
El retorno de la Doctrina Monroe en un mundo multipolar: el dilema que enfrentará Chile
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El ya presente mundo multipolar que caracteriza este primer cuarto de siglo, tiene como característica principal el que las potencias dominantes intentarán por todos los medios asegurar sus llamadas zonas de influencia en el mundo. EEUU reconoce este mundo multipolar nafirmando literalmente que ya no tiene el dominio mundial, tal como da cuenta un reciente documento de estrategia de la Casa Blanca[i]. En dicho documento se reitera lo que ya se sabe. El enemigo estratégico principal para EEUU es China, la cual reconoce como su par (pág.20). Igualmente se extiende sobre su dominación en nuestro Hemisferio y la Doctrina Monroe a la cual nos referimos más adelante.
China es hoy la primera potencia comercial mundial. Su implantación en A. Latina desde hace más o menos 20 años pero con énfasis en los últimos diez es creciente. No solo en el comercio, sino en la construcción de infraestructuras y las finanzas. Y como consecuencia en influencia política. Tal como lo muestra el Cuadro 1, los chinos son el principal socio comercial en cinco de los diez mayores países exportadores de nuestro continente incluido México y es el segundo en cuatro de ellos. Las cifras presentadas corresponden al año 2024. Y vista la tendencia de estos intercambios, es posible que China gane nuevas posiciones en este 2025 que termina. La disputa del comercio internacional de las dos grandes potencias en nuestro subcontinente no puede ser más evidente. China pretende discutir influencia e intereses en el “patio trasero” de EEUU.
Cuadro 1: Exportaciones/Importaciones 10 países A. Latina Socio Principal

Es interesante notar que todos los países que tienen como primer socio comercial a China, tienen una balanza comercial positiva con esta. Por el contrario, en tres de los cinco países que tienen como principal socio comercial a EEUU, este comercio es deficitario para estos.
Es notable el tamaño del comercio de México, casi en un 80% hecho con EEUU como se puede ver en el Cuadro 1 cuando hacemos el ratio entre las Exportaciones totales del país y aquellas hechas hacia su vecino del Norte. Más interesante aún en el caso mexicano, cuando vemos que una buena parte de lo que exporta son automóviles, repuestos y computadores. O sea, productos terminados.
El Cuadro 2 muestra que en el resto de estos 10 países considerados (los mayores exportadores) ocurre lo contrario como es de sobra conocido. Exportamos materias primas como se ve claramente en dicho cuadro. Ni siquiera Brasil o Argentina escapan a esto. En el caso de Brasil aparece la venta de maquinaria en el octavo lugar que corresponde al 3.9% de sus exportaciones. En el caso de Argentina la situación es un poco mejor: la venta de automóviles aparece en el cuarto lugar que corresponde al 9.8% de sus exportaciones.
Esta es la situación actual de nuestras economías pasados 100 años o más de relaciones comerciales con el mundo, en particular con EEUU. Como muestran estos cuadros, este domina buena parte del comercio con A. Latina. A la vista de esta indiscutible realidad, nadie podría decir que EEUU ha contribuido para el desarrollo de los países en su área de influencia.
Cuadro 2: Productos y bienes exportados por los 10 mayores países exportadores latinoamericanos

Esta situación no ha mejorado cuando se mira a la creciente y relativamente nueva relación comercial con China. Continuamos básicamente a vender productos no elaborados o con muy poca elaboración. Eso que llaman valor agregado, que es precisamente donde se pueden hacer las mayores ganancias. Puesto que lo único que produce valor es el Trabajo, cuanto mayor trabajo incorporado en un producto, mayor su valor. Una situación que muestra cual es el modelo de desarrollo impuesto por las grandes potencias. No es exclusivamente la culpa de EEUU o China para nosotros continuar en lo mismo. Países como Vietnam o Corea del Sur entre muchos otros demuestran que es perfectamente posible cambiar la matriz de desarrollo. Sobre todo tenemos el ejemplo de China y su portentoso desarrollo. En cincuenta años pasaron de ser un país agrícola atrasado a ser la primera potencia mundial del comercio y muchas tecnologías. Algo que en Occidente se intenta esconder y minimizar por todos los medios posibles. Un ejemplo que todavía somos incapaces de analizar dados nuestros prejuicios ideológicos.
No será fácil el camino al pleno desarrollo para los países pobres. Las grandes potencias nunca han tenido cualquier interés en que esta situación cambie. De hecho, buena parte de su éxito económico una vez alcanzado el desarrollo, ha consistido en que continúan a disponer de materias primas baratas desde los países pobres. Los países ricos del Capitalismo han mantenido el conocido modelo de relaciones de Centro y Periferia[ii], donde el Centro son los países desarrollados y la Periferia aquellos pobres subdesarrollados. Teoría que explica que para que unos cuantos países sean ricos es necesario muchos otros que sean pobres. Ambas realidades son dos caras de un mismo moneda. La una no existe sin la otra.
Digamos al margen aún cuando no es motivo de este comentario, que el desarrollo debe contener entre muchas otras cosas, la indispensable equidad salarial. México es un buen ejemplo. En 2024 la mediana de salario era de $USD 394/mes[iii] con el cual los mexicanos malviven. Tal como los trabajadores chilenos, guatemaltecos o peruanos. La gran concentración del capital existente en pocas manos, es la negación de ese mismo desarrollo. Porque si hay algo que debe caracterizar a este, entre muchas otras cosas, es que todo el mundo pueda vivir decentemente, educar a sus hijos, tener una educación y salud acorde y unas pensiones que permitan una digna vejez. Caso contrario no se puede hablar de desarrollo, como nos quiere siempre hacer creer la Derecha. Para esta solo cuenta el PIB y las cifras de crecimiento. De la distribución de la riqueza no pueden hablar. Es toda para los ricos.
La situación que describimos tiene en el momento geopolítico mundial actual otra dimensión. Con el surgimiento del multilateralismo, las grandes potencias entienden que tendrán que asegurarse materias primas, principalmente aquellas de energía. Y esto lo harán, o continuarán haciendo en sus áreas de influencia, concepto que la hegemonía de EEUU había logrado opacar durante las últimas décadas, pero que vuelve a estar ahora entre las prioridades estratégicas de las grandes potencias.
De allí que EEUU en nuestro caso reivindique más que nunca la Doctrina Monroe, aquella de “América para los americanos”. El documento arriba citado contiene una detallada definición de los objetivos de EEUU en nuestro hemisferio (págs. 15 a 20). Desde proponer gobiernos amigos, tener acceso a nuestros recursos naturales, presionar a los no obedientes hasta luchar contra lo que considera una inaceptable política económica de intervención de China en la región.
Ejemplo claro de aplicación de esta política es hoy el caso de Venezuela, cuya soberanía es amenazada de manera abierta por EEUU contra todo lo establecido por la comunidad de naciones en la Carta de las Naciones Unidas. Son los recursos naturales de Venezuela que importan y no las drogas o la supuesta dictadura de Maduro.
En el caso de México también le preocupa a los americanos su profundo déficit comercial con este, tal como muestra el Cuadro 1. Empeñado como está Trump en revertir esta situación, ahora presiona constantemente a México por todos los medios posibles. Afortunadamente por ahora estos tienen una Presidente que ha defendido lo mejor posible la soberanía mexicana. Lo que Trump ha conseguido recientemente con la Unión Europea (UE), esto es, ponerla de rodillas y obligarla a aceptar unas condiciones leoninas en la economía y la política, no lo está consiguiendo con México pequeño si comparado con los europeos en tamaño, comercio y desarrollo. Todo un triunfo mexicano, que pocos medios de comunicación se atreven a reconocer. Al menos hasta aquí.
La geopolítica vista por la Casa Blanca, pero especialmente por el Pentágono y sus patrones del complejo militar-industrial sobre todo, es la completa dominación en A. Latina. Tenemos los indispensables recursos para su guerra estratégica contra China y Rusia. Esto está escrito por los estrategas norteamericanos desde hace décadas. El documento que comentamos no hace más que repetir esta. Nadie debería por lo tanto tener ninguna duda de cuales son los objetivos imperiales en la época actual en particular para nuestro subcontinente.
Si los pueblos latinoamericanos no entienden esto ahora, no apoyan decididamente la soberanía de uno de nuestros países y EEUU consigue derrocar el gobierno constitucional de Venezuela, nada le impedirá intentar por cualquier otro medio, de ir luego detrás de Colombia, el próximo en la lista del gobierno de Trump. Y más tarde porqué no sospecharlo, del propio Brasil, donde unas FFAA golpistas por tradición, hoy alineadas en parte con el golpista Bolsonaro actualmente preso bien pueden colocar allí un gobierno de Derecha que continúe dispuesto a aceptar la continuación de la dominación como ya aconteció con las dictaduras. Las mismas que derrocaron el gobierno constitucional de Joao Goulart en un Golpe de Estado organizado por la CIA en 1964. No lo olvidemos nunca.
Hacemos énfasis en Brasil, porque puede ser perfectamente en el futuro el pivote de una alianza regional dado su peso específico que permita también el desarrollo integral con los países de su entorno. Chile incluido, no solamente por el tema comercial sino por razones de la geopolítica regional que exige organicemos nuestra defensa y lucha por la plena independencia política y económica. La actual construcción de la carretera inter oceánica desde el Norte de Chile hasta Brasil pasando por Paraguay sin duda puede dar un fuerte empuje en esta dirección. Puede ayudar al desarrollo de una dinámica de integración por los muchos aspectos que abarca una vía de comunicación tan grande y estratégicamente importante como aquella.
Lo concreto es que nosotros solos, como defiende incansablemente la Derecha, en esa visión de un burdo nacionalismo individualista, no estamos a la altura de hacerlo.
Para Chile la estrategia de EEUU puede convertirse en una muy negativa. Una razón evidente es que nuestro principal socio comercial es China. Y EEUU no acepta esto como lo manifiesta con su actitud con muchos países a quienes sanciona por esto. El documento de estrategia de la Casa Blanca nos lo dice muy claro “La elección a la que deben enfrentarse todos los países es si quieren vivir en un mundo liderado por Estados Unidos, con países soberanos y economías libres, o en uno paralelo en el que se ven influenciados por países del otro lado del mundo.” (pág. 22).
Por lo tanto nos presionará de todas las formas posibles. Incluidas las sanciones si es necesario. O la intervención directa como se pretende hoy en los países que no sigan el guion americano, como Venezuela, Colombia o mañana Brasil.
En este contexto, en el caso que las próximas elecciones en Chile las gane José A. Kast, la cercanía ideológica de este con el actual gobierno de EEUU puede lograr cambios profundos en nuestras relaciones comerciales con China. De especial importancia son las exportaciones de cobre, en tanto China es el principal destinatario de estas. ¿Qué pasará si EEUU amenaza sancionarnos si continuamos vender cobre a los chinos y a comprar muchísimas cosas de ellos como lo muestran los gráficos presentados?. Los europeos, incomparablemente más poderosos que nosotros – por decir lo menos – han sucumbido a la presión de Trump cerrando un negocio desastroso para ellos. Con el acuerdo más absoluto de unos líderes europeos completamente serviles.
¿Estará feliz y dispuesto Kast a hacer lo mismo?
Se avecinan tiempos muy difíciles en el frente externo.
Patricio Serendero
[i] https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2025/12/2025-National-Security-Strategy.pdf
[ii] Teoría desarrollada en A. Latina en los años 60 del siglo pasado por Raúl Prebisch, Fernando H. Cardoso, T. dos Santos, Gunther Frank, Rui Marini, S. Amin
[iii] Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI)





