Economía y Mercados en Marcha

El arancel de Trump al cobre sacude a Chile: alerta por impacto en la economía

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El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 50% al cobre importado ha encendido las alarmas en Chile, el mayor productor y exportador mundial de este metal, cuya venta representa cerca del 50% de las exportaciones nacionales y es la columna vertebral de su economía.

La medida, parte de una escalada en la guerra comercial global que Trump intensificó en las últimas 48 horas, ha provocado un alza sin precedentes en los precios futuros del cobre, que superaron los 12.330 dólares por tonelada, o 5,12 dólares por libra, un máximo histórico. Si bien este aumento beneficia en el corto plazo a los ingresos por exportaciones chilenas, los analistas advierten sobre riesgos estructurales a mediano y largo plazo.

Un golpe al corazón exportador de Chile

Estados Unidos es un destino clave para el cobre chileno y sus derivados. En 2024, cerca del 14% de las exportaciones de cobre de Chile tuvieron como destino el mercado estadounidense, especialmente cátodos y productos refinados. La imposición de un arancel de 50% podría hacer que los compradores norteamericanos busquen alternativas más baratas o trasladen sus cadenas de suministro a otros países, afectando la demanda por el cobre chileno. Sin embargo, Estados Unidos no es ni lejos el principal socio comprador del cobre chileno. El principal mercado del cobre es China, con el 36 por ciento.




“La medida puede ser un arma de doble filo para Chile. Por un lado, los precios suben debido a la incertidumbre, pero por otro, se abre la posibilidad de una caída en los envíos a EE.UU. y una mayor presión para diversificar mercados”, señala Camila Pizarro, economista en minería de la Universidad de Chile.

Además, el cobre no es solo un commodity más: es esencial para la transición energética global, usado en vehículos eléctricos, redes eléctricas inteligentes y armamento de última generación. Este protagonismo convierte al cobre en un actor central en las tensiones geopolíticas.

Efecto dominó en otros sectores

Trump no solo apuntó al cobre. También amenazó con aranceles de hasta 200% sobre semiconductores y productos farmacéuticos, y con un 10% a bienes provenientes de países del BRICS como Brasil e India. El impacto en las cadenas globales de suministro podría ser profundo y afectar indirectamente a Chile, dada su integración en mercados globales.

Mientras tanto, Japón y Corea del Sur —ambos importantes consumidores de cobre y socios comerciales de Chile— han anunciado que buscarán negociar con Washington para mitigar los efectos de las nuevas tarifas.

¿Oportunidad o amenaza?

En el corto plazo, el alza de precios podría favorecer a las arcas fiscales chilenas. Sin embargo, la dependencia histórica de Chile del cobre —que representa alrededor del 10% del PIB y más del 50% de las exportaciones— lo deja vulnerable ante la volatilidad de los mercados internacionales.

“Chile debe ver este episodio como una advertencia. Si no diversifica su matriz exportadora, cualquier sacudida en los mercados globales puede traducirse en crisis internas”, advierte Pizarro.

Un contexto de proteccionismo creciente

La decisión de Trump se suma a otras medidas proteccionistas, como la restricción de compra de tierras agrícolas en EE.UU. por parte de inversores chinos y de “adversarios extranjeros”, según lo justificó la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins. Estas políticas refuerzan el clima de tensión en el comercio internacional.

En paralelo, el grupo de investigación Yale Budget Lab advirtió que los consumidores estadounidenses ya enfrentan una tasa arancelaria efectiva de 17,6%, la más alta desde 1934. Goldman Sachs estima que las nuevas medidas sumarían 1,4 puntos porcentuales a esa cifra.

El dilema chileno

Chile enfrenta así un dilema estratégico: aprovechar el alza coyuntural del precio del cobre o acelerar un cambio en su modelo productivo para disminuir su dependencia de un solo recurso. Lo cierto es que las decisiones tomadas en Washington tendrán efectos que resonarán en Santiago y en toda la economía nacional.



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