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Trump anuncia alto el fuego entre Irán e Israel tras 12 días de guerra y deja un escenario incierto en Medio Oriente

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El presidente de Estados Unidos proclamó el fin de la “Guerra de los 12 días” con una tregua entre Irán e Israel, pero el conflicto deja cientos de muertos, una frágil estabilidad regional y profundas críticas al unilateralismo estadounidense. El brasileño Celso Amorim advierte que el orden mundial ha colapsado y llama a los BRICS a asumir un rol protagónico.

El conflicto entre Israel e Irán ha alcanzado un nuevo punto de inflexión. A doce días del inicio de las hostilidades, la escalada bélica entre ambos países, con la intervención directa de Estados Unidos, ha dejado una estela de destrucción, cientos de muertos y un Medio Oriente cada vez más inestable. La aparente tregua anunciada por el presidente Donald Trump este lunes abre una pausa frágil, pero no disipa las inquietudes profundas que han surgido en torno a la legitimidad del uso de la fuerza, el papel de las potencias y, sobre todo, el colapso del orden mundial tal como lo conocimos desde 1945.

El golpe de Irán y la respuesta a la agresión

En las primeras horas del lunes, Irán lanzó una andanada de misiles contra la base militar estadounidense de Al-Udeid, en Qatar, la mayor instalación del Pentágono en Medio Oriente. Fue, según Teherán, una respuesta directa a los bombardeos estadounidenses del 22 de junio contra sus instalaciones nucleares en Fordow, Natanz e Isfahán. Según la Secretaría del Consejo de Seguridad Nacional de Irán, el número de misiles lanzados fue equivalente al de bombas utilizadas por EE.UU. en ese ataque. La operación fue bautizada como “Anuncio de la Victoria” (Busharat al-Fatḥ), y fue ejecutada, según comunicados oficiales, sin causar víctimas civiles al haberse dirigido exclusivamente contra objetivos militares.

Aunque el presidente Trump minimizó el impacto de la ofensiva iraní, calificándola como “débil” y asegurando que solo uno de los 14 misiles no fue interceptado, el ataque marcó una señal clara: Irán no está dispuesto a dejar impune una agresión directa a su soberanía y a su programa nuclear, eje central de su política de seguridad nacional.




La frágil tregua y la diplomacia al borde

Horas después del ataque iraní, Trump anunció en su red Truth Social un cese al fuego bilateral entre Israel e Irán, que comenzaría en seis horas y duraría doce, seguido de un alto al fuego total al cumplirse 24 horas. En su habitual tono grandilocuente, el mandatario proclamó el fin de lo que bautizó como la “Guerra de los 12 días”, y felicitó a ambas partes por su “coraje e inteligencia”.

Sin embargo, la tregua no ha sido confirmada por fuentes iraníes ni israelíes. Desde Teherán, las señales apuntan a lo contrario. El mayor general Abdolrahim Mousavi, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, prometió continuar las represalias hasta llevar al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, “a la total impotencia”. Por su parte, el líder supremo, el ayatolá Ali Jameneí, fue enfático: “No nos rendiremos ante ninguna agresión”.

Los BRICS ante un orden en ruinas

En este escenario de caos y violencia, la voz del excanciller brasileño Celso Amorim ha resonado con fuerza. En declaraciones recientes, el actual asesor presidencial para Asuntos Internacionales afirmó que los bombardeos estadounidenses no solo constituyen un ataque contra Irán, sino contra el orden internacional en su conjunto.

“El orden mundial se acabó”, sentenció Amorim, quien sostuvo que el multilateralismo y las normas que regían el sistema internacional están siendo demolidos por decisiones unilaterales de Washington. A su juicio, los países del bloque BRICS —del cual Irán es ahora miembro— tienen la responsabilidad histórica de articular una alternativa frente a esta nueva realidad global.

Brasil, que ostenta la presidencia pro tempore del grupo, será sede de la próxima cumbre del BRICS en Río de Janeiro los días 6 y 7 de julio. Aunque el conflicto en Medio Oriente no estaba originalmente en la agenda, se espera que se convierta en uno de los ejes centrales de la reunión.

“Tenemos que hacer una reforma profunda, porque el orden mundial, tal como lo conocíamos, ya no existe”, reiteró Amorim, reafirmando la necesidad de una arquitectura internacional más representativa y menos dependiente del arbitrio de Estados Unidos.

EE.UU. dividido: entre el belicismo y la resistencia interna

La ofensiva estadounidense en Irán, y la posterior escalada, han abierto una grieta dentro del propio establishment político estadounidense. Aunque Trump goza del respaldo de líderes republicanos como el senador Lindsey Graham, quien incluso ha sugerido un cambio de régimen en Teherán, voces disidentes han comenzado a alzarse desde su propio campo político.

El congresista Thomas Massie, de Kentucky, criticó con dureza la decisión del mandatario de involucrarse en un nuevo conflicto extranjero sin autorización del Congreso. “Los MAGA no votaron por otra guerra en Medio Oriente”, declaró, en referencia al lema de campaña de Trump. Incluso figuras leales como Marjorie Taylor Greene lo acusaron de traicionar las promesas electorales.

En respuesta, Trump ha utilizado su plataforma Truth Social para atacar a sus críticos internos con la virulencia que lo caracteriza. La polarización en el Congreso y dentro del propio movimiento MAGA revela una creciente fatiga bélica entre el electorado estadounidense.

Una crisis humanitaria en expansión

La ONU ha advertido sobre el impacto devastador de los bombardeos israelíes e iraníes sobre la población civil. Según informes del Ministerio de Salud iraní, al menos 400 personas han muerto, entre ellas 54 mujeres y niños, desde el inicio de las hostilidades. Las organizaciones de derechos humanos elevan esta cifra a más de 865 muertos y más de 3.300 heridos. En Israel, 25 personas han muerto y más de 1.300 han resultado heridas por misiles iraníes.

La Misión de Investigación de la ONU y el relator especial sobre Irán denunciaron que algunos ataques, como el bombardeo contra la sede de la radio estatal iraní y el asesinato de científicos, violan principios del derecho internacional humanitario. La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), por su parte, solicitó acceso urgente a las instalaciones nucleares bombardeadas, alertando sobre el riesgo de fugas radiactivas.

¿Una nueva era?

Lo que estamos presenciando en Medio Oriente podría no ser solo una guerra más en una región azotada por décadas de conflictos. Podría ser, como señala Celso Amorim, la confirmación de un cambio de época. Las potencias tradicionales han mostrado su impotencia para prevenir la escalada. Las instituciones internacionales han quedado relegadas a la marginalidad. Y el sur global, representado hoy por los BRICS, comienza a perfilarse como un nuevo actor geopolítico con capacidad de propuesta.

Mientras se espera la consolidación o ruptura del cese al fuego, el mundo observa con incertidumbre, pero también con una creciente conciencia: el tablero internacional ya no es el mismo. Lo que venga después dependerá no solo de los misiles, sino de la voluntad política de reconstruir, desde las ruinas, un nuevo pacto global.



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