
Post debate: encuestas en disputa y un país atrapado en la polarización
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 3 segundos
El primer debate presidencial no resolvió nada, salvo confirmar que la campaña chilena de 2025 se mueve en un terreno pantanoso. Los ocho candidatos desfilaron frente a millones de espectadores con más consignas que ideas, con más gestos que propuestas. Lo que quedó fue una polarización marcada por los ataques entre José Antonio Kast y Jeannette Jara, una derecha repetitiva en su menú represivo y una ciudadanía que, desde las redes, exige claridad y verdad.
Las encuestas posteriores al debate, lejos de ordenar el escenario, lo enredaron aún más. Black&White instaló a Kast y Jara como los mejores evaluados en desempeño —24 y 23 puntos respectivamente—, mientras Panel Ciudadano UDD mostró a Kast cayendo tres puntos y a Jara manteniéndose en un empate técnico. La paradoja se acentúa: la misma Jara que comparte el primer lugar es también la que más gente señaló como protagonista del “peor desempeño”. Polarización en estado puro: para algunos es la voz firme que enfrenta a la derecha digital, para otros, una candidata insegura en economía y empleo.
Kast: firmeza en entredicho
Kast salió del debate con su narrativa intacta: orden, seguridad y mano dura. Pero las acusaciones sobre ejércitos de bots y campañas de odio digitales lo persiguen, y no pudo despejarlas en televisión abierta. Su votación oscila entre encuestas que lo muestran en ascenso y otras que lo sitúan a la baja. Es la imagen de una candidatura sostenida en la confrontación y el miedo, que a cada paso queda más expuesta a la pregunta clave: ¿qué hay detrás de las consignas?
Jara: entre la denuncia y la fragilidad
La candidata de Unidad por Chile vivió su momento más fuerte al interpelar a Kast y poner sobre la mesa la guerra sucia digital. Fue una frase que recorrió redes y titulares, y que la proyecta como la figura capaz de incomodar a la derecha. Pero en paralelo, su debilidad en economía y empleo quedó a la vista. Los números de segunda vuelta lo confirman: recorta distancia frente a Kast y Matthei, pero sigue perdiendo frente a ambos. Una candidatura expectante, pero todavía con un techo bajo.
Matthei: la carta diluida
Evelyn Matthei quedó opacada por el duelo entre Kast y Jara. Su intento por mostrarse como la derecha institucional y menos extrema no alcanzó a romper el cerco mediático. Su caída en las encuestas (-2 puntos en Panel UDD) refleja esa tensión: es percibida como la alternativa moderada, pero aún sin la fuerza suficiente para desplazar al líder republicano.
Una política atrapada en espejismos
Las encuestas posteriores al debate revelan un escenario movedizo, en que lo único estable es la polarización. Kast lidera, cae y vuelve a liderar según el sondeo que se mire. Jara mejora y retrocede a la vez, concentrando apoyos y rechazos con la misma intensidad. Matthei oscila entre el tercer lugar expectante y la irrelevancia.
Pero más allá de las cifras, el debate dejó claro que la política chilena está atrapada en un espejismo de seguridad y orden, que relega a un segundo plano las urgencias reales: medio ambiente, vivienda, salud, cuidados, derechos sociales. Los candidatos, y sobre todo la derecha en bloque, repiten la receta de la represión como si fuera panacea, ignorando que el país demanda profundidad, proyectos y horizontes.
El escenario post debate no ofrece certezas, solo confirma que la elección se definirá en la tensión entre miedo y esperanza, entre bots y ciudadanía, entre discursos repetidos y una sociedad que pide algo más. Las encuestas se contradicen, pero coinciden en algo esencial: nadie tiene asegurada la victoria. Y mientras la política se enreda en acusaciones y eslóganes, el país espera que alguien hable de futuro.
Simón del Valle






Serafín Rodríguez says:
La última atribuida a la candidata oficia;lista en las RR.SS, aunque no indica fuente: Me han dicho que la suerte está echada pero espero que se levante y nos acompañe a conquistar La Moneda.
Serafín Rodríguez says:
La polarización es de dimes y diretes, puro basureo recíproco, y sólo propuestas vagas sin sustentación económica seria, nada de propuestas país. Todos una vergüenza de candidatos. lo peor de lo peor, con una ciudadanía incapaz de darse sus propios representantes, a la merced de una clase política ideológicamente corrupta enquistada en los enclaves del poder institucional. Patético!