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Trump 2025: la estrategia que inquieta al mundo. Europa en decadencia y Latinoamérica como patio trasero

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La publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos 2025, firmada por Donald Trump y difundida oficialmente por la Casa Blanca, confirma algo más profundo que un giro diplomático: es la consagración doctrinaria de un proyecto político que pretende reordenar el mapa geopolítico del siglo XXI bajo la matriz MAGA. Su lenguaje, sus enemigos y sus prioridades ya no buscan disimular nada. La estrategia expone la visión del mundo que anima a esta segunda administración: un planeta dividido entre civilizaciones que se salvan o se extinguen, y un Estados Unidos llamado a imponer —no solo defender— su hegemonía.

En sus 33 páginas, el documento declara el fin del viejo orden y la llegada de una era donde Washington debe actuar sin complejos para garantizar que “Estados Unidos siga siendo la nación más grande y exitosa de la historia de la humanidad” (p. ii)

Para cumplir ese destino, el texto despliega una lectura agresiva sobre Europa, a la que considera en riesgo de “desaparición civilizatoria”, y sobre América Latina, a la que pretende reinsertar bajo un nuevo corolario de la Doctrina Monroe, rebautizado como “Trump Corollary” (p. 15)

El resultado es un programa de intervención global que inquieta a aliados tradicionales, enciende alarmas en Europa y revive los temores históricos de América Latina frente al intervencionismo estadounidense.





Europa: un continente en “declive civilizatorio” que debe ser corregido desde Washington

El capítulo dedicado a Europa es, sin exagerar, uno de los más duros jamás escritos por un gobierno estadounidense hacia sus propios aliados. El texto describe al continente como un espacio en decadencia, no solo económica, sino “civilizatoria”.

En la página 25, la estrategia afirma:

“Europa enfrenta la perspectiva real de la desaparición de su civilización en 20 años o menos” (p. 25)

Este tono apocalíptico coincide con lo que El País identifica como una obsesión histórica del ideario MAGA: Europa como faro apagado, víctima de inmigración, baja natalidad, burocracia y pérdida de identidad. El documento enumera una lista de responsables: la Unión Europea, las políticas migratorias, el multilateralismo y la “supresión de la oposición política”.

Pero el paso más inquietante viene después.

El gobierno de Trump declara expresamente su intención de apoyar a los partidos ultraderechistas europeos —a los que llama eufemísticamente “patrióticos”— para “corregir la trayectoria actual de Europa” (p. 26)

Dicho sin diplomacia:
Estados Unidos anuncia que promoverá desde dentro la agenda política de fuerzas como AfD, Vox, el partido de Orbán o la extrema derecha italiana, socavando al mismo tiempo a los gobiernos que considera parte del “problema”.

La estrategia incluso cuestiona el futuro de la OTAN, no por su debilidad, sino por un motivo más inquietante: la posibilidad de que algunos países europeos se vuelvan “mayoritariamente no europeos” y, por tanto, menos fiables como aliados (p. 27)

La conclusión es clara:
Europa debe replegarse en su identidad occidental, aumentar su gasto militar y alinearse con Washington en una cruzada cultural y geoestratégica que recuerda, peligrosamente, a viejos delirios civilizatorios.


América Latina: el retorno explícito de la Doctrina Monroe

Si el diagnóstico sobre Europa estremece, el apartado dedicado a América Latina —rebautizada como “Hemisferio Occidental”— devuelve al continente a un pasado que creía superado.

La estrategia anuncia:

“Estados Unidos reafirmará y aplicará la Doctrina Monroe para restaurar su preeminencia” mediante un “Trump Corollary” (p. 15)

No se trata de una metáfora: el documento reinterpreta la célebre doctrina del siglo XIX y la actualiza como guía de intervención estratégica, militar, económica y diplomática.

Tres elementos destacan:

1. Reordenamiento militar del continente

El texto exige “reconsiderar” el despliegue militar estadounidense en la región y advierte la posibilidad de operaciones con uso de “fuerza letal” para combatir carteles y asegurar fronteras (p. 16)

Es decir, se abre la puerta a intervenciones directas en territorio latinoamericano bajo el argumento de seguridad nacional.

2. Control económico y comercial obligatorio

La estrategia anuncia que cualquier país del hemisferio que quiera comerciar, recibir inversiones o mantener vínculos con Washington deberá expulsar competidores extrahemisféricos, principalmente China.

Así, el documento ordena “presionar” a gobiernos latinoamericanos para revertir:

  • inversiones chinas en infraestructura,

  • compra de puertos,

  • control de minerales estratégicos,

  • redes tecnológicas (p. 18)

Washington se reserva además el derecho de condicionar ayudas, créditos e incluso acuerdos de seguridad a cambios de orientación política o geoeconómica.

3. América Latina como plataforma industrial subordinada

El documento propone “nearshoring” forzado: trasladar cadenas de producción desde Asia a América Latina bajo control corporativo estadounidense, con el fin de reforzar la competitividad de EE. UU. en su disputa con China (p. 17)

La región queda así definida no como un aliado, sino como un espacio funcional a la estrategia industrial estadounidense.

Una estrategia que reordena el mundo y perturba a los aliados

La lectura de esta estrategia confirma lo que El País anticipó: se trata de un plan de alcance histórico que busca modificar las estructuras geopolíticas actuales. Europa aparece como un continente a ser disciplinado, mientras América Latina como un territorio que debe volver a alinearse bajo supervisión directa.

Más que un documento técnico, es el manifiesto doctrinario de la nueva ultraderecha global, con efectos inmediatos:

  • tensiona las relaciones transatlánticas,

  • revive el intervencionismo hemisférico,

  • fractura el orden multilateral,

  • y abre espacios de influencia para fuerzas extremistas en ambos continentes.

Si algo deja claro el texto, es que la administración Trump ya no compite dentro del marco institucional creado después de 1945: quiere reemplazarlo por uno nuevo, moldeado a su imagen.

Conclusión: el mundo vuelve al tablero duro de las potencias

Europa y América Latina emergen en la Estrategia de Seguridad Nacional 2025 no como socios, sino como frentes geopolíticos en disputa.

Para Europa, el mensaje es cultural y existencial:
o se redefine políticamente bajo el alero de las derechas ultranacionalistas, o perderá su “civilización”.

Para América Latina, el mensaje es disciplinario:
la región debe volver a ser lo que Washington dice que siempre fue: su patio estratégico.

El planeta ingresa así en un ciclo peligroso, donde la política exterior estadounidense se desplaza desde la diplomacia hacia una visión abiertamente ideológica del mundo. Para Simón del Valle, este documento marca algo más que un giro: señala el inicio de una reconfiguración global que amenaza la soberanía, la democracia y el equilibrio político en dos continentes enteros.

Simón del Valle

 

 

National Security Strategy

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Simon Del Valle

Periodista

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