Es importante enfrentar de manera decidida la corrupción y el tráfico de influencias para comenzar a superar la crisis que está afectando al Estado de Derecho y la democracia, y no barrerlo bajo la alfombra como se ha hecho en el pasado.
Todo indica, pues, que en los plazos históricos previsibles se seguirá manteniendo vigente la “refundación nacional” extrema que impuso la derecha a sangre y fuego a través de la dictadura; y que la “centro-izquierda” legitimó, consolidó y profundizó pacíficamente con posterioridad…
El cambio del disimulo al DESPARPAJO, es la bocina de alarma que advierte que nuestras élites ya deben ser reemplazadas, junto a la totalidad de su aparataje, ese que les permitió envejecer corruptamente.
En septiembre, refrendamos nuestro compromiso por no detenernos, por seguir avanzando y luchando tras nuestras demandas, tenemos el desafío de no amilanarnos con las bravatas de la derecha y de algunos seudo izquierdistas que han criminalizado la protesta social y el legítimo derecho a rebelarse
El bombardeo a La Moneda no se ha detenido en medio siglo. La derrota que se selló ese día negro sigue siendo cada día de estos largos años. Las Alamedas anunciadas como previsión de futuro siguen esperando por ser abiertas. Gobiernos que se han dicho de izquierda la han plagado de rejas y cerraduras. Un eterno 11 de septiembre.
El Conde, largometraje dirigido por Pablo Larraín que cumplió el 7 de septiembre un año desde su estreno, es una de esas obras que ameritan ser deconstruidas para explorar en los espacios que propone en su universo estético y simbólico.
Las grabaciones del teléfono de Hermosilla son una verdadera caja de Pandora y demuestran que las clases de ética no eran solo una visión extravagante de la aplicación del derecho, sino actos de corrupción que violentan a todos los chilenos. Este individuo pudo establecer su red de corrupción con la participación de dirigentes políticos de derecha y funcionarios públicos,
En un mundo dominado por la guerra fría y la política de bloques, resulta hoy casi una epopeya el esfuerzo del presidente Salvador Allende y su coalición por transitar al socialismo por la vía democrática y con empanadas y vino tinto durante tres años.
La crueldad y la perversión no solo para asesinar sino también para hacer desaparecer a un elevado número de compatriotas marcan con sangre del pueblo lo que fue la atroz dictadura que asoló al país y su gente durante 17 años a partir del golpe militar, el 11 de septiembre de 1973: desde esa fecha - la más negra de la historia ciudadana - Chile nunca más volvió a ser el mismo.
Esperemos que algún día la memoria también esté presente en Las Condes y que se abra la casa en donde vivió sus últimos días Salvador Allende, quien murió defendiendo la república y la democracia de Chile, mientras otros se dedicaron a destruirla y a instalar un régimen de muerte, que hasta el día de hoy nos sigue doliendo y dividiendo como país.