Las armas de los suboficiales asesinados, no tenían municiones

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Antes de referirme, específicamente, a la información que plantea el título, quiero poner en contexto la situación de Carabineros y su relación con el Estado.

Mucho se ha hablado y escrito, sobre que tanto la institución de Carabineros como las Fuerzas Armadas constituyen, en la práctica, un poder independiente, es decir, un poder fáctico. En varias columnas publicadas en Clarín, he expuesto que en Chile no existe el Estado de Derecho o de jure, sino un Estado de hecho o de facto, de lo que se deriva, que sus instituciones son ilegales e ilegítimas, aunque se nos ha hecho creer, y así se cacarea permanentemente, que vivimos en un Estado de Derecho.

Ahora bien, en este divertimento pseudo democrático, veamos qué papel juega o ha jugado la institución de Carabineros de Chile en su relación con la sociedad.

Desde el inicio del tardopinochetismo, todos, absolutamente todos los presidentes, empezando por Patricio Aylwin hasta el presidente Boric, han demostrado un mayor interés y preocupación, por una rama de Carabineros que no es otra, que la de Fuerzas Especiales, en detrimento de la rama que, supuestamente, debiera ser la base de la función para la cual el Cuerpo de Carabineros (como se denominó en su creación) fue creado hace exactamente 97 años: la “guerra” contra la delincuencia, cuyos funcionarios son los que realmente hacen la pega más arriesgada. Por lo demás, es la que cuenta con el verdadero aprecio de la ciudadanía.

No cabe duda que, desde un principio, se privilegió la organización, dentro de Carabineros, de un cuerpo capaz de contener las protestas de los “adversarios” políticos, siguiendo las mismas directrices de las tareas que desempeñaban los carabineros durante la dictadura civil-militar. Es así, que todos los gobiernos del tardopinochetismo han dotado de pertrechos, corazas, carros blindados, zorrillos, carros lanza agua (pestilente) y, sobre todo, un adiestramiento militar para contener y reducir, a como dé lugar, a los “revoltosos” que protestan contra el gobierno de turno.

Pues bien, el adiestramiento personal a los carabineros que nos protegen de la delincuencia, brilla por su ausencia. Recordar la triste experiencia que vivieron dos carabineros en Antofagasta al enfrentarse a dos jóvenes que vendían droga: demostraron una absoluta falta de herramientas personales al momento de tratar de reducirlos, resultando uno de ellos, con una fractura de mandíbula debido al golpe de puño con manopla lanzado por uno de los delincuentes.

Otra situación de suma gravedad, se produjo en la comuna de San Miguel, cuando un carabinero recibió un llamado de un superior para que se trasladara con urgencia a unas pocas cuadras de donde se encontraba, pues en un local se estaba produciendo un baleo. Este carabinero estaba con su uniforme, sin chaleco antibalas, sin casco y sólo con su arma de servicio. Apenas llegado al lugar, fue asesinado vilmente.

Hace poco más de un año, en marzo de 2023, la sargento Rita Olivares falleció tras acudir a un procedimiento por un asalto en una casa de Quilpué, Región de Valparaíso. La sargento, al enfrentarse a los delincuentes, recibió un disparo en la cabeza lo que le provocó la muerte. No llevaba casco.

Es decir, sólo estos tres ejemplos, demuestran que el general Yáñez ni siquiera se preocupa de los derechos humanos de sus propios funcionarios.

En síntesis, creo necesario establecer una clara diferencia entre los “tonton macoutes” de Fuerzas Especiales, preparados para reducir, mutilar y hasta matar,  a las personas que protestan y los carabineros que se enfrentan a delincuentes sin el adiestramiento y la indumentaria necesarios.

Las armas de los suboficiales asesinados no tenían municiones

Fidel Vidal, padre de Misael Vidal Cid, cabo primero y uno de los tres carabineros asesinados en Cañete, conversó con la prensa sobre la trágica muerte de su hijo. Describió los últimos instantes que compartió con Misael y criticó la respuesta de las autoridades gubernamentales. En esa línea, reveló preocupantes detalles de las condiciones en que se encontraban su hijo y sus colegas: “No estaban con los resguardos respectivos, decían que las armas ni siquiera tenían municiones”.

Además, aseguró que su hijo había expresado preocupación por la peligrosidad del área: “peligrosísimo, no se sabía cómo iban a aparecer. Anoche mismo, nadie se imaginaba que le iban a tender una emboscada”.

Del mismo modo, recordó la última vez que vio a su hijo: “Hacía días que no conversaba con él, anoche pasó a buscar una máquina y después cuando se fue me dijo ‘chao, chao, papá’. Se fue a despedir de mí, es lo que digo yo”. (El Mostrador, 27/4/24).

Ex capitán revela que asesinato de funcionarios en Cañete ocurrió en «El Triángulo Verde»: Un cruce controlado por Carabineros

Sobre el lugar donde se produjo el asesinato de los tres uniformados en Cañete, el capitán retirado Miguel Ángel Toledo manifestó que “esto ocurre en el triángulo verde” y mencionó el crimen de dos carabineros que fueron baleados en la nuca, en la misma zona.

El ex capitán de Carabineros, Miguel Ángel Toledo, ha estado en el centro de la atención debido a sus declaraciones sobre el asesinato de tres carabineros registrado durante la madrugada del sábado en la comuna de Cañete, región del Biobío.

En un video, el ex uniformado, quien ha venido denunciando hechos de corrupción por parte de la institución policial y su relación con grupos terroristas vinculados, principalmente, al robo de madera en Macrozona Sur, afirmó en un video que circula en redes sociales: “Yo sé quiénes son y no son mapuche”, en referencia a los presuntos autores del crimen. (El Ciudadano, 29/4/24).

Información contradictoria

Toda la información que ha emanado de fuentes oficiales es muy contradictoria y se basa en puras especulaciones, Veamos:

“De acuerdo con la información que ha trascendido a la prensa, los uniformados salieron fuertemente armados para cumplir la tarea que les había sido asignada. Por tal motivo, llevaban tres pistolas semiautomáticas, dos subametralladoras UZI y una escopeta de repetición. Para las primeras cinco armas portaban 190 balas calibre 9 milímetros y, para la segunda, 50 cartuchos. Todo el armamento fue robado por quienes los atacaron.” (El Ciudadano, Ibid).

¿Si llevaban todo ese armamento (información que contrasta con la entregada por el padre de Misael Vidal), cómo es posible que no hayan podido defenderse? Además, según lo declarado, los tres carabineros fueron asesinados fuera de la camioneta blindada y luego colocados en la parte de atrás de la pick up a la que le prendieron fuego.

Por otra parte, el fiscal nacional, Ángel Valencia, se refirió a los avances en la investigación relacionada con el crimen de los tres carabineros registrado durante la madrugada del sábado en la comuna de Cañete, región del Biobío.

En conversación con Tele13 Radio, aseguró que, de acuerdo a los últimos análisis, “hay evidencia de que el sitio (donde ocurrieron los hechos) habría sido manipulado por sus autores» y que «habría habido gente que recogió las vainillas para los efectos de distraer la acción policial». (El Ciudadano, 30/4/24).

Es decir, que además  de bajar a los carabineros de la camioneta, asesinarlos fuera de ella, acomodarlos en la parte de atrás, llevarlos a otro lugar de donde fueron asesinados, prenderle fuego a la camioneta con ellos arriba, se dieron tiempo para regresar al lugar donde fueron asesinados para recoger las vainillas y, como dice el ex capitán de carabineros Miguel Ángel Toledo en el lugar denominado “Triángulo Verde”, “un lugar donde sólo se accede por un cruce controlado por Carabineros y donde han fallecido funcionarios en extrañas circunstancias”. (El Ciudadano, Ibid).

La verdad, que esto me huele (desde un principio, como lo comenté con varios amigos) con todos estos antecedentes, a un hecho fabricado con un propósito determinado. Lo mismo que se hizo con la quema del metro por orden del expresidente Sebastián Piñera en coordinación con el ex general director de Carabineros, Mario Rozas, mientras Tatán celebraba el cumpleaños de su nieto en una pizzería de Vitacura. Ese caprichito nos costó US$285.000.000.- (285 millones de dólares su reparación. Y por supuesto, nunca hubo culpables,

A todo esto, con la postergación de la formalización del general Yañez para octubre, las víctimas del estallido social y los familiares de los asesinados, ¡QUE SE JODAN!

Hugo Murialdo

periodista, escritor, máster en Ciencias de la Comunicación, máster en Filosofía Política y cursos de postgrado en Estudios Latinoamericanos

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