
Hay datos que revelan mejor que cualquier discurso la estructura real del poder político. El sistema de reembolsos electorales es uno de ellos. Cada voto tiene un precio: $1.585. Una cifra aparentemente modesta, pero que, multiplicada por millones, levanta imperios personales de campaña y deja abierta una pregunta incómoda: ¿quién financia realmente la política en Chile?












