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La inversión extranjera se desploma en Argentina: retrocede la confianza y vuelve el rojo en el cierre de 2024

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Por primera vez desde la pandemia, la inversión extranjera directa (IED) en Argentina volvió a registrar un saldo negativo en el último trimestre de 2024. Así lo reveló un informe del Banco Central de la República Argentina (BCRA) difundido este jueves, que detalla una caída interanual del 10% en los aportes de capital, mientras que la reinversión de utilidades se hundió un 42%.

Las cifras confirman lo que distintos analistas vienen advirtiendo desde hace meses: el deterioro de las condiciones económicas y la creciente incertidumbre están golpeando la confianza del capital extranjero. De octubre a diciembre, los aportes de empresas extranjeras se redujeron en 85 millones de dólares, con especial impacto negativo en sectores estratégicos como la industria manufacturera (menos 62 millones) y el comercio (menos 58 millones).

El documento del BCRA señala que también la minería y los hidrocarburos registraron variaciones negativas, en contraste con ciertos repuntes en rubros como servicios profesionales, científicos, técnicos y construcción. Sin embargo, estos últimos no lograron compensar el desplome generalizado.

Una de las claves del derrumbe se encuentra en el ítem de “transacciones de deuda”, que reflejó un saldo rojo de 1.425 millones de dólares, un giro drástico si se lo compara con el resultado positivo de 4.524 millones en el mismo período de 2023. La razón principal: la cancelación de deuda comercial en medio del proceso de regularización de pagos de importaciones, lo que, si bien estabiliza el frente externo, impacta en la disponibilidad de divisas.




A esto se suma un dato inquietante: el sector de gas y petróleo —uno de los pilares del discurso oficial sobre inversiones y futuro energético— encabezó el capítulo negativo de “fusiones y adquisiciones” con un saldo de -822 millones de dólares, frente a los -50 millones registrados un año antes. Un retroceso que pone en duda la consistencia del modelo extractivista como vía de ingreso de capitales frescos.

Pese al fuerte aumento en la deuda financiera —una señal de que las empresas buscan fondeo en los mercados— el resultado neto de las IED en el último trimestre de 2024 refleja un panorama de enfriamiento y prudencia por parte de los inversores internacionales. Un escenario que, según fuentes consultadas por El Destape, revela más que números: habla de un clima político-económico frágil, donde ni siquiera los incentivos fiscales logran revertir el repliegue de los capitales.

El retroceso de la inversión extranjera no es sólo un dato estadístico: es un síntoma de la pérdida de horizonte. Y como ha ocurrido tantas veces en Argentina, cuando el capital se retira, los costos los paga la economía real.



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