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Kast rehúye el debate, Jara amplía el ruedo: paradoja estratégica en la recta final

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Cuando una campaña entra en su tramo decisivo, los debates presidenciales no solo son foros de confrontación de ideas, sino verdaderos momentos de visibilidad, exposición y desafío. En ese contexto, la decisión de José Antonio Kast de mantenerse al margen de los encuentros televisados con Jeannette Jara representa una señal preocupante para su candidatura. Paralelamente, Jara está distante de esa estrategia: confirma debates, exige la participación del rival y busca llevar el contraste al terreno público.

La puerta del debate que Kast cerró

Según fuentes de campaña, Kast ya dejó claro que no asistirá al debate organizado por Mega, Diario Financiero y La Radio para este domingo. Su equipo argumenta que prioriza “el terreno” sobre los platós y que solo participará en instancias organizadas por Anatel o Archi.
Jara, a su vez, denunció la actitud: “Aquí hay una estrategia de ocultarse”, declaró tras reunirse con parlamentarios oficialistas. Añadió que “yo tengo toda la disposición, confirmé los cinco debates… no sirve estar encerrado en una caja de cristal”.

Ese marco plantea un problema de percepción para Kast: abstenerse del debate no solo le quita la oportunidad de comunicar directamente al electorado, sino que refuerza el mensaje de que prefiere ambientes controlados, sin crítica directa ni preguntas incómodas. En cambio, Jara se posiciona como la opción abierta y dispuesta a rendir cuentas.

Jara amplía el terreno y desafía al adversario

La candidata del bloque oficialista ha convertido el tema del debate en un símbolo de transparencia y valentía.




“Yo puedo ir a cualquier lado (…) pero lo desafío a que hoy día asista al debate de Mega”, dijo, poniéndolo bajo la lupa electoral.
Por su parte, Kast desafió: invitó a Jara a visitar el barrio Franklin —una propuesta que él considera más auténtica y cercana al electorado real.

El resultado es un tablero donde Jara toma ventaja simbólica: ella ofrece exposición pública, contraste de ideas y debate; él, por el contrario, se retrae en discursos y entornos protegidos.

¿Qué hay detrás de la estrategia de Kast?

Hay al menos tres líneas que explican la lógica del evitamiento:

  1. Gestión del riesgo: los debates implican responder preguntas libres, sacar ideas concretas, y pueden generar errores que luego repercuten con dureza. Kast podría estar evitando ese riesgo en un escenario adverso.

  2. Control del mensaje: al evitar debates abiertos, tiene más control sobre su comunicación, menos chance de filtraciones o imprevistos.

  3. Percepción de autoridad: mantener una distancia podría reproducir una posición de candidato fuerte, que no se rebaja a tertulias mediáticas, aunque ese estilo puede interpretarse como altivo o desconectado.

¿Y qué puede pasar al electorado?

Las elecciones se definen muchas veces por sensaciones y percepciones tanto como por propuestas formales. En ese sentido:

  • La abstención puede crecer: si el candidato no se expone, algunos electores podrían interpretarlo como falta de transparencia o compromiso.

  • Jara puede capitalizar la confrontación: ella al presentar disponibilidad amplía su visibilidad y fuerza narrativa frente al ciudadano indeciso que busca claridad.

  • Kast arriesga perder terreno simbólico: en una segunda vuelta donde cada voto cuenta, no participar puede costar más de lo que gana en control de mensaje.

El momento político clave

Este episodio no ocurre en el vacío. Chile llega a la segunda vuelta en un clima de polarización elevado, con un electorado dividido entre propuestas de orden y seguridad —que representan a Kast— y esperanza de cambio social —que apunta Jara. La forma en que cada candidato interactúe con el “lux de cámara” del debate puede definir el ánimo de los indecisos, los votantes que se abstuvieron o los que dudan entre los dos finalistas.

En ese escenario, el mando sobre los debates se vuelve también una señal de gobernabilidad futura, de capacidad de diálogo, de transparencia y de exposición pública. Y en ese terreno, Jara está construyendo ventaja simbólica con su presencia y Kast está dejando un flanco abierto.



  1. Serafín Rodríguez says:

    Claramente quien se da por ganador con una ventaja aparentemente irremontable no necesita correr riesgos innecesarios debatiendo nada con quien da pot perdedor miemtras que en la situación inversa, quien pierde no tiene nada más que perder ni riesgo que correr.

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