
Debate al rojo por voto obligatorio: “No podemos cobrarle multas tremendas a la gente y perseguir al ciudadano por no ir a votar”
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La Cámara de Diputadas y Diputados rechazó el corazón del proyecto que buscaba establecer sanciones para quienes no cumplieran con el voto obligatorio. Con 75 votos a favor, 47 en contra y 14 abstenciones, la norma no alcanzó el quórum de 77 sufragios requerido, lo que dejó al texto sin la herramienta que pretendía darle fuerza real a la obligatoriedad. El resultado es paradójico: Chile mantiene el voto obligatorio, pero sin castigo para quienes decidan quedarse en casa.
La propuesta que no fue
La moción, impulsada por la diputada Joanna Pérez junto a Catalina Pérez, Jaime Mulet y otros exparlamentarios, buscaba fijar multas de entre media y tres unidades tributarias mensuales —es decir, entre 34 mil y 206 mil pesos— a quienes no acudieran a las urnas sin excusa válida. La sanción, destinada a beneficio municipal, pretendía transformar en deber lo que hoy se entiende como derecho.
Sin embargo, al momento de votar, el articulado no logró reunir los votos necesarios. La precisión del texto, que además excluía de la multa a los extranjeros no nacionalizados, también cayó con la votación. Lo aprobado finalmente se redujo a normas menores vinculadas al Servicio Electoral: notificaciones digitales a vocales de mesa y publicación en la web de la nómina de escrutadores.
El trasfondo político
En medio de un debate marcado por acusaciones cruzadas, emergió la voz del diputado socialista Daniel Manouchehri, quien acusó a la derecha de actuar con un doble estándar:
“En este debate, respecto del voto obligatorio, la derecha ha tenido dos posiciones. Primero, que se le cobre a la gente multas obscenas por no votar y segundo, que con un tremendo cálculo electoral que hacen, sean los extranjeros no nacionalizados los que diriman el resultado de las elecciones”.
El parlamentario además desestimó las críticas de la oposición y del propio presidente de la Cámara, quienes culparon al gobierno por el fracaso de la norma. Según Manouchehri, se trata de una ley de iniciativa parlamentaria, presentada en 2019, y cuya tramitación estuvo en manos de comisiones controladas por la oposición:
“Jamás quisieron poner en tabla este proyecto si tenían tanta urgencia (…) Y el día de ayer, si tenían tanto interés, podían haber venido los parlamentarios que faltaron. Aquí ha habido falta de capacidad de la oposición de querer construir un acuerdo razonable para todos”.
Democracia sin dientes
El problema de fondo sigue siendo la contradicción: el voto obligatorio existe en la Constitución, pero no hay sanción para quienes lo incumplan. Para Manouchehri, el punto no es negar las sanciones, sino impedir que se transformen en un mecanismo punitivo desproporcionado:
“Respaldamos que puedan existir sanciones por no votar, pero esas sanciones no pueden ser excesivas. No podemos cobrarle multas tremendas a la gente y perseguir al ciudadano por no ir a votar”.
Ciudadanía y soberanía
Otro eje planteado por el diputado socialista es el carácter de quienes definen el destino del país. En su visión, las elecciones deben estar en manos de los ciudadanos chilenos y no de extranjeros, aunque residan en el país:
“Tenemos mucho respeto por los extranjeros que están en Chile, pero evidentemente no pueden ser ellos quienes decidan el rumbo de nuestro país. La derecha, con un cálculo electoral, ha señalado lo contrario. Esa es una diferencia de fondo”.
Un proyecto abierto
Con la votación en la Cámara, el proyecto pasa ahora al Senado, donde podría retomarse la discusión y eventualmente buscarse un acuerdo que permita establecer sanciones razonables y proporcionales. La disputa, sin embargo, ya mostró sus líneas de fractura: mientras la oposición se debate entre castigos severos y la inclusión de extranjeros, el oficialismo insiste en multas moderadas y en que el destino de Chile lo decidan sus propios ciudadanos.






Patricia says:
El voto! Si los «politicos» realizarán un trabajo donde «el votante» ciudadano estuviera satisfecho de lo que se le ha «prometido» votaría sin dudas.
Pero en vez de preguntarse o cuestionarse ¿Porque el ciudadano se abstiene ? Los «politicos» van siempre por lo más fácil y visto desde su cofortable sillón! Entonces vamos a meterle la mano al bolsillo a ver si así aprende, se le castiga por hacer uso de su derecho de ignorarlos,a ver si ellos aprenden a escuchar el mensaje del abstención! Parece que esta gente en el poder son incapaces de mirar hacia abajo donde está el ciudadanode a pie.
Serafín Rodríguez says:
La opción activa de cuestionamiento y rechazo político en vez de la pasiva de no votar que se interpreta cvomo simple falta de interés, es votar nulo o en blanco, una tendencia que va dramáticamente en aumento, especialmente en cuanto al eventual balotaje de este año, algo nunca visto antes! Vota nulo o en blanco, pero vota!
Respecto al absurdo del voto obligatorio de cumplimiento inexigible, sólo cabe en la cabeza de idiotas! Pero así es como va el país en manos de débiles mentales…