
Hasta el momento, el acuerdo previsional en el Senado ha dejado más preguntas que respuestas. La discusión está lejos de cerrarse, y el desafío para el gobierno será recuperar la confianza de una ciudadanía cada vez más crítica y desconfiada. Más que una reforma, es un golpe de efecto político, bastante malogrado por cierto. La simulación de un cambio y un legado político.










