoliberales, algo que el politólogo interpreta como un reflejo profundo del orden social:
“En este país la sociedad neoliberal, el sujeto neoliberal, vuelve a manifestarse. Este país dejó de tener izquierda hace décadas. Lo que vemos hoy es la expresión electoral de ese vacío”.
Para Gómez Leyton, el colapso del progresismo no comenzó con la derrota del proceso constitucional ni con el desgaste post Estallido Social:
“Chile dejó de tener izquierda cuando la transición convirtió al Partido Socialista en un partido neoliberal. Desde entonces, el país quedó sin una fuerza anticapitalista o transformadora”.
Los números lo confirman:
PC + Frente Amplio no logran arrastrar más allá del voto disciplinado.
ME-O roza la irrelevancia.
Artés queda en un margen simbólico.
El voto nulo (3%) y el blanco (1–2%) tampoco expresan una fuerza articulada.
Con este cuadro, explique quien explique, no existe ninguna fuerza organizada capaz de disputar hegemonía a la derecha.
Chile Vamos: la fractura inmediata
Evelyn Matthei reconoció rápidamente su derrota y, sin titubeos, saludó y respaldó a Kast, mostrando así el rumbo de los liderazgos tradicionales de Chile Vamos.
Pero como advierte Gómez Leyton, el problema no está en la élite, sino en la base electoral:
“Chile Vamos va a sufrir una descomposición. Su votación se movió hacia Kast y Kaiser. Y con las parlamentarias, si les va mal, se acelera el quiebre. Kast crece sobre el cadáver de Chile Vamos”.
El votante liberal, republicano moderado o piñerista histórico tendrá dos caminos:
Sumarse al bloque de Kast, sacrificando toda pretensión liberal.
Abstenerse, dejando un vacío que puede arrastrar la segunda vuelta a niveles históricos de baja participación.
El propio Gómez Leyton advierte un escenario posible:
“Puede que la segunda vuelta se gane con menos del 50%. Jara podría triunfar con 48% si parte del electorado de Matthei se va para la casa”.
La llave la tiene Parisi
Con el 40% escrutado, Parisi es el único actor que puede modificar de manera sustantiva la segunda vuelta.
El análisis del politólogo es lapidario:
“Si los 18 o 19 puntos de Parisi se agregan a Jara, ella puede llegar a 46–47%. Si además parte del voto Matthei se desintegra, la izquierda podría evitar que Kast sea Presidente”.
Pero también advierte lo contrario:
“Si Parisi conversa con Kast, el bloque de derecha sumado llega al 52%. Ese escenario es completamente viable”.
Es decir:
→ Con Parisi, Jara puede ganar.
→ Con Parisi, Kast puede ganar.
→ Sin Parisi, ninguno de los dos puede ganar.
La pregunta es qué decide el economista:
¿Buscará cargos y propuestas en un pacto con Jara?
¿Se inclinará por el discurso antiimpuestos y antiestatista de Kast?
¿O dejará en libertad de acción a su electorado, provocando un terremoto social y político?
Es, sin exagerar, el empresario más decisivo del país en décadas sin haber pisado Chile.
Un país fracturado, una segunda vuelta impredecible
Esta elección no solo reordena el mapa electoral. También desnuda un país:
que carece de izquierda,
donde la derecha tiene cuatro expresiones robustas,
donde el voto antipolítica es más grande que nunca,
y donde la gobernabilidad futura dependerá de pactos inéditos.
Chile entra a la segunda vuelta con un equilibrio precario:
Jara lidera sin mayoría.
Kast consolida un bloque ideológico potente.
Parisi decide el futuro político de Chile.
Es, en otras palabras, la elección más incierta desde 1999
Paul Walder
