Chile al Día Portada

Empresas contra el etiquetado: la defensa corporativa de la industria frente a un problema de salud pública

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 40 segundos

La reciente arremetida de Carozzi, Nestlé, Ideal, Unilever y CCU contra el Ministerio de Salud por el decreto que obliga a incluir la advertencia “evita su consumo” en los productos con sellos negros vuelve a desnudar un patrón repetido en la historia del modelo chileno: la primacía de los intereses corporativos sobre la salud colectiva. No se trata de un debate menor, sino de la evidencia más clara de la tensión permanente entre la lógica del mercado y la defensa del bien común.

Las compañías, representadas por influyentes estudios jurídicos, han presentado recursos de protección en la Corte de Apelaciones de Santiago con el objetivo de frenar el decreto impulsado por la ministra Ximena Aguilera. Su argumento es predecible: la norma “afecta las ventas” y “estigmatiza” a los productos, excediendo supuestamente las facultades del Ejecutivo. Como si el derecho a maximizar ganancias pudiera estar por encima del deber del Estado de proteger la salud pública.

En contraste, la posición del Consejo de Defensa del Estado, encabezada por Raúl Letelier, sostiene lo obvio: que el mensaje “evita su consumo” fortalece una política de regulación frente a un problema estructural en Chile, donde las enfermedades cardiovasculares y la obesidad son una de las principales causas de muerte y gasto sanitario.

La voz crítica en el Congreso

En medio de este choque, la reacción de algunos parlamentarios resulta reveladora. Mientras el diputado UDI Daniel Lilayu defendió a la industria, acusando al Minsal de “estigmatizar” productos, el radical Tomás Lagomarsino entregó una respuesta tajante: las empresas “han tenido un tiempo más que prolongado para adaptar sus fórmulas”.




“Chile tiene un problema de malnutrición por exceso, qué duda cabe de ello”, advirtió Lagomarsino. Y agregó un llamado directo a las compañías: en vez de gastar energía en tribunales, deberían producir alimentos más saludables y dejar de exponer a la población a enfermedades prevenibles.

Sus palabras ponen en evidencia la contradicción de fondo. Las empresas que dominan el mercado alimentario, con millonarias campañas de marketing, reclaman hoy ser víctimas de una supuesta estigmatización, cuando durante décadas han sido parte central del problema de salud que afecta a millones de chilenos.

Un modelo en entredicho

El debate sobre el etiquetado no es solo técnico ni jurídico: es político. Chile ha sido exhibido como el laboratorio estrella del libre mercado desregulado, donde las grandes compañías imponen sus intereses con facilidad. Que hoy reaccionen con ofensivas judiciales ante un avance mínimo en la regulación confirma la resistencia del empresariado a cualquier cambio que toque sus márgenes de ganancia.

La respuesta de Lagomarsino resuena como una advertencia necesaria: el Estado no puede ceder ante presiones de este tipo. Las etiquetas negras y la frase “evita su consumo” no son un castigo simbólico, sino una herramienta de prevención frente a un sistema alimentario que produce enfermedad. Si de estigmatizar se trata, son las corporaciones las que han estigmatizado por décadas a la población chilena a vivir con malnutrición y altos riesgos de mortalidad.



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *