
Mauricio Celedón: “El teatro en Chile está apagado… y viene una época muy peligrosa”
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El director del Teatro del Silencio, Mauricio Celedón, volvió a Chile para presentar en la Plaza de Renca su nueva creación inspirada en la vida y obra de Hans Christian Andersen, después de dos montajes de fuerte contingencia política. En esta conversación, reflexiona sobre ese giro hacia los clásicos, la deriva política del país, el estado del teatro chileno y su vínculo, siempre tenso, con Chile.
—La nueva obra sobre Hans Christian Andersen marca un regreso a los clásicos. Tú ya habías trabajado con Rimbaud en Malasangre, con Lewis Carrol, Alice underground, por nombrar algunos. ¿Por qué volver ahora a Andersen, después de dos obras abiertamente políticas? ¿Qué significa este cambio?
—En el fondo no es tanto un cambio. Andersen, tal como lo trabajamos, también es profundamente político, pero desde otro lugar. Yo elegí cuentos que casi nadie conocía. Fuera de El patito feo o El soldadito de plomo, muy pocos han leído la cantidad enorme que escribió: fueron más de ciento cincuenta.
Andersen era un arribista total. Nace en una familia muy pobre en Dinamarca, termina becado por los reyes, quiere ser actor, bailarín, dramaturgo… y es muy malo en todo eso (ríe). No le queda más que escribir estos cuentos. Y ahí, creo yo, aparece su verdadera voz: son los cuentos donde expresa su alma, su sensación de no pertenecer a este mundo, de no venir de “buena familia”. Ese desajuste, ese “no soy de este mundo”, es profundamente político, pero desde la poesía.
—Has trabajado con la comunidad de Renca en obras muy explícitamente políticas. ¿Notaste diferencias en cómo se relacionaron con este material más “clásico” en comparación con las obras anteriores?
—Mira, te digo una cosa: a Chile cualquier cosa que sea light le fascina. Estamos en un momento donde podemos pasar a ser gobernados por un fascista, y nadie quiere escuchar la palabra “fascista”. Se va a tener que llamar presidente de la República a un personaje que, en el fondo, es un Hitler tropical, un Hitler que va a gobernar Chile. Y ese Hitler va a dejar a la gente pobre todavía más empobrecida.
Y lo más terrible es que buena parte de la gente de bajos recursos va a votar por él. No es un tema de clases, es un tema de desinformación y miedo. Entonces, sí, el clásico entra bien, gusta, se disfruta… pero yo no puedo dejar de ver ese telón de fondo.

Soldaditos de plomo con los niños de Renca
—Has vivido cerca de cuarenta años en París, donde creaste el Teatro del Silencio. Pero nunca rompiste con Chile, has venido muchas veces y has trabajado acá. ¿Cómo ves el proceso que nos trae hasta este escenario político?
—Creo que Chile llegó a esto por la instauración del anticomunismo y del antimarxismo que dejó Pinochet. Eso se metió en el inconsciente de la gente, en el “inconsciente electivo”, por llamarlo así. Cualquier cosa asociada a la izquierda despierta un miedo brutal.
Pinochet logró la metamorfosis perfecta del cuento: un dictador que se saca el fusil de las manos y de un día para otro aparece convertido en presidente de la República. Ese cuento se instaló como algo posible, normal. Y ahora lo que tenemos es la posibilidad de una dictadura disfrazada, sin nombre de dictadura, pero dictadura al fin.
—El sábado, antes de la función en Renca, hiciste una breve declaración en la que advertías de un riesgo grave para la libertad, y llamabas a defenderla. ¿Ves realmente un escenario tan peligroso?
—Sí. Muy peligroso. Porque la extrema derecha no es “la derecha clásica” que conocimos en Chile, que ya fue suficientemente de derecha. Esto es otra cosa. Es una novedad oscura. Vamos a ver qué respeto tiene por la gente, por las libertades, por las minorías.
Yo creo que, si ese proyecto se instala, puede haber una sublevación popular. No creo que un gobierno así termine su mandato sin conflicto. Mi pronóstico es muy malo, muy mal agüero para Chile.
—¿Y cómo ves el teatro en Chile en este contexto? ¿Qué lugar ocupa hoy el teatro callejero, el trabajo en comunidades?
—El teatro en Chile está apagado, completamente. Muy mal. No hay una propuesta política ni social clara. Yo hablo sobre todo del teatro de calle, que es el que conozco; del teatro de sala casi no sé nada, no voy, no me interesa demasiado.
Siento que entramos en una etapa de regresión, y que incluso puede llegar un momento en que este señor que viene, esta extrema derecha, no permita ciertas expresiones artísticas. Puede no permitir el uso del espacio público para el teatro, por ejemplo.
—En otros momentos difíciles de la historia de Chile, como la dictadura, el arte —y el teatro en particular— fueron espacios de resistencia. Pienso en el Ictus, por ejemplo.
—Por supuesto. Nadie puede negar que el Ictus, con la inteligencia de esa gente, logró sostener una lucha social desde el escenario, incluso dentro de la censura. Pero hoy no veo herederos claros de esa tradición.
No veo mucha gente con la capacidad y el coraje de decir lo que piensa desde el teatro. Y al mismo tiempo, veo venir una dictadura disfrazada. La policía va a estar muy presente, va a ser una lucha terrible.

—Hace poco murió Héctor Noguera y fue muy homenajeado, muy sentido por el público. ¿No hay ahí una señal de amor por el teatro en la ciudadanía?
—Sí, claro. La ciudadanía chilena tiene amor por el teatro y por las artes accesibles. La muerte de Héctor Noguera fue sentida porque él fue un ejemplo muy positivo para una generación entera.
El problema no es la gente, es el sistema en que vive esa gente: sueldos bajísimos, precariedad, fines de mes eternos. Con un sueldo de quinientos mil pesos no puedes pagar un departamento ni vivir con dignidad. Y así es muy difícil que el teatro, la poesía, la vida interior puedan florecer.
—¿Cuáles fueron, para ti, los momentos más brillantes del teatro que hiciste en Chile?
—De las creaciones que hice aquí, yo diría “Malasangre” y “Taca Taca mon amour”. Lanzaron al Teatro del Silencio. Y antes, Transfusión, en Matucana 19 con Jordi Lloret, que nos prestó su casa.
Ahí se sentía que algo cambiaba, que se abría una libertad que antes no se tenía. Pero lo que vivimos hoy no es solo chileno, es una regresión mundial hacia formas nuevas de gobernar que son, en realidad, extrema derecha. Y Chile, lamentablemente, está entrando en ese club.
—¿Cuál es hoy tu vínculo con Chile? Viviste acá hasta los veinte años, luego te fuiste, pero sigues volviendo…
—Yo me siento chileno cuando estoy aquí. Eso no se borra. Pero no volvería a vivir en este país. Puedo venir, trabajar en cosas específicas, hacer proyectos, pero no instalarme.
Siento que Chile es un país maldito, lleno de sangre, y esa sangre no se olvida. No solo por lo que pasó, sino por lo que sigue pasando: narco, miedo, desigualdad brutal, hospitales colapsados, salud privatizada, listas de espera infinitas. Y lo que viene con este neofascismo será peor.

Escena de la obra sobre Andersen
—Hablas con mucho dolor de lo que ves venir, de esta vuelta a algo que creíamos superado después de cincuenta años.
—Sí. Volvemos a algo terrible. Y como lo van a hacer muy mal, muy brutalmente mal, después pasaremos a otra derecha, un poco más presentable, pero derecha igual. Yo creo que de aquí a unos diez o veinte años no nos sacamos la derecha de encima.
La izquierda está deshecha, perdida, como en Francia. No hay una verdadera izquierda, sino muchos “independientes” que nadie sabe qué piensan en realidad.
—Para cerrar: ¿qué mensaje le darías hoy a la gente de teatro en Chile?
—Que sean generosos. Que vayan a las poblaciones, como lo hizo Víctor Jara, y que ayuden a esa gente que tanta necesidad tiene. Hay mucha gente que está esperando eso, aunque no lo sepa.
Yo quizá no seguiré haciendo este trabajo comunitario en Chile, porque tengo que dedicarme a mi propio teatro, al Teatro del Silencio, con otra escala, otros recursos, otra calidad. Pero mi mensaje es ese: vayan donde la gente, a los barrios, a las plazas. Que el teatro no se quede encerrado.
Porque lo que viene va a ser duro, y el teatro, si tiene sentido, es justamente ahí.
CREDITOS
Dirección General y tallerista Teatro del Silencio : Mauricio Celedón:
Coreógrafa y tallerista Teatro Movimiento / Elenco estudiantes, jóvenes y adultos-as : Elena Lucas
Asistentes taller Teatro Movimiento : Claire Joinet, Konny Gatillon, Luis Hormazabal
Coreógrafa y Tallerista danza Teatro Cía. Reverbcoreográfica / Elenco niños, niñas y adolescentes: Genesis Martínez
Asistente tallerista Cía. Reverbcoreográfica / Elenco niños, niñas y adolescentes: Eduardo Ziebrecht
Tallerista Teatro Movimiento / Elenco adultos-as mayores y/o en situación de discapacidad: Angela Quezada
Otros colaboradores del elenco: Andrea Fuenzalida, José María Rayo, Jessica Menares, Poema
Concepción, creación y realización Vestuario y Tallerista Vestuario todos los elencos: Claudia Verdejo
Asistente de Vestuario: Patricio Barrera, Micaela Queupul, Alejandra Verdejo,, Pilar Verdejo
Compositor y percusionista: Nelson Rojas Torres:
Compositor y multi instrumentista: Pablo Quezada Torres
Músicos: Francisco Moreira, Christian Pino, Pablo Quezada, Nelson Rojas Torres
Técnico de sonido – residencia de creación y talleres: Cesar Sánchez González
Técnico de sonido funciones: Esteban Lunas rojas
Diseñador y constructor escenografía y efectos especiales : Roi Joan Jiménez:
Diseñador y constructor escenografía: Renato Morelli
Escenógrafo y constructor: Marcelo Pizarro Haverbruck:
Constructor y Asistente efectos especiales: Francisco Cisternas:
Técnico refuerzo escenario funciones: Arturo Cisternas
Pintores: Daniel Vargas, Viviana Lazo y Christian Ferrada
Audiovisualista y fotógrafo: Rodrigo Orozco
Producción
Municipalidad de Renca
Teatro del Silencio – Claire Joinet
Minga Producción: Lorena Ojeada, Tamara Zapata
Productor en terreno Renca – Galo Quintanilla
Agradecemos sinceramente a todos, todas y todes los participantes de UNIIVERSO ANDERSEN : niños, niñas, niñes, adolescentes jóvenes, adultos y adultas, personas mayores y en situación de discapacidad como a los estudiantes de la carrera de teatro del Universidad Academia Humanismo Cristiano.
Agradecemos sinceramente a todos los personales municipales que apoyaron el proyecto.
Un proyecto acogido a la Ley de Donaciones Culturales del Ministerio de las Culturas, las Ates y el Patrimonio, realizado con el apoyo de :
Costanera Norte, Municipalidad de Renca,
En colaboración con :
Embajada de Dinamarca en Chile, Universidad Academia Humanismo Cristiano, Crayling Textiles, Córdova y Valenzuela Spa, Soprole
Teatro del Silencio – Renca 2025
CREDITOS





