
Psiquiatra de la Dina es expulsado del Colegio Médico de Chile
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La información es escueta pero contundente y hasta ahora sólo aparece publicada en la revista del Colegio Médico de Chile A.G. (Colmed) en su edición de diciembre de 2025. Una sentencia adoptada por el tribunal de ética del consejo regional Santiago correspondiente a ese colegio profesional determinó la expulsión del psiquiatra Roberto Emilio Lailhacar Chávez. Se trata del médico que durante la dictadura militar ejerció como subdirector del llamado Departamento de Operaciones Psicológicas de la DINA, organismo represor creado por decreto el 18 de junio de 1974. Si bien el médico apeló a la resolución ante el tribunal nacional de ética del Colmed, esta instancia declaró inadmisible su recurso.
El empleado civil de la DINA
En la sentencia se alude explícitamente al cargo que Lailhacar Chávez tuvo en la DINA y a los delitos que cometieron funcionarios contratados por esta entidad en contra de opositores a la dictadura, la mayoría de los cuales eran militantes de partidos pertenecientes a la Unidad Popular: “(…) al haber pertenecido en calidad de subdirector del Departamento de Operaciones Psicológicas al organismo denominado DINA, entidad que ejecutó asesinatos, tortura u otras formas de tratamientos crueles, inhumanos o degradantes en contra de personas durante el período de la dictadura militar, conducta que vulnera el conjunto de disposiciones del Código de Ética de la Orden, las cuales están inspiradas en principios éticos universales que regulan la conducta del médico en el ejercicio de su profesión y en sus relaciones con la sociedad”, se describe en la resolución.
Actualmente la expulsión de un miembro del Colegio Médico de Chile carece del impacto social que tenía hasta 1981. En ese año la dictadura promulgó la Ley 19.070 que eliminó la colegiatura obligatoria y los colegios profesionales perdieron su facultad de fiscalizar y de aplicar sanciones éticas a sus socios. A pesar de que la determinación no tiene implicancias legales ni impedirá a Lailhacar Chávez ejercer como psiquiatra, su expulsión cobra una relevancia simbólica, ya que, a pesar de que el sujeto fue investigado en causas de violaciones a los derechos humanos, hasta ahora no ha sido condenado.
Roberto Emilio Lailhacar Chávez es uno de los 26 médicos chilenos que trabajaron en las clínicas clandestinas Santa Lucía, London y El Golf, todas creadas por la DINA. Según una investigación realizada en 2023 por el medio CIPER, el médico declaró en 2010 que sólo fue funcionario de la clínica El Golf, pero que prestaba servicios a la DINA desde antes: “Yo ingresé a la DINA como empleado civil (…). Probablemente durante el año 1973”. En esa declaración también contó que trabajó con Lucía Hiriart cuando todavía Augusto Pinochet estaba en el poder y negó que hubiese atendido a personas heridas ni participado en interrogatorios.
El 25 de enero de 2001 alrededor de trescientas personas acudieron hasta el edificio de calle Obispo Salas 290, Providencia -donde Lailhacar tenía su consulta- para denunciar sus delitos. Los manifestantes leyeron a viva voz la trayectoria del médico y apelaron a la consigna “si no hay justicia hay funa”, levantada por colectivos defensores de derechos humanos. Para esa fecha el psiquiatra presidía la Sociedad Chilena de Sexología y Educación Sexual.
En agosto de 2013 su nombre una vez más fue expuesto públicamente, en esa oportunidad a raíz de la búsqueda de cuerpos de detenidos en un fundo de propiedad de Lailhacar Chávez ubicado en Curacaví. En ese momento las diligencias fueron realizadas por la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones y por peritos del Servicio Médico Legal. La investigación, catalogada como de “estricta reserva”, estuvo a cargo de la jueza especial Sylvia Pizarro de la Corte de Apelaciones de San Miguel.
Según consignaba el medio El Mostrador, en 2013 el psiquiatra había declarado que entre 1973 y 1975 los cadáveres de al menos seis presos políticos habían sido arrojados a pozos de su fundo; que desconocía quiénes eran los prisioneros hechos desaparecer en su propiedad, y sugería que podían ser “de Santiago, Curacaví o algún sector cercano”. Sobre las municiones halladas en su fundo, las atribuyó a los tiros al blanco que se realizaban durante reuniones sociales a las que asistía la plana mayor de la DINA. Para él los disparos sólo eran prácticas de “diversión”.





