
Boric desmiente rumores y acusa intento de crear una crisis artificial con Argentina
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Un tenso cruce entre el presidente Gabriel Boric y un periodista marcó su conferencia de prensa en Nueva York, tras su participación en la Asamblea General de Naciones Unidas. La pregunta giró en torno a la relación de Chile con Argentina y a un supuesto contacto con el gobernador bonaerense Axel Kicillof que nunca se concretó.
El mandatario reaccionó con evidente molestia. “¿Es una pregunta o es una afirmación que contiene una hipótesis en la pregunta? ¿Cuál es la hipótesis?”, replicó de inmediato. Y luego, al escuchar que se trataba de un “contacto” con Kicillof, insistió: “¿Quién le informó eso? (…) Yo no tuve ninguna reunión con Axel Kicillof”.
Una narrativa construida
La insistencia del periodista buscaba instalar la idea de un distanciamiento con el gobierno argentino de Javier Milei y un acercamiento paralelo de Boric con Kicillof, figura clave del peronismo y gobernador de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el mandatario chileno desarmó esa hipótesis: “Hacer una afirmación y tratar de instalar la idea de que yo estoy teniendo conversaciones por el lado, eso no es cierto”.
La intención de la pregunta no pasó inadvertida. En un contexto de tensiones ideológicas entre Boric y Milei, la insinuación de un “doble juego” en la relación bilateral apunta a generar un ruido político mayor: una crisis con el gobierno de ultraderecha en la Casa Rosada y, al mismo tiempo, un alineamiento informal con un referente de la izquierda argentina.
Boric: respeto a Milei y a la soberanía argentina
Lejos de esa narrativa, Boric recordó que asistió al cambio de mando de Milei en diciembre pasado “como corresponde a un presidente, más aún de un país vecino”. Añadió que la relación diplomática se mantiene estable, encabezada por el embajador en Buenos Aires, José Antonio Viera-Gallo, con experiencia previa en esa misma función.
El mandatario también destacó que, aunque existen diferencias ideológicas evidentes con Milei, siempre ha primado el respeto. “Eso lo conversamos personalmente, no solo en Argentina, también en Suiza, en la cumbre por la paz en Ucrania”, subrayó.
En esa línea, defendió que la relación se da “como corresponde, porque fue a quien eligieron los argentinos y yo respeto la voluntad soberana del pueblo argentino”.
Lo que está en juego
El presidente puso énfasis en la importancia de la seriedad en estas materias. “Lo que está en juego es la política internacional de Chile; más aún con un país hermano como Argentina, con el cual tenemos miles de kilómetros de frontera, y en donde seguimos colaborando día a día, independiente de diferencias ideológicas”, advirtió.
El cierre de su intervención apuntó a la perspectiva histórica: “Los presidentes pasan, pero los pueblos y las instituciones quedan”. Una frase que buscó disipar cualquier interpretación personalista o coyuntural de la relación bilateral.
Contexto regional: progresismo y ultraderecha
El episodio ocurre días después de la participación de Boric en la Reunión de Alto Nivel en defensa de la democracia en la ONU, junto a líderes progresistas como Lula da Silva, Gustavo Petro, Pedro Sánchez y Yamandú Orsi. En esa instancia también estuvo presente Axel Kicillof, cercano a ese bloque y parte de las articulaciones regionales en contraposición al avance de la ultraderecha.
La estrategia de la pregunta buscaba poner a Boric entre dos fuegos: alimentar la idea de una crisis con Milei, mientras se sugería un vínculo preferente con un gobernador opositor al presidente argentino. Pero Boric no cayó en la trampa: defendió la relación institucional con Argentina y dejó claro que la política exterior chilena no se construye sobre rumores ni especulaciones mediáticas.





