Del estallido social al Congreso: Gustavo Gatica se perfila como carta del Frente Amplio
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El psicólogo y activista Gustavo Gatica, símbolo del estallido social de 2019 y de la violencia policial, confirmó este fin de semana su intención de postular a un escaño en la Cámara de Diputados. Su irrupción en el escenario electoral no solo remueve las aguas de la política institucional, sino que ya genera efectos concretos: la presidenta del Frente Amplio, Constanza Martínez, anunció que declinará su candidatura en el distrito 8 para facilitar su ingreso a la lista oficialista.
“Me encantaría ir en la lista oficialista. Lo que la gente espera de la izquierda es que haya unión bajo el liderazgo de Jeannette Jara, quien además es un liderazgo que a mí me convoca, que me gusta”, expresó Gatica en una entrevista con La Tercera. Aunque mantiene abierta la posibilidad de postular como independiente —lo que requeriría unas dos mil firmas—, todo indica que su prioridad es competir desde el pacto Unidad por Chile.
De víctima de la represión a actor político
Gatica perdió la visión total el 8 de noviembre de 2019, tras recibir impactos de perdigones lanzados por Carabineros durante una manifestación en Plaza Dignidad. Su caso conmovió al país y lo transformó en un símbolo de las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la revuelta social. Desde entonces ha mantenido una activa presencia en el debate público y actualmente trabaja como psicólogo en la comuna de Estación Central.
Su propuesta política, aún en desarrollo, pondrá énfasis en salud mental, discapacidad, derechos humanos y justicia social. “Lo que he escuchado en Chile mientras juntaba firmas es rabia, decepción, furia, enojo. No nos vamos a quedar cruzados. En 30 días anunciaré mi programa”, adelantó.
El gesto político del Frente Amplio
En paralelo a su anuncio, el Frente Amplio confirmó un importante movimiento interno: su presidenta, Constanza Martínez, declinó competir en el distrito 8 para abrir espacio a la candidatura de Gatica. Martínez comunicó su decisión a través de una carta al comité central, señalando que su renuncia busca priorizar la unidad del pacto y dar cabida a nuevas voces surgidas desde los movimientos sociales.
La decisión fue valorada como un gesto de generosidad política y visión colectiva, en medio de tensas negociaciones por los cupos parlamentarios del bloque oficialista. La dirección nacional del Frente Amplio también ofreció a Gatica la posibilidad de postular en otros dos distritos alternativos: el 9 (Cerrillos, Estación Central y Maipú) o el 12 (La Florida, Puente Alto, La Pintana y San José de Maipo), aunque sería el propio activista quien definirá finalmente en qué territorio competir.
Desde la interna del FA, dirigentes señalaron que su candidatura será una “prioridad nacional” para el bloque, por su peso simbólico y su vínculo directo con las demandas sociales aún pendientes desde 2019.
Una señal de renovación
La entrada de Gustavo Gatica al escenario electoral representa más que una candidatura. Es también una señal de que nuevas generaciones, marcadas por la revuelta, están dispuestas a disputar espacios institucionales para avanzar en transformaciones estructurales. Su caso pone en tensión a los partidos tradicionales, y obliga al oficialismo a abrir espacios reales a liderazgos ciudadanos, con credibilidad social y trayectorias desde la acción directa.
El gesto de Constanza Martínez, en tanto, se enmarca en este mismo proceso: una señal de altura de miras que apuesta por el fortalecimiento del proyecto colectivo, en tiempos donde la política está fuertemente cuestionada por la ciudadanía.
La postulación de Gatica, de concretarse, marcará uno de los hitos más significativos de esta campaña parlamentaria y pondrá a prueba la capacidad de la izquierda chilena de integrar en sus listas a quienes representan la memoria viva del estallido social.
