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Derechos de las mujeres en juego: el análisis de Corporación Humanas ante una segunda vuelta decisiva

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Las elecciones del 16 de noviembre de 2025 marcaron un punto de inflexión en la política chilena. No solo reconfiguraron el mapa parlamentario y evidenciaron la persistente fragmentación social e institucional, sino que abrieron una disputa presidencial entre dos proyectos de país profundamente contrapuestos: el de Jeannette Jara, candidata del oficialismo y primera mayoría, y el de José Antonio Kast, abanderado del Partido Republicano y de la derecha conservadora. En este escenario, la Corporación Humanas, centro especializado en derechos humanos y justicia de género, elaboró un informe exhaustivo que analiza el impacto de ambas candidaturas en la vida de las mujeres, especialmente en tres dimensiones clave: autonomía física, autonomía económica y autonomía en la toma de decisiones.

En el caso de Kast, la autonomía económica se concibe principalmente desde la conciliación trabajo–familia, en un marco de flexibilización laboral y fomento a la “cultura del trabajo”. Si bien incorpora Sala Cuna Universal y medidas de corresponsabilidad, carece de una lectura estructural sobre la desigualdad económica de género. No existen propuestas robustas sobre brecha salarial, profesionalización del cuidado ni reconocimiento del trabajo no remunerado.

El resultado —advierte Humanas— es un enfoque donde la mujer sigue siendo concebida como “madre-cuidadora”, cuyo acceso al trabajo depende de su capacidad para compatibilizar cargas domésticas, en vez de un Estado que redistribuye de manera equitativa esas tareas.

Autonomía política: paridad o retroceso institucional

La tercera dimensión del análisis aborda la autonomía en la toma de decisiones.




El programa de Jeannette Jara incorpora compromisos explícitos con una democracia paritaria, proponiendo mecanismos para fortalecer la presencia de mujeres en el Congreso, en gobiernos regionales, municipios, partidos políticos y empresas del Estado. La medida 366, que establece que “la igualdad sustantiva exige que las mujeres estén donde se toman las decisiones”, sintetiza la orientación institucional del programa.

En contraste, la propuesta de Kast no incluye ninguna medida concreta de paridad, cuotas o mejora de representación. El discurso apela a las mujeres como actoras esforzadas y a la defensa del “derecho preferente de los padres a educar a sus hijos”, pero sin políticas que garanticen presencia efectiva en espacios de poder. Esto, en un contexto donde el Congreso recién electo mantiene una composición con solo un 33,5% de mujeres en la Cámara y un 32% en el Senado, reproduce la desigualdad estructural. Los gráficos e infografías del informe —como los de la página 8, donde se ilustra que los distritos 7 y 24 tienen 0% de diputadas electas— muestran la profundidad de estas brechas.

Para Humanas, en la dimensión política se expresa con mayor claridad la posibilidad de un retroceso institucional en caso de que la candidatura de Kast triunfe, ya que su programa no reconoce la representación de las mujeres como un asunto democrático central.

El riesgo de regresión en derechos básicos

A partir de esta comparación, Humanas advierte sobre un riesgo real de regresión de derechos básicos en un eventual gobierno de José Antonio Kast. No se trata solo de la ausencia de nuevas políticas de igualdad, sino de la posibilidad de revertir avances consolidados en la última década.

Entre ellos:

  • limitar o estancar la agenda de derechos sexuales y reproductivos;

  • frenar la construcción de un sistema nacional de cuidados;

  • reducir la igualdad sustantiva en la toma de decisiones;

  • reforzar marcos normativos centrados en la familia, no en la autonomía individual.

En contraste, la candidatura de Jara —según el informe— representa una continuidad y profundización de la agenda feminista e igualitaria que Chile ha venido discutiendo desde el proceso constituyente.

Lo que se juega el 16 de diciembre

El análisis de Humanas sitúa la segunda vuelta como una decisión sobre dos modelos de ciudadanía para las mujeres.
Mientras uno las reconoce como titulares de derechos en igualdad sustantiva, el otro limita su autonomía al marco de la familia, la maternidad y la protección asistencial.

En un país donde solo un tercio de los escaños parlamentarios está en manos de mujeres —como muestran los gráficos del informe— y donde persisten territorios con 0% de representación femenina, la presidencia y su orientación programática adquieren un peso determinante.

Humanas concluye que el resultado del 16 de diciembre no solo definirá el rumbo político de Chile en seguridad, economía o gobernabilidad, sino que marcará la frontera entre avanzar hacia una democracia paritaria o retroceder hacia modelos que restringen derechos fundamentales de más de la mitad de la población.

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  1. Con KK las mujeres a la cocina y a crear cabros chicos. Y como a las viejas, que ya no sirvan para nada en su concepción del role de mujer en la sociedad, les va a quitar la PGU se van à morir de hambre.

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