Poder y Política

Bots y difamaciones: “Kast es un mentiroso, un hipócrita y un cobarde”

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La política chilena se ha visto nuevamente sacudida por un escándalo que pone en entredicho la calidad del debate democrático: la denuncia de una red de desinformación y ataques en redes sociales vinculada al entorno de José Antonio Kast. Lo que partió como una investigación periodística de Chilevisión se ha convertido en un caso político y judicial de primer orden, con la Fiscalía ya indagando los hechos y con parlamentarios emplazando directamente al candidato del Partido Republicano a dar explicaciones.

Manouchehri: “Un mentiroso, un hipócrita y un cobarde”

El diputado socialista Daniel Manouchehri fue categórico al exigir a Kast que responda. A su juicio, la evidencia acumulada sobre el funcionamiento de cuentas falsas, trolls y bots coordinados no deja espacio para la duda.

“Kast es un mentiroso, un hipócrita y un cobarde. En vez de dar la cara se esconde, miente y difama. Lo más grave es que alguien que pretende ser Presidente no ha tenido la valentía de explicar sus vínculos con redes oscuras, incluso delincuenciales”, declaró el parlamentario.

Manouchehri no se quedó ahí. En sus palabras, lo revelado es “una manga de hipócritas que operan con verdaderos sicarios digitales para envenenar la democracia”. Por eso, explicó, se presentó la denuncia en la Fiscalía: “Tendrán que dar explicaciones y esperamos que la justicia no los proteja. Lo que Kast no explicó a los chilenos tendrá que explicarlo en tribunales”.




El eco del reportaje de CHV

La controversia se origina en un reportaje de Chilevisión que identificó a dos cuentas de X, “Neuroc” y “Patitoo_Verde”, como parte de una red dedicada a atacar a la candidata oficialista Jeannette Jara y a la abanderada de Chile Vamos, Evelyn Matthei. En el caso de “Patitoo_Verde”, se trataba de Patricio Góngora, miembro del directorio de Canal 13, quien terminó renunciando tras quedar en evidencia.

El modus operandi descrito es conocido: instalar rumores, difundir mentiras y degradar la imagen de adversarios políticos mediante insultos y campañas coordinadas. En esta ocasión, los ataques se centraron en la salud de Evelyn Matthei —acusándola falsamente de sufrir Alzheimer— y en la credibilidad de Jeannette Jara, a quien se acusa de mentir en cada intervención pública.

Lagos Weber: “Kast no colabora en un debate sano”

El senador del PPD Ricardo Lagos Weber, vocero del comando de Jara, también se refirió a la actitud del republicano. Para él, la reacción de Kast ante las denuncias confirma un estilo político que erosiona la convivencia democrática.

“Él no colabora en tener un debate sano. Ensucia todo el tiempo, de manera tranquila y serena, pero siempre desviando. Y lo que es peor: desde que apareció el reportaje de Chilevisión, no ha habido una palabra de preocupación del candidato Kast sobre el tono de esos bots. No ha dicho que no los respalda, ni que rechaza que se utilice ese lenguaje en su nombre”, señaló.

Lagos Weber subrayó que lo mínimo esperable de un candidato presidencial es “mantener un mínimo de decoro y estándar”. A su juicio, la negativa de Kast a condenar las campañas de difamación lo acerca más a lo que definió como “un fabricante de mentiras, con historias de cartón”, citando a la célebre canción de Sui Géneris.

El silencio que incomoda

Más allá de los ataques puntuales, lo que incomoda a sus adversarios políticos es la falta de un pronunciamiento claro por parte de Kast. El candidato ha preferido culpar a la izquierda de montar un montaje comunicacional, sin desmarcarse ni condenar las acciones de quienes, supuestamente en su nombre, difunden odio y falsedades en redes sociales.

Ese silencio contrasta con la magnitud del escándalo: un miembro del directorio de un canal de televisión renunciando, parlamentarios presentando denuncias formales y la Fiscalía designando a un fiscal para investigar la posible existencia de delitos informáticos y asociación ilícita.

Democracia bajo asedio digital

Lo que está en juego excede a la coyuntura electoral. La denuncia plantea un problema más profundo: cómo las redes sociales, en manos de operadores políticos y digitales, pueden ser utilizadas para intoxicar el debate democrático, instalar mentiras y erosionar la confianza en las instituciones.

Los llamados “sicarios digitales” funcionan con lógica de guerra cultural: dividir a la sociedad entre “los buenos” y “los malos”, polarizar a la ciudadanía y envenenar la discusión pública. Es un fenómeno que no es exclusivo de Chile. Experiencias recientes en Argentina con Javier Milei, en Brasil con Jair Bolsonaro, en Estados Unidos con Donald Trump y en Europa con el auge de la ultraderecha muestran que estas estrategias digitales han sido determinantes en el ascenso de líderes populistas autoritarios.

Un liderazgo en cuestión

El episodio abre una interrogante clave: ¿qué tipo de liderazgo representa José Antonio Kast? Sus críticos sostienen que su negativa a condenar los bots refleja no solo una táctica electoral, sino una concepción de la política basada en la manipulación, la mentira y la falta de escrúpulos.

Como dijo Lagos Weber, “ese tipo de liderazgos no nos hace bien”. La pregunta es si la ciudadanía compartirá esa visión o si, como ha ocurrido en otras latitudes, la política del odio digital encontrará terreno fértil en Chile.



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