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El programa Vía Pública de TVN no debe estar al servicio de la opción política de un periodista

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Durante la semana que termina hemos sido testigos que el conductor del programa «Vía Pública» de Televisión Nacional, Matías del Río, ha incurrido en prácticas que, a primera vista, parecen incompatibles, o inconvenientes, para quién, en virtud del lugar que circunstancialmente ocupa, debe garantizar un cierto grado de imparcialidad, frente a temas de debate que divide a la opinión pública, máxime si se trata del canal de televisión que, se dice, pertenece a todos los chilenos.

No se trata que el señor del Río no pueda tener opinión sobre los temas en debate. Está claro que es su derecho y lo puede ejercer cuando lo estime conveniente, en los medios de su propiedad o en cualquier otro que sea afín con su pensamiento político e ideológico. Distinto es, si se trata de un medio de comunicación público que no pocas veces ha debido ser rescatado de la insolvencia económica con los dineros de todos.

En mi calidad de ciudadano, me tiene sin cuidado la posición política del señor en cuestión, porque él, en sí mismo, es una figura irrelevante en la escena política nacional. Otra cosa es cuando el periodista del Río hace uso de una pantalla y un micrófono de un medio público nacional para hacer apología de su opción política en torno a un tema de interés nacional.

El señor del Río había manifestado el día miércoles 18, en el programa que conduce, su opinión acerca de la necesidad del retorno a clases de los estudiantes en el país, argumentando que si otras actividades de la vida pública comienzan a retomar parcialmente sus funciones, también la vuelta a clases debería ser considerada como algo primordial. Coincidiendo en ello con el Ministro de Educación.




Al día siguiente, jueves 20 de agosto, el periodista en lugar de entrevistar al presidente del Colegio de Profesores de Chile, lo que pudimos presenciar fue algo muy distinto a las entrevistas que del Río acostumbra a hacer, cuando el entrevistado es alguien que exhibe afinidad político-idedológica con él.
El trato que del Río dio al presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, a mi juicio, fue algo más parecido a un interrogatorio que una entrevista. Diría que fue un trato vejatorio para quien representa a un respetado gremio como es el de los profesores de Chile.

Del Río se dedicó a interrumpir a su invitado, cuando éste trataba de formular sus respuestas. El periodista parecía más un magistrado, interrogando a un imputado, que el conductor de un programa de televisión en su relación con un invitado que merece todo el respeto por tratarse de un dirigente gremial, reconocido por la comunidad, y que es también un actor relevante en la escena política y cultural de la nación.

El conductor del programa evidenció, además, una falta de conocimiento del tema que estaba abordando, al opinar liviana e irresponsablemente sobre un tema complejo, como es el manejo de la pandemia. Emitió una frase en que sostuvo: «si las escuelas pueden ser utilizadas para un evento como el plebiscito, ¿por qué no pueden ser utilizadas para retomar las clases con alumnos? Cualquiera que haga una reflexión elemental sobre el planteamiento del periodista, puede darse cuenta que la comparación sólo puede ser real en un punto y es que se trataría del mismo local a utilizar, pero con un uso ostensiblemente distinto. En el caso de votación, el local funcionará en un sólo día y por un perido de 12 horas continuadas. Los votantes ingresarán separadamente y no permanecerán innecesariamente dentro del local. No hace falta describir lo que significaría el regreso para los estudiantes a tiempo completo, en salas sobrecargadas de alumnos, cuando se trata de millones de estudiantes en el país, sin profundizar en otros temas relacionados con las condiciones sanitarias deficientes a las que estarían expuestos los estudiantes, además de ser potenciales vectores del virus, multiplicado por millones. Sobre este mismo tema el Ministro de Salud acaba de hacer un planteamiento completamente opuesto al del Ministro de Educación y, por añadidura, del periodista en cuestión.

Del Río se mostró durante el programa alterado y descomedido con el entrevistado hasta el punto que en un momento le ordenó, cargado de ira: «llame ahora al Ministro de Educación para acordar una reunión».
Debo decir que de todos los años que miro programas de televisión, que no son pocos, nunca había visto a un periodista confundir a ese nivel su rol de comunicador con el de un interrogador. Podría expresarlo de otra manera tal vez: el periodista del Río parecía esa noche el abogado de la contraparte en un juicio, en lugar del rol de conductor de un programa de televisión.

Después me enteré que del Río es miembro del Consejo Directivo del Colegio San José de Lampa. Este colegio pertenece a la Fundación Marcelo Astoreca Correa y que, según los sostenedores, sería sin fines de lucro.

Sin embargo, existen instituciones «sin fines de lucro», como varias universidades, por ejemplo, que sí lucran y de varias maneras.

Lo que sí queda claro es que el señor del Río es un defensor de la educación privada y, por extensión, un aliado de quienes están desmantelando la educación pública.

Está bien, es su opción. Lo que no está bien es que utilice la televisión pública, en su calidad de conductor de un programa de alta audienia, para hacer propaganda a su opción político-ideológica.

Higinio Delgado Fuentealba.

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  1. Del Rio es un periodista mediocre, ignorante y que ha escalado en la TV apoyado por intereses politicos. TVN ha despedidos a mejores periodistas para permitir la escalada de este vendido.

  2. Hernán Montecinos says:

    Al margen de lo dicho, resulta incomprensible que tengan como conductor de un programa televisivo a un periodista que tenga tan mala dicción. El primer requisito para un conductor televisivo es que lo que diga se pueda escuchar nítidamente, lo que no sucede con este tipo. Además que parece que siempre estuviera cansado, siempre se presenta con una cara de sueño que no se la puede. Algún secreto vínculo debe tener con un canal reconocidamente facho, que lo llevan estar ahí en un programa en donde su poco nítido modo de hablar en ocasiones no se le puede entende nítidamente.,

    • Don Hernán, ¿pero quien en Chile no está al tanto de las «tendencias(¿?)» derechistas de este conductor de tv? La realidad es, don Hernán, que este canal de television siendo un medio público y en un sistema democrático, los trabajadores que en él efectúan sus labores de diferentes clases, deben representar las diferentes ideas políticas que fluyen en nuestro Chile, por lo tanto, ¿cuál es la sorpresa que un facho de tomo y lomo, como MATIAS DEL RIO, haya INTERROGADO a un representante y presidente de los trabajadores de la enseñanza en un canal de tv público?

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