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En torno a la captura del proceso constituyente: Entrevista con Felipe Portales

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 58 segundos

Entrevista con el historiador Felipe Portales, autor entre otros títulos de Chile: una democracia tutelada, Los mitos de la democracia chilena e Historias desconocidas de Chile.

 

¿Felipe Portales, a tu juicio, cuáles son los grandes rasgos del momento político actual… ¿Es un nuevo ciclo, un nuevo período; cómo prefieres nombrarlo…?

 

Tratando de ser lo más objetivo posible, creo que el modelo neoliberal heredado de la dictadura y consolidado en la post-dictadura superó su peor crisis social desde 1990. Obviamente, en la historia social y personal nunca se puede predecir el futuro. Pero ciertamente que el modelo ha demostrado, al sobrellevar esta crisis, una notable y sorprendente solidez.

 

¿Y cómo se llegó hasta aquí, a la desvirtuación del proceso constituyente después de las jornadas de octubre 2019 …?




 

El problema es que el «proceso constituyente» diseñado el 15 de noviembre de 2019 por el «bloque consensual» de los 30 años (Derecha-Concertación) fue un muy hábil intento de neutralización de la revuelta de octubre, utilizando la auténtica demanda de una nueva Constitución democrática, pero con la trampa solapada de establecer un quórum antidemocrático de dos tercios para cualquier órgano que aprobase una nueva Constitución. Y, desgraciadamente, las fuerzas políticas de las que podía esperarse que canalizaran la revuelta hacia una alternativa realmente democrática -el FA y el PC- no lo hicieron. Por el contrario, se subordinaron al diseño de las dos derechas. Incluso, después del pésimo resultado electoral de éstas (que apenas les daba para tener el tercio de convencionales) aceptaron también increíblemente que si ganaba el «Apruebo» en el plebiscito ratificatorio del nuevo texto, este tenía que ser implementado legislativamente con el visto bueno de la derecha tradicional, ya que en ese caso se prorrogaba la vigencia del Congreso actual (¡de la Constitución fenecida!) donde aquella tiene el control del Senado.

 

Pero como el texto final fue considerado riesgoso para los partidarios de mantener el modelo neoliberal, la derecha tradicional prefirió de todas maneras jugarse por el «Rechazo», para lo que utilizó su monopolio comunicacional de los grandes medios (¡conferido por los sucesivos gobiernos concertacionistas que liquidaron o neutralizaron casi todos los medios centro-izquierdistas o plurales!) desarrollando una feroz campaña del terror que se tradujo en un gran triunfo del «Rechazo».

 

Estos dos millones de votantes nulos y blancos en la última elección de “consejeros” es un fenómeno político cuyo significado se intenta escamotear; este hecho eminentemente político da la impresión que aquellos fueron los mismos que votaron por Boric y contra Kast, y que le dieron la victoria a Boric en segunda vuelta. Obvio que la captura del proceso constitucional por la casta política provocó un desánimo. El Acuerdo y la designación cuoteada de “expertos” por el parlamento, elecciones de consejeros y comisión de admisibilidad fueron consideradas maniobras de la partidocracia y del sistema de poderes instituidos. Y se percibió un Gobierno de rodillas ante los poderes instituidos.

 

Efectivamente, la inmensa cantidad de votos nulos y blancos se debe a quienes se dieron cuenta que el segundo acuerdo del bloque consensual que ahora está en desarrollo («acuerdo infame», como acertadamente lo denominó Miguel Lawner) era completamente antidemocrático; o porque simplemente no lo entendieron, dada su extrema complejidad y opacidad.

 

¿Y los “12 bordes” a la Guzmán que imponen la cancha constitucional y fijan el carácter de democracia liberal representativa como forma de gobernabilidad del capitalismo neoliberal en tiempos de crisis (económica, ecológica y geopolítica de Occidente), te generan reflexiones?

 

Más allá de sus contenidos específicos, el hecho de que el Congreso como poder constituido de la Constitución que se está rechazando ¡le imponga doce Bases Constitucionales al órgano representante de la soberanía popular que generará una nueva Constitución! constituye una insensatez desde el punto de vista del respeto a la democracia y a la voluntad popular. Además, es muy importante tener en cuenta que el texto de Constitución aprobado hace unos días por la «Comisión experta» y presentado ante el «Consejo Constitucional» para su ratificación, de ser aprobado ¡haría más difícil el cambio de la futura Constitución que el de la Constitución actual!, ya que establece un quórum de 3/5 del Congreso para toda Reforma Constitucional futura, en lugar de los 4/7 establecidos hoy…

 

La elección de Boric generó grandes expectativas, y pese a algunas reformas hay gran malestar. ¿Cómo se explica desde una mirada histórica y sociológica?

Creo que la elección de Boric generó grandes expectativas en el 25% del electorado que lo apoyó en la primera vuelta. Pero no así en el 30% que se sumó a su apoyo en la segunda vuelta y que lo hizo más por terror a que un pinochetista tan extremo como Kast pudiese llegar a la Presidencia de la República. Además, el hecho que desde el principio le haya dado ministerios claves (lo que se agudizó después del triunfo del «Rechazo») a figuras de la ex Concertación incrementó la desconfianza o la clara desazón en los partidarios de una sustitución del modelo neoliberal impuesto por la dictadura y consolidado por la Concertación.

 

El rol de los medios hegemónicos (como en todos los Estados donde ganan las ultraderechas) ha sido clave en la construcción de una percepción favorable a la derecha en la opinión pública… ¿Qué opinas?

 

Por cierto, el rol de los medios hegemónicos de la derecha ha sido clave, pero no sólo en las últimas elecciones, sino en configurar – junto con el sistema educativo – una mentalidad individualista, consumista y acrítica. Y en esto – como ya lo mencioné – fue crucial el papel del liderazgo derechizado de la Concertación que desarrolló – desde el gobierno – una solapada pero muy eficaz política de exterminio o neutralización de los medios de centroizquierda y de aquellos que por su pluralidad podrían haber debatido respecto de la obra de la dictadura.

 

Encuestas muestran que el apoyo a Pinochet en la población es alto. ¿Cómo se explica? ¿Cuál es la responsabilidad de los Gobiernos de la Concertación-Nueva Mayoría en este problema de claridad histórica – de politización en el buen sentido de la palabra – en este caso? Es relevante que los cómplices de la Dictadura siguieron en cargos clave tanto en el sistema de partidos como en el sistema político.

 

Respecto de la relativamente alta valoración de Pinochet, ¿qué otra cosa podría esperarse cuando la propia autodenominada centro-izquierda chilena legitimó, consolidó y llegó incluso a hacer apologías de la obra económica de Pinochet; y cuando su liderazgo defendió internacional y nacionalmente su impunidad luego de haber sido detenido en Londres, y también cuando el juez Juan Guzmán intentó su enjuiciamiento en Chile, después que el Gobierno de Lagos logró exitosamente su liberación de la Justicia europea.

 

¿Qué salida le ves a esta situación de captura por la partidocracia y los poderes constituidos de lo que fue un auténtico inicio de proceso constituyente vital y popular? La movilización social parece ser clave en momentos en que las ultraderechas conservadoras avanzan a nivel mundial y son fuertes. Hay una ofensiva con temas ultraliberales en lo económico, manipulando con la “inseguridad” y el Orden público, además de muy conservadoras en derechos y valores sociales. Se resalta el valor de la “persona”, pero la libertad se reduce a elegir en los mercados. Da la impresión que entramos en una época de conflictividad que puede agudizarse… pues no ha habido derrota estratégica de un proyecto popular que democratice la sociedad chilena. El PC plantea un gran frente para ejercer presión y a la vez para capturar el movimiento popular…

 

Desgraciadamente, con la eficaz neutralización de la revuelta y el malestar efectuado por el «bloque consensual» de los 30 años, se ve muy difícil que en un plazo histórico previsible se sustituya el modelo de sociedad impuesto por la dictadura y consolidado por la Concertación. Para democratizar efectivamente al país hará falta un complejo proceso de toma de conciencia y de organización social y política realmente de centro-izquierda. Complejo especialmente por la ausencia de medios de comunicación masivos (y lo caro y difícil que es crearlos y mantenerlos en un país tan derechizado y autoritario como el nuestro) que puedan contribuir a ello; y porque el Frente Amplio y el PC -que pudieron haber liderado dicho proceso- terminaron subordinándose al bloque consensual en este «proceso constituyente».

 

Creo que la fuerte derrota de la aprobación del texto de Constitución aprobado por la Convención – con todas sus profundas limitaciones – en el plebiscito de septiembre pasado; más la subordinación virtualmente total del Gobierno de Boric a la ex Concertación (que se acentuó con aquella derrota) ha provocado un cuadro de enorme desmoralización e impotencia en todos aquellos que esperaban el cambio político y social con el «proceso constituyente». Por lo tanto, tampoco veo factible un nuevo proceso de movilización social en el futuro previsible.

 

Por Leopoldo Lavín Mujica

 

 

 

 

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  1. Serafín Rodríguez says:

    Sólo una breve nota a pie de página: Lo que está haciendo el proceso constitucional en curso no es más que poner en negro sobre blanco la constitución real del país, los factores de poder que real y efectivamente lo rigen. En breve, los que mandan, el poderoso señor dinero nacional y extranjero y quienes le sirven, desde el capitán mayor al paje de palacio y comparsa, además de un seequito de letrados de toda índole y yanaconas menores que profitan del sistema en nombre del pueblo soberano, al que se pasan a carcajadas por el gran arco de triunfo.

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