
“Jesús es mi salvador, Trump es mi presidente”, decían muchas camisetas de seguidores que empezaron a llegar a este pueblo este fin de semana más de 12 horas antes de que su candidato apareciera en el escenario para reiterar su mensaje sobre los peligros al país que representan los millones de inmigrantes indocumentados, los que promueven los derechos de los transgénero y







